Ayer tuvo lugar de nuevo una escalofriante escena en la Maestranza. A fuego se encuentra grabada en nuestras retinas la imagen de Julio Aparicio siendo corneado en la mandibula la pasada feria de San Isidro. Aunque poca gente de la misma plaza recuerda esa imagen, que a pesar de ser oportunamente cazada por las cámaras, fue un instante tan fugaz que pocos testigos oculares tienen un recuerdo claro, más allá del que luego las televisiones y periodicos se encargaron oportuna y agradecidamente de apostillar.
No fue igual la escena de ayer, cuando de nuevo Aparicio, enfrentandose a Lostzilla, un morlaco de 545 kg, fue enganchado por este y lo mantuvo pillado y agitándolo en el aire durante un par de minutos. Su cuadrilla no pudo hacer nada, aunque por suerte no hay que lamentar males mayores y el diestro pudo acabar la faena y salir por su propio pié de la plaza, solo después de conseguir tres orejas y un rabo.
Miembros del equipo de Aparicio se mostraban prudentes en sus declaraciones «En estos casos poco se puede hacer. Solo puedes esperar a que el toro se canse o se aburra, de nada sirve tontear con él o intentar despistarlo, porque todo lo que haces es quedar como un gilipollas, y más todavía si el toro le suelta solo para cogerte a tí». Sin embargo los testimonios que se podían recoger entre el publico no dan crédito a lo que vieron. «Lo estaba meneando igual que un muñeco de trapo. Es igual que cuando una vaquilla pillaba a un viejete en Impacto TV, que lo veías primero andando a su velocidad ‘modo viejo’, y de repente, aunque no por voluntad suya, se convertía en Tony Hawk. Es increible pensar que un cuerpo humano se pueda menear tan rápido», comentaba un aficionado anónimo al acabar la tarde.
Más tarde, según se esclarecían los hechos, la enfermería compartía en un comunicado a la prensa un análisis de la cogida. Se ve que el cuerno entró por el ojo, siguió por la pituitaria y solo tras atravesar el tímpano encontró su salida por la traquea. El mismo enfermero comentaba que «algo le ha tenido que doler».
Sin embargo, Aparicio no compartía la opinión del enfermero, que insistía en que aquel «haría mejor callándose y dedicándose a lo suyo» porque «hablaba sin saber». «A ver, lo que es escocer, ha escocío. Lo que pasa es que cuando ya te ha pasado una vez, la siguiente ya no es pa tanto», compartía con los presentes. Sin embargo se ha mostrado huidizo cuando los reporteros insistían en sonsacarle más declaraciones.
Cabe reseñar, como dato anecdótico, que el segundo cuerno también encontró algo de carne: tras entrar por la axila encontró el orificio de salida por la uretra, aunque por suerte no hay que lamentar daños en el páncreas. «Reconozco que hubo un momento, cuando hubo hueso contra hueso, que sí que me dio un poquillo de dentera», se le llegó a oír decir al torero. «Sobre todo cuando lo que es el cuerno cogió el canalillo de la medula espinal, porque ahí estuvo el toro haciendo un rato yiyi-yiyi, hasta que me soltó», continuó.
Sin embargo, apenas unos minutos más tarde de la cogida, su médico, en unas duras declaraciones, comentó tras revisar las radiografías que «si llega a pellizcar el apéndice, otro gallo hubiera cantado. Probablemente esta noche no estaría inaugurando su nuevo restaurante», para continuar observando que «Julio es un fanfarrón, dice que tampoco le ha dolido tanto, pero cuando le tenga que poner agua oxigenada se va a enterar». Al recordarle estas declaraciones de su galeno, Aparicio se limitó a sentenciar «Son gajes del oficio, uno tiene que estar hecho a estas cosas» mientras una pícara sonrisa se dibujaba en la cara del maestro al tiempo que firmaba autógrafos a la salida de la plaza.
(…)
*Bueno, esto es obviamente un texto humorístico, con la que espero que nadie se ofenda, al tiempo que homenaje a El Mundo Today, El Garrofer, y sobre todo a José Mota. Y todo es debido a un sueño bastante gráfico que he tenido esta noche. Seguro que me disculpáis la tontería (o tonturón, como se dice en mi pueblo, que para algo se llama así esta categoría del blog). Son las cosas que tiene no poder parar de crear…
Jajaja, mira que eres salvaje, me ha dolido hasta a mí. Un abrazo, Rufo. Me están encantando las fotos de tu escapada de otoño, me alegro mucho de que estés bien.
jejej, bastante gente se ha reido con esta animalada, pero la verdad estas ocurrencias las he tenido siempre, aunque pocas veces las suelto (si, una mente oscura) xD
Gracias, Rafa, un abrazo!
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