El científico, del mismo modo, debe aprender a distinguir el grano de la paja, distingir la señal del ruido. En muchos momentos le llegarán datos que invaliden la teoría vigente. Estos datos, al igual que cualquier otro, deben ser investigados y contrastados. No vale un ‘testimonio’, ni un ‘caso puntual’, si bien es cierto que nos pueden servir de pista para saber hacia donde tirar. Sencillamente, hay que investigar esos indicios, para que eventualmente se revelen como prueba valida o o no. Todos sabemos como trabajan los CSI. Puede ser (y de hecho la inmensa mayoria de las veces es) un fallo instrumental, lo que llamamos ruido, que es generado por los mecanismos.
Y hablando de testimonios: las personas no somos precisamente una herramienta de precisión. Imaginamos, alucinamos, exageramos, mentimos… es decir, introducimos ruido que hace que la información dada por un solo individuo deba ser tenida en cuenta con mucha cautela.
*Por ejemplo, hay miles de ‘testimonios’ de avistamientos de OVNIs (atención, que resulta que si ves un pájaro y no atinas a adivinar lo que es, técnicamente es un OVNI: recordemos, objeto volador no identificado), y sin embargo no hay ni un solo hecho documentado seriamente, con rigor, con contraste. Ni fotos definidas, ni vídeos ni nada. O al menos… no hasta la aparición del Photoshop y los efectos digitales… Y testimonios, casi ninguno anterior al incidente de Roswell, curiosamente justo cuando se empezó a poner de moda el tema de los OVNIs. Atención: por supuesto no es científico negar tajantemente la existencia de visitas de extraterrestres (de hecho, ojala vinieran y hubiera pruebas de ello), pero la verdad es que la explicación es siempre mucho más sencilla: una nube lenticular, la estela de un avión, una refracción en las capas superiores de la atmósfera, un satélite que brilla espectacularmente, Venus al anochecer, proyectores de luz que apuntan al cielo, una gentil dosis de narcóticos o una tendencia natural a la alucinación, falta de sueño, un mentira fuera de control, elevada impresionabilidad, falta de conocimiento o sencillo afán de protagonismo. O una mezcla de todos. Todo ello, sinceramente, más probable que pensar que unos extraterrestres tipíficados viajan millones de años luz a follarse a un paleto de pueblo, con todos los respetos a los gañanes. Que curiosamente, fíjense, raramente se tiran a alguien con estudios superiores.
¿Como distinguir la señal del ruido? ¿Se trata entonces de desconfiar siempre de lo que te digan?
No se trata de desconfiar, se trata de ser siempre cauteloso, escéptico, crítico, de estar siempre alerta. De aplicar el susodicho método científico. Que si alguna vez te dicen que lo que siempre has creido es falso, lo único que tienes que hacer es consultarlo con más fuentes. Tal vez te mientan o tal vez digan la verdad, pero tienes en tu mano la posibilidad de averiguarlo.
Siempre habrá alguien que sepa más que tú, que te puede enseñar y que del mismo modo, te puede engañar. Conocer y saber coloca siempre en una posición ventajosa. La información es una forma de poder. Un trapicheo tan cotidiano como son los cotilleos son una forma vulgar y sencilla de trafico de información: saber que tu vecino le pone los cuernos a su pareja te otorga poder, por ejemplo, para eventualmente chantajearle. La información y el conocimiento se pueden usar para el beneficio de la comunidad o para el propio. Asentarse en un escalón desde el cual ayudar a más gente a subir y tener la misma vista que tu. O bien tirar piedras a los de abajo al tiempo que les pisoteas asegurándote que nadie te quite tu situación privilegiada. Tocándose los huevos, a ser posible.
¿Solución? Ser curiosos, aprender, observar, asimilar y procesar cuanta información esté a vuestro alcance. Mirando el mundo que nos rodea. Sin tragar lo que se nos diga con papas, aunque tampoco se trata de ser un desconfiado por naturaleza. Sin acomodarse. Leyendo, todo lo que pase delante vuestra. Que no sea Caballo de Troya y Ángeles y Demonios y ya. Si, leedlos (aunque no los recomendaría como primera opción), pero no os quedéis solo en eso, a ser posible algún libro de historia o ciencia seria. O mejor, varios. Por suerte, disponemos de variedad de puntos de vista. Contrastando, mientras más fuentes mejor. Que trinquéis el canal Oddisey, Discovery Channel o National Geographic y os traguéis documentales a punta pala. Y películas. Buenas y malas. No hay cosa tan mala que no se pueda sacar nada de ella. Que tengáis abiertas siempre 20 pestañas abiertas de la Wikipedia en el Firefox (y aún asi, con cautela. que la Wikipedia no deja de ser una sola fuente). Que parece que siempre que se dice de ‘leer’ parece que refiere a ‘novela narrativa’, cuando por leer, yo al menos entiendo cualquier se refiere a leer cosa que cae en tus manos (de hecho apenas leo novela, eso ya va por gustos). Desde los ingredientes del champú hasta el folleto sobre acupuntura que me ofrece la china en el paso de cebra. Pasando por un libro sobre aleaciones de titanio. O el Corán y la Biblia, aunque no seas religioso.
Que si la razón para aprender, esa que dice ‘por el simple gusto de saber más’ no te vale (que por cierto, es un placer enorme), ahí va una que tal vez lo haga: que no se trata de poder callar al otro, ni de demostrar que sabes más. Se trata, como mínimo, de que no lo hagan contigo. De que no te engañen. De que no te manipulen.
De ser libres, cojones.
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A la hora de distinguir la señal del ruido, siguiendo con la expresión que has usado, es totalmente adecuada la actitud escéptica, pero sin llegar nunca a confundir confianza con credulidad.Creo que hay ocasiones en las que debe quedar relegada a un segundo plano la prisa por contrastar información, aunque se tenga el argumento de buscar la veracidad de los hechos. Es conveniente adquirir primero la información que otra persona se brinde a darte, confiando en ella si su actitud es positiva, y más tarde, en un acto más privado, valorar críticamente su punto de vista. La dialéctica es valiosa en sí misma, no es una lucha en la que buscar en todo momento los errores del otro.
Nadie es perfecto. No hay persona que todo lo sepa.
Estoy totalmente de acuerdo que la información es poder. Pero desgraciadamente, es más poderoso el que dice poseer la información certera, que el que verdaderamente la tiene pero no alardea de ello.
Menuda dialéctica tienes, nena. Blog Etringita Ya. Ahora en serio, ya digo que no se trata de confundir escepticismo ni precaucion con desconfianza, ni esta con desacreditación. Uno se puede esperar, aunque lo mismo se le olvida si no lo hace en el momento.
Y no puedo estar más de acuerdo con lo de que es mas poderoso el que alardea de ‘saber’ que el que sabe realmente y no alardea. Carnaza para otro post ;)