Letras grandes

Recordad eso de la configuración de pantalla, ahora con XP está un poco olvidado pero sigue ahí, pero con W98 me encantaba toquetear esas cosas, el color de los botones, el tamaño, el tipo de letra… lo que se conocian como temas. Bien.
Pues estaba el tamaño de las letras, y más concretamente el de la barra de titulo de cada ventana, es decir, donde pone ahora arriba ‘Pequeña Racion Individual de Personalidad – Mozilla Firefox’ (porque espero que useis Firefox…). Me seguís, bien. Esa fuente tiene un tamaño creo que de 12 o algo asi por defecto. Y yo, aquel buen dia, ya digo, al tercero o cuarto de tener el ordenador, me pregunté ¿que numero puede admitir esto?
Vamos a poner, por ejemplo, 32.420 (era 32mil y algo, eso seguro). Le doy a OK, y me lo admite sin rechistar, tranquilamente. Y a partir de ese instante aparece lo siguiente. Imaginad, esa misma barra azul de titulo, estirada hacia abajo y ocupando toda la pantalla, de forma que ahora únicamente se veian los botones de maximizar y cerrar a la derecha. Y asi con todas, todas las ventanas. No podia abrir nada, pues siempre aparecia la barra azul hasta abajo de la pantalla…
Pregunté a gente que sabia de ordenadores (pues yo no tenia ni pajolera idea), traje a mirarlo a un par de colegas, finalmente fui a servicio tecnico para que me dieran su opinión, cosa que no me ayudo absolutamente de nada (unos autenticos mastuerzos, viendolo retrospectivamente). Asi que pensé, y tomé una decision drastica. Deduje que sencillamente Windows habia aceptado ese tamaño de letra (como dije, 32mil y algo), como consecuencia, renderizaba unas letras virtualmente de varios metros de tamaño, en vez de los pocos pixeles que estamos habituados. Y claro, al ser tan gigantescas, la barra de titulo no solo ocupaba toda la pantalla, sino que deberia expandirse hacia abajo un rato. O al menos eso pensé. Asi que le eché huevos. En mi conviccion me dije… ‘bueno, no hay mas remedio, accederé a -propiedades de pantalla- y a partir de ahí, a la aventura…’. Invoqué a la pertinente (y pertinaz) ventana, de la cual, repito, solo se veia una extension vacia y hacia abajo de la barra de titulo. Con la cruceta de arrastrar, me dispuse a mover esa ventana. Si mi hipotesis era cierta, tras un rato arrastrando debería dejar arriba esas letras gigantescas virtuales de varios metros y con ella la barra de titulo, y podria finalmente acceder visualmente al resto de la ventana, que permanecía oculta en un lugar remoto, con sus pestañas, botones y demas; y asi entrar en las opciones donde poder volver a cambiar el valor e introducirle un número más comedido.
¿Un minuto? ¿Dos minutos? ¿Cinco? ¿Diez? Pues si no fueron quince, fueron veinte minutos. Veinte los minutos que estuve arrastrando, imaginaos, moviendo con el raton, arrastrando una entidad gigantesca… hasta que al final, comprobé que mi hipotesis era cierta, apareció la ventana, deje atras la barra de titulo, y alli estaba aquel 32mil, que modifique y volvi a dejar en un comedido ’12’, y al darle a OK, comprobar como todo suavemente volvia a la normalidad, que yo estaba en lo cierto, le eche coraje y lo conseguí… Y aquellos veinte minutos estaban llenos de esperanza, basados en la fé, pues no sabia siquiera si habia final… y no se cuanto rato más hubiera estado haciendo lo mismo antes de desfallecer, es probable que horas, antes de decir… ‘vengayaputamierdadeordenadordeloscojones…’

Total, que va uno y se muere. Moraleja: no vayas
Eso era todo lo que tenía que decir.

O una cosa o la otra
Unas cuantas polladas

Un comentario en «Letras grandes»

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