Cuando la admiración se convierte en nerdosidad

Una de las razones de ser de este blog probablemente era la de saciar la necesidad de reclamar y reafirmarme en mi frikismo. Es una fase que superé hace tiempo, convivo con ello y ya está; entre otras cosas, es lo que hace que el blog esté más silencioso. Pero mi frikidad más enfermiza, propia de un paciente de TOC, sigue existiendo en el secreto de mi cuarto, y de vez en cuando aun la necesito ventear al público, como es esta la ocasión.

La vida que estoy llevando ahora en UK (el siguiente post lo dedico a eso) me está dejando bastantes ratos muertos. Una de las cosas a las que le estoy dando mucha caña es al tema de ponerme al día con el tremendo follón de películas que tenía pendiente. No diría que voy al ritmo de una peli diaria, pero si una cada dos días (podéis seguir las que he ido viendo/reviendo en mi cuenta en Filmaffinity). Lo que me lleva a ese otro punto: las que reveo. Periodicamente, y esto no ha cambiado, vuelvo a tener recaidas con ciertas películas, que ya sabéis cuales son. Estuve incluso años sin ver Matrix hasta que volví a redescubrirla en HD, igual que me pasó con Blade Runner, Terminator, Apolo 13, la saga completa de Star Trek… Las de siempre, ya me conocéis, nada nuevo. Probablemente pasa eso: las reengancho, las reviso y analizo un par de veces (más). Y digo verlas, no ponerlas de fondo para dormirme. Mientras, no paro de escuchar por unos días la BSO de turno y rebuscar y releer los mismos artículos y videos/making-off/escenas-eliminadas que ya leí/ví probablemente en la última recaida.
Y si, llega un punto en el que parece que ‘nada nuevo’ pueden ofrecerme estas películas que he revisado una cantidad realmente enferma de veces, pero que por famosas que sean, no cuentan con un universo expandido tan inagotable como Star Wars o El Señor de los Anillos (universos expandidos que de por si, no me suelen llamar mucho la atención: novelas, comics, videojuegos…)

Pues bien, la peli de turno es Aliens (James Cameron, 1986), probablemente la mejor secuela no-prevista de todos los tiempos. No requiere de mucha presentación, ¿verdad?

alienshicks

El sonidillo del rastreador de movimiento de los Marines Coloniales, mítico

Funciona simple: llega un día y digo ‘hace tiempo que no la veo’. La excusa en este caso: una nueva copia en Bluray de la Director’s Cut con un nuevo color timing, nuevo transfer, y poco más (es que mi otra copia estaba solo a 720p y era de la versión cinematográfica). La vuelvo a ver, y me vuelvo a dar cuenta que es UN PELICULÓN COMO LA COPA DE UN PINO, donde Cameron y Horner, con sus tremendos agobios, estuvieron sembraos (one more time). No puedo más que insistir again en mi absoluta reverencia a estos dos hombres, que con sus explosiones nucleares y sus parabará, me parecen absolutos genios. Pero ya está. ¿Algo nuevo en Aliens para mi?

Permitidme recuperar la compostura, solo para volver a perderla inmediatamente.

En ese momento me planteo un reto: a ver si puedo recordar los nombres de los QUINCE tripulantes de la Sulaco. Sigue leyendo

Pestañas

Cuando me compré este portatil, hace ahora casi dos años, creía que mi problema crónico con la memoria RAM se acabaría. Mi antiguo P4 tenía 1GB, y al llegar a este i5, me decía a mi mismo ‘4GB deberían de ser suficientes’.

Captura real de mi pantalla, en full HD. No es ningun 'fake', la acabo de hacer ahora. Una pestaña más, y dejo de ver las miniaturas de cada web en las pestañas. Atentos a unos cuantos detalles más: no es la única ventana abierta de Chrome, abajo veis otras dos. El botón a la izquierda de la barra de direcciones indica el número de pestañas abiertas. Y la que veis en primer plano, de Microsiervos, lleva ahí desde verano pasado. Aún no he escuchado el clip que la acompaña.

El caso es que después de una ampliación a 8 GB de RAM, sigo apurado. Pa matarme.


(La tira me la envia etringita, que sabe muy bien de qué hablamos :D)

El autentico Histomapa de 1932

Más de una vez he escuchado la pregunta sobre si toda esa amplia cultura general que algunos lucen no aparece condensada en algún libro, en algún sitio concreto donde se pueda consultar de un vistazo, o adquirir de forma relativamente rápida. Siempre digo que no hay trampas, que se trata de ser sencillamente curioso (la Wikipedia está ahí, valga este resumen, glups!, de la historia de la Humanidad), y finalmente leer mucho, pero aunque conozco libros para eso que piden (un ejemplo que siempre pongo es ‘1001 cosas que todo el mundo debería saber sobre ciencia’, de James Trefil), creo que mejor que el ejemplo a continuación, he encontrado pocos.
En apenas unas páginas, encontramos resumida la historia del universo, el sistema solar, origen de la vida, de la especies, del hombre y de nuestra misma historia escrita, todo en lineas muy generales pero mencionando todos los elementos básicos. El gráfico es de 1932, y a pesar de ello sigue en su inmensa mayoría perfectamente vigente, y a todos los efectos, sirve como un perfecto ‘comienzo’ para entender bastantes cosas, o al menos tener una visión general de ellas. Echadle un vistazo porque es tremendamente interesante.

The Histomap of Evolution

Aunque eso si, está en inglés, aquí lo podeis ver a tamaño completísimo

Nota: no ignoreis este otro histomapa, este si, centrado y mucho más detallado sobre la historia de las civilizaciones humanas. Por cierto, putos chinos… :P , que siempre han estado ahí…

Nota 2: y tampoco dejeis de leer la valiosa aportación de Eulez en los comentarios.

El ‘Valle Inquietante’ en el cine de los 80: ¡Muñecos de goma!

¡Entrada Friki al canto! ¿A qué viene esto? Me recuerdan via Twitter que se acaba de estrenar la nueva peli de Tintin, pues al parecer sigue sin convencer a mucha gente el tema de los actores digitales. Ya sabéis de qué hablamos: el Valle Inquietante.

(Para profanos, ‘el valle inquietante’ es una teoría, de mucha importancia tanto en robótica como en el mundo de los efectos especiales para el cine, que relaciona la empatía que despierta en nosotros una creación artificial, a medida que esta parece más o menos humana. El problema es que a medida que dichas creaciones se parecen más a los humanos, estas pasan inesperadamente a crear una fuerte sensación de rechazo, el mencionado valle, que solo se salva cuando la imitación es perfecta o casi perfecta (más información en el enlace))

Personalmente, lo que he visto en los trailers de Tintin me ha sorprendido para bien, pues era más de lo que me esperaba, que no era mucho. De esto ya he hablado parcialmente aquí (entonces hablé de efectos digitales en general, no de personajes de carne y hueso), concluyendo que, aunque puntualmente ya se haya conseguido, sigue quedando mucho camino por recorrer hasta que nos traguemos, 100% y sin fisuras, un personaje de carne y hueso creado digitalmente.

Pero no he venido a hablar de criaturas digitales. Quiero hablar de criaturas ‘reales’: de las de goma y latex que poblaron la fantasía, la ciencia ficción y el terror de los años 80. Y sobre todo, el mal rollo que daban.

Porque ahora, tal vez ver estos efectos nos arranca una sonrisa. Y no hay a quien le falte condenarlos al ostracismo, no ya por cutres, sino por lo meramente anticuados que se ven. Será la edad, pero durante mucho tiempo yo he sido enfervorizado defensor de los efectos digitales, solo para volver a comprender recientemente el valor y la autenticidad que proporcionan unas buenas marionetas físicas. Porque, tal vez es aventurado decirlo, pero su ‘cutrez’ es una característica no implícitamente negativa, sino una cualidad netamente positiva y que en cierta medida facilitaba provocar las sensaciones que en ese momento uno debería sentir como espectador. No olvidemos que por lo general, esos efectos estaban a la vanguardia y el público los compraba, y solo ahora nos parecen obvios…

(…)

Empezaré, por supuesto, por V (1984). No sé si hay alguien nacido y criado en los 80 que no solo que no conozca esta serie, sino que no conozca esta escena: se nos revela por primera vez la verdadera naturaleza de ‘los visitantes’, en un mítico momento en el que Diana se traga un rata sin pestañear. Aquí va vídeo (con la versión de 2009 de regalo):

Es un plano que no dura más que un par de segundos, y sin embargo nos ha quedado a todos los que lo vimos de niños (y no tan niños), grabado en la retina. Solo al verlo recientemente he comprendido plenamente el por qué: no solo era traumático ver a una ¿persona? tragarse una rata; sino que ni siquiera se trata de una persona. Ay, ¡es un puto muñeco! Y como es evidente, ese muñeco está en el fondo del puñetero valle inquietante. La postura fija de la cabeza, el antinatural movimiento y la posición del brazo, la mirada perdida, la piel de goma… Ni siquiera la iluminación ni el encuadre coinciden. Esas cosas, que nos resultan evidentes ahora, cuando eres niño solo se perciben a nivel inconsciente, de una forma vaga y difusa, que solo se traducían en un par de ideas muy sencillas:

Raro, y Mal rollo. Sigue leyendo

Visita a la fabrica de LEGO


Ahí va, ración de nostalgia.

(…)

Una de las cosas que tiene esta universidad, y casi parece que mucha de la industria tecnológica de la zona, es su relación y lazos con LEGO. No en vano, estamos a apenas 60 km de su sede. Hasta tres profesores míos han trabajado allí, y otros tantos son los que tienes lazos directos con la marca, aparte de empresas y spinoffs relacionadas que están ubicadas en el llamado ‘Innovation Building’, donde empresas comparten oficinas pared con pared con aulas donde recibimos clases. Incluso los de informática tiene asignaturas cuyas prácticas son directamente con Lego Mindstorms (robótica programable). No se puede esperar menos de una empresa que solo en Dinamarca emplea a 3000 personas (mientras su fábrica principal está en un pueblo de apenas 20mil habitantes) y es una de las señas de identidad de un país pequeño como es Dinamarca. De hecho, junto a Hans Christian Andersen, la cerveza Carlsberg y La Sirenita, es de la cosa de la que más se enorgullecen. LEGO. «Leg Godt», que significa ‘juega bien’ en danés, y también, y sin que Ole Kirk Christiansen lo supiera, significa ‘yo ensamblo’ en latín. Un negocio que ha sobrevivido a 70 años en los que ha pasado de todo: incendios, subidas exageradas de precios de las materias primas, y sobre todo, cambios en la cultura, en la forma de aprender y de enseñar.

Visit to Lego Factory!

Pero a mi me dan por culo los Lego, que queréis que os diga. Mirad, es muy sencillo: yo era de TENTE. Yo soy de Tente, me crié con Tente. Aquí en Dinamarca, compartiendo vida con españoles que no existían antes del 1989, me he dado cuenta que muchos ni saben lo que es Tente. Pero para mi generación creo que tiene la misma importancia que Bola de Dragón o los huevos Kinder. Por fortuna estos dos últimos siguen existiendo: Bola de Dragón lo reponen cuando quieras (si es que no te has descargado los episodios), los Kinder se siguen fabricando (aunque los juguetes sean una mierda, el chocolate sigue teniendo la misma magia). Tente no. Tente, y su empresa madre EXIN, quebraron en 1993. Desaparecieron. De las tiendas, de todos lados. Solo gracias a eBay existe todavía ese universo, raquítico y desvaneciente, que se mantiene vivo solo por el amor con que sus seguidores lo siguen nutriendo.

Para quien no lo sepa, Tente era la alternativa española a Lego. Piezas de las mismas dimensiones externas, pero incompatibles en su ensamblaje. Y aquí viene el dato objetivo: Tente era mucho más avanzado que Lego. En esto hay una animadversión como Madrid-Barça, Sega-Nintendo o Star Wars-Star Trek. Por supuesto a los fans de Lego les repatea que les digamos lo que voy a decir (igual que a nosotros nos repatea que digan que Tente es la copia barata de Lego, algo obviamente falso). Pero el dato objetivo es este: en su momento, las piezas de Tente permitían hacer muchas más cosas que las de Lego. Había más variedad, había mas maneras de ensamblarlas, había más colores, formas y acabados. Y no lo digo sin saber: yo de pequeño tuve de ambos. Y sé lo que se podía hacer con los Tente y lo que se podía hacer con los Lego. Y sin embargo, Lego fue la que pudo. Tente no sobrevivió. Dicen que debido al auge de los videojuegos, a una mala gestión, a la crisis económica que hubo en España a principios de los 90, a las demandas y problemas legales que había tenido en varios países (como en Israel) donde se había enfrentado a Lego… Y solo después de la caída de Tente, Lego empezó a evolucionar, a sacar los Lego Technics y los Mindstorms, a sacar muchas más piezas, versiones, acabados, colores. A hacerse con las licencias de Indiana Jones, Harry Potter, Star Wars. A permitir mucha más libertad, a desatar la fantasía de niños y no tan niños. Y Lego pudo y creció, y maduro. Pero eso fue después, fue no sin antes quitarse a Tente de en medio.

Indiana Jones in the Map Room

Indiana Jones in the Map Room, by Avanaut

¿Es esa animadversión absolutamente irracional? ¿existe el odio hacia los Lego? Si, es irracional, pero no es odio. Los Lego me gustan, no es que los odie. Es solo que ojala, OJALA, me gustasen tanto como a los Tente. Ojala despertasen en mi la misma sensación, ojala mirase una pieza de Lego y me pasase lo mismo que me pasa con solo ver una pieza de Tente. Siempre llevo una pieza de Tente conmigo. No es que los Lego no me gusten, es que me da coraje que sencillamente no sean Tente. Si los Tente existieran, seguramente hubiera seguido comprandolos, a pesar de haber rebasado hace tiempo la ‘edad recomendada’. Probablemente los siguiese coleccionando. Ya veis que todavía, hace unos años, me dediqué a completar la colección de la ciudad Micro Tente que hace (literalmente) décadas quedó incompleta. Todavía pienso en como reconstruir y engrandecer esas ciudades en 3d. En fin, no sé como explicarlo sin resultar redundante, pero Tente forma parte de mi infancia, los Tente están ahí. Y Lego no. Tente son recuerdos, Lego no. Y sin embargo Lego es un presente, mientras que Tente es solo un suspiro, un recuerdo… es polvo… si, 27 años y sigo suspirando por una caja de Tente sin abrir…

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Pero, ironías de la vida, me vi hace unos días, con un grupo de clase, en la puñetera fábrica de Lego. La original. La que muchos matarían por ver. Viendo como el plástico ABS (Acrilonitrilo Butadieno Estireno, es importante decirlo rápido) entra en ‘pellets’ (bolitas) en las máquinas, se funde a 245ºC e inyecta a presión en moldes carísimos… y por otro lado salían, frías y perfectas, las piezas acabadas. ¿Sabéis de que va mi carrera? Sigue leyendo