¿Y la moda ahora de decir ‘boca a oreja’?
Es cierto, las ‘frases hechas’, analizadas literalmente, suelen ser ridículas y absurdas. De eso hablabamos yo y mis amigos cuando estábamos de botellón con 18 años, y aunque darse cuenta de esos ‘errores’ de la lengua, lo mismo es cierto que demuestra un mínimo de observación y perspicacia, intentar corregirlos o ignorarlos me parece síntoma de un esnobismo galopante. Las frases hechas, sin sentido literal, existen en todos las lenguas, y forman parte de su su identidad de cada una de ellas. Son sus bellas arrugas y cicatrices, las que cuentan la jodida historia de un idioma. Intentar corregirlas me parece el burdo equivalente a una mala operación de cirugía estética.
Siempre ha sido ‘boca a boca’, dejadlo pues sencillamente estar, cojones.
Y digo más, al ‘boca a boca’ se le puede encontrar más sentido que al ‘boca a oreja’. El boca a boca implica que el mensaje se continua propagando, pues aunque evidentemente el mensaje salta de la boca del emisor al oído del receptor, el mensaje solo se sigue propagando si vuelve a salir de la boca del receptor primer a un segundo receptor, que es el sentido general de la frase. Si dices ‘boca a oreja’ no implica que el mensaje se propague.
Por cierto, la wikipedia dice que en catalán si es ‘bocaorella’. Pues bien por ellos.