Nota: Antes de empezar a hablar y decir bocanadas, espero y deseo que estáis todos bien, y que el confinamiento y el puñetero virus no os haya perjudicado mucho. Todos mis mejores deseos con vosotros. Y ahora, a lo que vamos.
¡Hooola! Que taaal… 😬🙄 …
Esto…. vamos hacer como si no llevase casi un año y como si no pasara nada, ¿verdad? Incluso con el tiempaco libre que (pensareis) he debido de tener con la pandemia (que es verdad, y al mismo tiempo, no), no he tenido ni la poca vergüenza de dejarme caer…
Pues de eso vengo a hablar. Y de más cosas, pero sobre todo de eso.
Porque en verdad, no he dejado de bloguear en estos meses
En realidad, me he vuelto bloguero* a tiempo completo, y me pagan por ello.
Como ya vine contandoos en las [una] [dos] y [tres] entradas anteriores, lo de ser profesor (interino) de Tecnología en los institutos de Educación Secundaria de Andalucía… lo estoy gozando de lo lindo. El año pasado en Luque, un pequeño pueblo de la Subbética cordobesa, y este en Pozoblanco, capital de facto del Valle de los Pedroches, famoso pueblo cordobés conocido por la leche COVAP, porque «la Manada» hizo otra de sus jugadas, y porque aquí murió Paquirri. Ah, y porque la Maranga a veces se aparece en sus carreteras…
Ahora en serio, lo he estado pasando estupendamente en Pozoblanco. Amigos y compañeros estupendos, en el durante me he metido dos viajes del ala (uno a Copenhague y otro a Berlín), y lo más bonito, unos alumnos que son un primor, nobles como ellos solos, y que hasta me trataban de ‘don’ (las entrañables cosas de los pueblos). ¡Y todo eso solo en cuatro meses!
Claro, hasta que se apareció el tiranovirus…
Sigue leyendo