Viene de aquí, (Jacinta* tos los porros te los fumas)
Pues eso: suspenso en matemáticas, la única que me quedó, y por lo tanto no pude ir a Selectividad con todos mis compañeros en junio. La verdad, para mi no fue ni si quiera un golpe muy gordo, por una parte lo veía venir, y por otra todo el rollo ese la de la «selectividad-universidad-irse-de-casa» me parecía un poco surrealista; como que no estaba hecho a la idea, así que no me importó demasiado. Por supuesto, para mis padres si fue un golpe duro (mi padre llego a creer directamente que yo no quería seguir estudiando, algo que nunca fue cierto), aunque aún pasarían cosas más complicadas en el futuro inmediato.
Todo el verano entonces lo pasé recibiendo clases particulares, algo que nunca me ha gustado ni he creído necesitar, aunque esa pequeña disciplina me vino bien. Por lo menos, estuve esos 2 meses de verano con Saboya y la Champi, que también habían suspendido precisamente matemáticas, y allí estábamos, los tres con la profesora (la Soco), vaya, que nos reíamos con lo nuestro, y al salir nos íbamos a hacer el penco por ahí y también echábamos buenos ratos.
Bueno, la cuestión es que toooodo el verano fue así. De hecho, fue mi primer verano estudiando, mi primer verano enfocado a septiembre. (Desde entonces, siempre ha sido asi, por cierto… XDD). Esta parte de la historia pasa rápido: llegamos a septiembre, hago el examen de Matemáticas (por fin Jacinta se olvida de todo), y saqué un 5 raspado, todo lo que necesitaba. La nota final de bachillerato me quedaba de este modo en un 6,9, No una nota especialmente alta, pero suficiente para la carrera que quería desde el principio: Ingeniero Técnico en Diseño Industrial en Málaga.
Una vez aprobado el examen de Matemáticas (un martes), me quedaban entonces dos semanas hasta la Selectividad. Y como siempre, yo, con los huevos cuadrados, no abrí ni un libro durante toda esa primera semana. Al salir al sábado, hablé de nuevo con Saboya y me dijo que el tampoco había estudiado nada, y que a ver si quedábamos el lunes o el martes para repasar algo de dibujo técnico. El lunes no hicimos nada, así que volvimos a quedar para el martes, día 11.
Martes, 11 de Septiembre de 2001. Que ni falta hace decir lo que pasó ese día.
Esa tarde vino Saboya, le aclaré algo de dibujo, pero yo no me pude concentrar, y le dije que ya no quedábamos más. A él, aunque se había enterado y le habían flipado las imágenes, le daba medio igual, pero yo estaba bastante aturdido, que es la palabra exacta.
De hecho, ya estaba más tranquilo para cuando Saboya llegó, pero en un momento cumbre, cuando había estado pegado a la tele (concretamente cuando se dijo que otro avión se había estrellado contra el Pentágono) si me llegué a acojonar bastante. Yo contaría como fue ese día para mi, pero a ver, cada uno tiene su historia de ese día y todos lo recordamos muy bien, es algo que pertenece a la experiencia y memoria colectiva.* Por lo demás, yo, como casi todo el mundo, estuvo pegado a la tele. Todo el día. Todos los días de esa semana, desde por la mañana hasta por la noche.
*De hecho, aquí lo cuento.
Pero volviendo al quid de todo esto, prácticamente se me olvidó la Selectividad. Lo que pasó fue que hasta el siguiente sábado (a falta de tres días para el Día D) con el susto no cogí el primer libro. Y aún tenia que «repasar» (por no decir meterme desde cero) los 30 temas de historia, y toda la lengua y literatura, y repasar ingles, y dibujo, y física…
Matemáticas, al menos, las tenía medio frescas, así que como el primer día era Historia, fue la que ataqué primero. 30 temas que me comí en 2 días y medio. Llegué al examen, me preguntaron el tema que mejor me sabía (la invasión de Napoleón), y a pesar de que lo que puse lo dejé niquelado, se me olvido poner la otra mitad del tema, los antecedentes, al entender mal el enunciado. Así que en ese saqué un 4,5. En lengua, que no había estudiado casi nada, un 2. En Ingles, un 2,5. (blasfemia). Al día siguiente, Matemáticas, un 5, y Dibujo Técnico, un 7 (bien!).
Y aún quedaba Física. No había estudiado nada. Y cuando digo nada, es nada. Así que llego al examen, y había 3 problemas que creí no haber hecho bien, y una pregunta teórica en la que tenía que explicar la diferencia entre vida media y periodo de desintegración. Pues lo que hice en esa fue soltar un rollo, y empecé a hablar de la teoría de la superposición de estados cuánticos que quedaba expresada con el experimento mental del gato de Schröndinguer… saqué un 7’5, chavales, XDD
Pensé en investigar que había pasado con lo de historia, (porque ya digo, ese tema me lo sabía genialmente), pero cuando vi lo de física, dije, uf, lo comido por lo servido, y aquí no ha pasao ná…
Me acuerdo que me acerque al instituto, y justo vi a mis profesorass de Historia y Lengua (que me acuerdo que en ese instante iban juntas), pero ellas no me vieron, (con la de veces que me han dicho ellas lo grande y alto que soy XDD), y por el contrario, Juan Antonio, mi profe de Física (al que tengo mucho aprecio, carajo, él es mi mentor) se acercó a felicitarme con mucho cariño.
Pues eso, recuerdo la Selectividad como una experiencia más, curiosa, y ahora que la van a tener muchos, pues a los que leáis esto, (mi hermana empieza el martes, otros no sé si la habréis tenido), que os tranquilicéis, que cuando la hayáis pasado ya veréis como todo es una tontería, y no lo digo porque la universidad sea especialmente difícil, simplemente, veréis lo absurda que es esa prueba.
Yo sé que soy alguien tranquilo (de hecho, soy el tranquilo, más de una vez me lo han dicho), pero de todas formas no entendí nunca esos nervios, la gente vomitando, etc… en fin, cada persona es un mundo, pero lo que digo es que si podéis evitar esas cosas, bueno, pues intentadlo al menos.
(…)
Acabaré un poco la historia, mi media de selectividad fue un 4 y pico (blasfemia, de nuevo), y la media total se me quedó en un 5’7, suficiente para entrar donde yo quería. Lo que pasó, es que en septiembre ya no quedaban plazas… un año entonces haciendo ¿que?. Me matriculé en Informática de Gestión en Jaén, aunque esa es otra historia…