Todo esto viene de que me encuentro, de coña, esta viñeta en FinoFilipino (cuyo origen es Timecowboy)
Con muy pocos elementos y mucho estilo, el dibujante crea un tipo de viñeta diferente que huye de los memes, de buscar el chiste o el golpe fácil (que cuidado: a mi me encantan), sino que sencillamente transmite buen rollo, del que arranca una sonrisa. Pero en este caso tiene un añadido: es que además, lo que cuenta es probablemente verdad.
(Volveremos a este video…)
(…)
No sé si los más jóvenes* tendréis alguna noción de ciertas cosas que pasaron en nuestro gigante compañero en 1994, el caso es que yo las recuerdo muy vívidamente. Empezando por como me enteré: un ejemplar de la Muy Interesante en 1993 me revelaba que en unos meses un cometa se estrellaría contra Jupiter.
(*y más mayores, hey, que esto salió de forma prominente en las noticias, espero que al menos de algo os suene lo que voy a contar)
Por aquel entonces todo aquello realmente me fascinaba (si es que ya no lo hace), y durante varios meses compré la revista para ver como evolucionaba aquella historia. Se daba la circunstancia de que por aquel entonces también acababa de leer ‘Tintín y la Estrella Misteriosa’, y además, estaban especialmente de moda los dinosaurios, y con ellos, las distintas explicaciones de su extinción.
De hecho, tanto me fascinaba, que lo escogí como tema cuando tocó escribir un pequeño cuento ilustrado para la escuela.
Si si, un cuentecito con dibujos, que contaba la historia de un astrónomo aficionado, su amigo el kiosquero, y el primo de este, que era ‘científico’ y decía conocer ‘un método’ para desviar un cometa, no recuerdo ahora si basado en un láser o en ‘ultrasonidos’ (en el vacío interestelar, ¡bien!), y salvar con ello el mundo. Aquel libreto se llamaba, muy originalmente, ‘El cometa’. Y todo esto, años antes de que Bruce Willis y Robert Duvall se dedicaran a perforar asteroides y cometas porculeros, un verdadero visionario… ¬¬
(…)
Pero no me quiero liar más hablando de dinosaurios, ni de Tintin, ni de la imaginación de un niño de 12 años: sino del Shoemaker-Levy 9: un cometa (o más bien, un reguero de trozos de cometa) destinado a acabar su existencia en la profunda atmósfera de Jupiter. Recuerdo llegar a leer titulares cataclísmicos tipo ‘¿sobrevivirá Jupiter?’, cuando en realidad a aquella historia le tocaba acabar en rasguño, pero, ¡menudo rasguño!
En el ‘collar de perlas’ que el cometa iba dejando en Júpiter, cada marca era de un tamaño similar a la Tierra, y sin duda si cualquiera de aquellos trozos hubiera impactado contra nosotros no solo hablaríamos de la segura destrucción de nuestra civilización, sino de poner en un serio aprieto la misma existencia de la vida.
Cuando Eugene Shoemaker finalmente supo que el cometa, uno de tantos que había descubierto junto a su su esposa Carolyn y su colega David Levy, se estrellaría con Jupiter, se sintió tremendamente afortunado, sabedor de que una vida entera dedicada a cazar cometas tendría su culminación presenciando un evento no solo generacional, sino que tal vez ocurría una vez cada varios milenios.
Pero, ¿estaba Eugene en lo cierto? ¿Se trataba de un evento realmente tan inusual? ¿O todo se debía a que sencillamente por primera vez en la historia teníamos las herramientas para observarlo y estudiarlo en detalle?
Continuará…
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Recuerdo perfectamente al Shoemaker-Levy 9. Me pilló también joven e impresionable, y ávido de leer columnas de periódicos y especiales de revistas. Sabía a muy poca información. Ojalá hubiese existido internet en aquella época, todo lleno de blogueros dispuesto a contarte hasta el último detalle, y vídeos en youtube para ver una y otra vez los rasguños provocados.
Hasta quiero pensar que de haber habido internet entonces (y teniendo esa misma edad, 10 o 12 años), no nos hubiera impresionado tanto, esa parquedad de noticias, el ansia con la que devorábamos cada gráfico o cada pequeña animación en las noticias creo que lo hace algo aun más memorable en nuestra memoria. Me alegra saber que tu también te acuerdas bien de aquello :)
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