Prosigamos con este repaso que le quiero hacer a al clásico de nuestra generación que es ‘Depredador’
Venía hablando del pulso que tiene McTiernan con el ritmo, a pesar de que, con mucho atino, se toma su tiempo para colocar las piezas. De nuevo, de modo similar a Alien, se nos hace esperar cerca la mitad de su metraje hasta que el extraterrestre hace por fin de las suyas, eliminando a su primera víctima, a uno de los protagonistas. A partir de ahí la película se puede decir que verdaderamente arranca, a un ritmo imparable, pero no podemos para nada desperdiciar los primeros cuarenta minutos, donde el director es muy cauteloso preparando el terreno y soltando pequeñas pistas sobre la verdadera amenaza que acecha a nuestros protagonistas (su visión térmica subjetiva, el encuentro de los restos del batallón de Jim Hopper, el mosqueo que Billy tiene constantemente encima…)
Y es que no nos abandona para nada al aburrimiento, y antes de que empiece el verdero meollo nos regala una muy ‘entrañable’ escena de acción (el asalto al campamento rebelde) que descaradamente, al estilo de cualquier James Bond, o digo más, de cualquier episodio de los Simpsons, poco o nada tiene que ver con el resto de la película. Entre otras cosas, en dicha escena conocemos a la ‘impaciente’ (que no tardaría el propio Schwarzenegger en empuñar unos años más tarde, ya sabeis a qué me refiero), y Jeese Ventura (Blain en el film) nos deja, con su basto acento tejano, una de las lineas más famosas de la película: ‘I ain’t got time to bleed’ (‘No tengo tiempo para sangrar’).
*Y aquí viene otra curiosidad: el propio Ventura, que entre otras cosa ha sido SEAL de la marina, famoso wrestler y nada menos que gobernador de Minessotta (al igual que Arnold lo fue de California), usó esa frase como título para su autobiografía.
Pero McTiernan no solo sabe manejar los tiempos, sino que se luce en su uso de la cámara. Sabe manejar de modo excelente todas las artimañas del manual (con contrapicados, travellings muy bien usados, disciplinado uso de la cámara lenta, focales largas y cortas, etc) al tiempo que nos recuerda un tiempo donde el cine se hacía sin montajes vertiginosos, donde cada plano se puede disfrutar y paladear.
Otro de los grandes aciertos, aunque natural por la propia estructura de la historia (nuestros protagonistas caen uno a uno), es que los ‘fuegos de artificio’ van de más a menos. Solo con la primera escena de batalla nuestro apetito de muertes, tiros y explosiones queda perfectamente saciado, y de forma sobresaliente. Sin embargo, el verdadero plato fuerte, para el que se nos prepara durante todo el metraje, es el cara a cara final, esos dos animales frente a frente que se alternan por momentos los roles de cazador y presa.
De hecho, esta es la peli protagonizada por Schwarzenegger ‘menos’ suya: no solo esta flanqueado por un batallón de bestias pardas, sino que en ultima instancia, su presencia física está en todo momento al servicio de la del Depredador, al cual Arnold solo sirve como vara de medir. De hecho, a Dutch, que es como se llama su personaje, no se le presenta como un heroe indestructible, algo a lo que Arnold nos tenía acostumbrados, sino alguien que realmente puede que muera. Y tanto es así, pocas veces hemos visto a Schwarzie tan hecho polvo, y al final no es tanto su ingenio sino casi la pura suerte (casualidad es que el alien se coloque justo debajo del contrapeso de la trampa que él mismo acaba de evitar) le permite derrotar a su enemigo, frente al cual no tiene físicamente nada que hacer.
Para ir concluyendo, creo interesante remarcar que todo indica que el alien busca deliberadamente ese enfrentamiento final con Dutch. Tanto es así, que en un momento en el que le tiene completamente a tiro, dispara sobre su fusil, hiriendolo aparentemente de forma solo superficial (me niego a creer que es sencillamente un agujero de la trama), y permitiendo luego que huya y que se prepare para el gran enfrentamiento final. Incluso podríamos pensar que lo ha seleccionado previamente: el primer batallón, enviado por Dillon (Carl Weathers), es eliminado de una sola vez, como si el cazador no quisiera distraerse con ese botín, y ni siquiera guarda sus cráneos como trofeo. Y de forma semejante, elimina a los miembros del equipo de Dutch uno por uno y parece que sin demasiada pasión: entre otras cosas elimina a Blain entre de los primeros, probablemente por portar el arma (la ‘impaciente’) que más le puede suponer una amenaza real.
Debo de hacer mención especial de la banda sonora. Con apenas cuatro o cinco piezas, facilmente reconocibles aunque distribuidas de una forma aparentemente al azar a lo largo del metraje, Alan Silvestri crea, con elementos muy primarios (marchas militares, ritmos percutivos y algo de uso de sintetizador) una atmósfera que se mezcla estupendamente con las imagenes. Silvestri, que venía de demostrar su valía en Regreso al Futuro, se marca aquí en su primera score de acción un trabajo a la altura del film: una obra de culto, y que sin duda anda entre mis preferidas.
Como curiosidad, las notas musicales que acompañan los últimos planos son los de la marcha funeraria que honra a los compañeros caidos, la misma que había sonado previamente cuando Mac se despide de Blain. Sin embargo, el plan original era que sonase un desarrollo del título principal, el mismo que suena durante los títulos de crédito iniciales (y que no se vuelve a escuchar), revelando que el verdadero depredador al que hace referencia el título no es otro que Schwarzenegger.
No me apetece acabar este repaso sin señalar y compartir con vosotros algunos algunos momentos míticos que creo que a todos se nos han quedado grabados en la memoria visual y auditiva:
- El indio (Sonny Landham) bebiendo la savia de una rama: viviendo de lo que da la selva a machetazo limpio.
- El constructivo contraste que provoca escuchar a Little Richard en la escena de los helícopteros, aportando un ecléctico y enriquecedor punto de desenfado al tono general de la película.
- El negro (insisto, y sin voluntad de ofender, Bill Duke es EL negro por excelencia) rompiendo la maquinilla BIC contra su mejilla.
- La taladura/rasurado de la selva. Es LA escena.
- Los lamentables chistes de Hawkins (interpretado, por cierto, por Shane Black, guionista entre otras de Arma Letal y El Último Boy Scout)
- El sonido gutural del Depredador (que dicho sea de paso, no es dificil de imitar)
- Los créditos finales, con todos los actores saludando a cámara, a la usanza de una obra teatral. Todos, menos Arnold.
- Como en Alien, tenemos perfectamente localizados a los protagonistas cada uno por su nombre, que son repetidos numerosas veces: Dutch (Schwarzenegger), Dillon (Carl Weathers), Mac (Bill Duke), Blain (Jesse Ventura), Poncho (Richard Chaves), Billy (Sonny Landham) y Hawkins (Shane Black). El reparto se cierra con Ana (Elpidia Carrillo), el General Phillips (R. G. Armstrong) y el alien (Kevin Peter Hall)
- ¿Todavía no he mencionado el camuflaje del Depredador? Aunque un efecto ‘ochentero’, lo prefiero a las versiones digitales de las últimas películas, donde el camuflaje parece sugerir esencialmente un material con distinto índice de refracción que el aire.
- ¿Y de su visión térmica? Solo digo que en el Museo de la Ciencia de Londres, donde había una cámara de visión térmica, casi me peleé con niños de ocho o nueve años por poder jugar ella. Y no os engañeis creyendo que de eso hace tiempo: fue el año pasado.
- El eterno acento austriaco de Schwarzenegger, que evidentemente solo se aprecia en versión original, dejándonos lindezas como ‘C’MOOON!! KEEEL ME!!! AM HEAAHH!!’, y el famoso ‘RUN!! GET TO DA CHOPPAAAAAH!!!’
- Que coño: es una película de Schwarzenegger. De sus mejores, de hecho, y la que le lanzó a la serie A de Hollywood.
- Y por supuesto otro de los mejores momentos de la película: cuando Duch y Dillon se chocan la mano. Supernovas, agujeros negros, quasares, y otros petardazos interestelares por el estilo se acobardan cuando piensan en ese instante. De hecho, se rumorea que la creación del Big Bang pudo ser algo parecido.
Como todos sabemos, esto no fue más que el comienzo de una saga. En Depredador II se nos cuentan más cosas sobre el alien (no creo que hiciera falta), y que aunque la recuerdo con cariño y sigue pudiendo verse (creo que de niño pude verla tantas veces en VHS como la primera), no tiene comparación con original. Y a pesar de ello, a esta segunda parte se la echa de menos cuando la comparamos con los posteriores despropósitos: Alien Vs. Predator (bochornosa) y Aliens Vs. Predator 2 (deplorable: en este blog ya se habló de ella). Todavía salvaría Predators, una continuación moderadamente disfrutable, pero no deja de ser un mediocre ‘más de lo mismo’, que refuerza la sensación presente ya desde la primera parte, y es que sobre el depredador ya se dijo todo (que no era necesariamente mucho), y la idea original, si no va a acompañada de buen hacer, no da para más. Y es que, en practicamente todos los aspectos que abarca, por su dirección, sus protagonistas, su diseño de producción, y el mero hecho de ser producto de su tiempo, ‘Depredador’ es irrepetible.
Concluyendo, ‘Depredador’, con sus carismáticos personajes y solidísima dirección, no solo es una película de culto (lo que sugeriría que es solo una minoría quien la aprecia), es mucho mejor que eso: forma parte del tejido conjuntivo de una de una generación: la mía. ‘Depredador’ forma parte de la cultura popular, de forma mucho más extensa que tantos otros clásicos de la ciencia ficción, en gran parte gracias a su accesibilidad, que la libera de cualquier oscurantismo o prejuicio que mucha gente suele tener hacia este género. Y de paso, demuestra no solo aquello de que lo bien hecho envejece estupendamente, sino que cuando algo de tanta calidad funciona a un nivel tan elemental y primario, encandila a cualquiera.
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Yo la pude ver en el cine hace un par de años, en el Kinepolis, en un maratón que hicieron de Depredator, Alien 1 y Alien 2, con motivo del estreno del nuevo videojuego de Aliens vs Predator. Me quité con ello una espinilla, o más bien un antojo, de poder verla en el cine. Y aunque durante toda la peli no me pude quitar la sonrisa estúpida de friki viendo en el cine un clásico de su infancia, no sé porqué motivo, por mucho que la disfrutase en pantalla de cine, no me llenó tanto como las de Alien, creo que tiene algo que la engrandece en tu salón de cuando eras niño, es una película para ver en VHS, aunque la tengas en DVD o HD o lo que sea.
Pues mira, sin haberla visto en el cine, creo que sé lo que dices, Depredador tiene un aroma a televisor de tubo y VHS muy característicos, entiendo lo que dices que no gana tanto al verla en la gran pantalla, jejej
Pd.: y gracias por el comentario, me daba cosica que este díptico dedicado a Depredador se hubiera quedado huerfano ;)
O predator siempre ah sido de mis películas favoritas desde q la vi de niño con mis padres …. Es un clásico y una leyenda depelicula
Tengo otra teoria sobre por que no mata el Alien a Schwarzenegger. El arma se le descargo, menos de un minuto antes, disparo uno de sus torpedos de energia contra un moribundo Poncho justo en su cabeza (atravesandola), justo despues, le dispara a Schwarzenegger en un hombro. Tal vez queriendo arrancarle el brazo, pero sabia que no podia hacer mas. El depredador puede disparar mas tiros, pero debe programarlos (esto sale mas de los juegos y de los comics de la franquicia que de esta pelicula). Ademas, el alienigena no podria haber programado pelear contra Scwarzenegger si no lo conoce como guerrero, algo que no se dejo ver casi hasta el final (de hecho, pelea primero con Billy porque este entiende lo que esta pasando, no al reves, es mas, al final Dutch es el que reta al depredador). Muchos saludos y gran post sobre la pelicula!!!
Hombre, yo a las cosas de los videojuegos no les haría mucho caso, ten en cuenta que son cosas añadidas despues de la película original y dudo mucho que lo tuvieran en la cabeza cuando la concibieron. En cualquier caso, muchas gracias por los comentarios, saludos!!