Mis películas de los 90 (parte 1 de 4, 1990-94)

Hace algo más de un año publiqué una lista con las que considero mis películas favoritas de la década pasada (los dosmiles: no sé si alguna vez nos haremos a ese nombre). No dejaba aquella de ser una lista mía, como lo sigue siendo esta, pero al menos podía defender que tuve cierta templaza y objetividad al redactarla, pues todas esas películas las he visto ya teniendo yo cierta edad, cierto criterio. No va a ser el caso de esta.

Al igual que con las de los 80, yo crecí con las películas de esta lista. Pueden ser buenas o malas, pero son mías. Sobre la subjetividad de estas listas, pues también hay para hablar otro día. No voy tanto a hacer una crítica cinematográfica (porque ni soy crítico ni tengo tanto leido y visto), sino una pura y muy subjetiva lista de todas esas películas donde más que contar yo algo sobre ellas (al fin y al cabo casi todas son muy conocidas), cuentan ellas algo sobre mi. ¡Qué queréis, esto es un blog personal, como siempre ha sido y seguirá siendo! Ni los más cinéfilos encontraran ninguna sorpresa, ni los menos ninguna de la que se arrepientan si la ven. Y faltaran algunas, unas con razón, otras ¡pues miren, no la he visto aún! :D

Con todo, permitidme una defensa: se me podrá acusar de que me muevo demasiado por la nostalgia, pero todas las películas que aquí se muestran (excepto un par, convenientemente marcadas) han pasado para mi correctamente el test del tiempo. A ver si creeis que es que no hay películas que me gustaban de pequeño y me doy ahora cuenta que son una patata… Y de la misma manera, también el tiempo me ha permitido llegar a otras que solo he descubierto o redescubierto ahora. En cualquiera de los casos, no digáis que no estabais advertidos.

Y permitidme un aviso: en general son películas conocidas, asi que supongo que si es que no las habéis visto, como poco las conoceis. Me he intentado guardar de espoilear mucho, (y cuando los hago explícitos avisaré), pero con todo, sugiero cautela.
Sin, más, ahí van.

Desafío Total

-«Si yo no soy yo, ¿quién soy?»

Empecemos cronologicamente: estamos en 1990. Yo tenía 6 añitos, y es de los primeros estrenos que recuerdo. Es decir, recuerdo los anuncios en televisión y esas cosas. ¡Como olvidarlo, por Dios! No era una película revolucionaria, pero vemos a Verhoeven y Schwarzenegger en plena forma (aunque decir esto de lo segundo suene casi cacofónico). Vista ahora, y solo por los temas que trata – el problema de la identidad, la fiabilidad de los recuerdos, la dualidad realidad-sueño… ¡¡se basa en una obra de Philip K. Dick!! – ya merecería un puesto de honor en esta lista mía, porque además estos tópicos estan genialmente tratados, al mismo tiempo que son accesibles para cualquier público (algo que considero muy valioso). Aunque pretendidamente Verhoeven deseaba mantener la ambigüedad realidad-sueño hasta al final #Aviso: spoilers# (supuestamente el fundido a blanco final puede simbolizar la lobotomía que Quaid está sufriendo)#fin de spoiler#, el hecho de que haya partes de la historia que se nos muestren como espectador mientras Quaid no está presente inclinan definitivamente la balanza hacia el lado de la ‘realidad’. Bueno, eso, y que lo que luego fue Minority Report de Spielberg iba a ser una segunda parte con Schwarzenegger. Pero todo esto da igual.

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Si hablo de Terminator 2 o Matrix como dos de las experiencias visuales más imperecederas de mi vida, esta lo sigue siendo, aunque bien por méritos bien distintos. La noche que finalmente la vi por primera vez, en la tele, dormí en la cama de mis padres. Y tenía diez añazos ya (vale, también nos acabábamos de mudar de casa y no estaba muy hecho a ella, pero da igual). Mi hermana, que era todavía más pequeña, creo que tuvo durante años pesadillas con Kuato. Y es que, vaya tela con Verhoeven. Ese tipo de violencia gráfica deja huella: recuerdo especialmente el inocente mochilero que Chuache usa como escudo humano en las escaleras mecánicas del metro; pero igual que eso, uno no olvida cómo es una exageradísima decompresión ‘a la marciana’, o el robot-taxista, o la Stone y la Ticotin dandose de ostias, o a Ironside brazos-fuera, o a Cohaagen, o la gorda de las «dos semaaaanas»… y por supuesto, la mutante de tres tetas (era inevitable mencionarlo). Para rematarlo, Jerry Goldsmith estuvo sencillamente sembrado, en la que es sin duda una de mis BSO favoritas. Violenta y sangrienta, visualmente perturbadora… Muy edificante… Pero sobre todo entretenida, entretenidísima a rabiarNo es que la haya visto miles de veces, es que podría ponerla en un bucle continuo sin cansarme de verla.

 

Eduardo Manostijeras

-«Conozco un médico que podría ayudarte con eso»

Es curioso que en su momento, consideraba a Tim Burton uno de mis directores preferidos. No se si sencillamente he cambiado de opinión, sencillamente he crecido, o sencillamente es verdad que se ha convertido en un patán. Desde Sleepy Hollow, posiblemente su cumbre artística, solo una se salva de la quema y es Big Fish. Desde entonces decayendo, hasta el punto de que, quien lo diría, ni tengo el más mínimo interés en ver Alice in Wonderland, por ejemplo. Supongo que porque se repite, como House: más de lo mismo. Pero uno puede volver a sus principios, y aquí nos encontramos el tesoro más grande de todos.

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Un relato de la inocencia, de la pura maravilla, aderezado con la innegable originalidad del propio Burton. Para colmo, consigue con una facilidad pasmosa que te identifiques con el protagonista, con el friki, que entiendas desde su punto de vista lo absurdas y ridículas que son las cosas del mundo ‘normal’, porque donde Burton pone ‘vida suburbana norteamericana’ (que asco se nota que les tiene: los retrata casi como insectos) puedes colocar las cosas que pasa en cualquier lugar donde el ‘borreguismo’, la corrección política y las apariencias son todo, ya sea pueblecito o gran ciudad. Un mundo donde los clones y frikis son ellos, mientras el único de verdad, el único auténtico, es el monstruito, el único en el que se puede confiar. Y después de este tremendo paseo, llega ese final de nudo en la garganta, en la que la palabra conmovedor se me queda corta. Inolvidable. Burton (y Elfman) en su mejor momento.

 

Terminator 2

-«Ahora entiendo porque llorais. Pero es algo que yo nunca podré hacer»

Nota: Tiene un poco de mala leche que la lista casi empiece con esta película, porque me encantaría dejarla para el final; pero he decidido ceñirme al orden cronologíco. Así que seré claro: me gusta mucho el cine, y hay muchas películas a las que les pongo sin vacilar un diez. Y luego, hay unas cuantas obras de arte… que sencillamente van aparte. Terminator 2 es una de ellas. Hablar de ella en este caso, para mi, es un ejercicio de contención. Con todo, haré un intento.

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Hablar de James Cameron es de hablar de una textura especial en sus películas. Bien que será que casi le tengo puesto en un altar (si es que no lo tenía puesto ya antes de Avatar), pero todas y cada una de sus películas (tal vez exceptuando Abyss y Mentiras Arriesgadas) me conmueven de una forma característica, que no hace ningun otro director. Si, si, uso la palabra ‘conmover’, y eso que se considera a Cameron un director de acción, no de drama.

No sé si gracias a los siete años que tenía yo entonces, o a pesar de ellos, hablar de Terminator 2 es hablar de algo trascendente en mi vida. No solo porque siempre me haya declarado un fan absoluto de los efectos especiales por si mismos, sino porque Cameron tiene el puñetero talento de hacer que sus universos disuelvan el límite de la pantalla. Al igual que la primera parte, tiene la tremenda peculiaridad de dejarme con un desasosiego que la primera vez que vi ambas, me duró días, algo que ninguna otra película (postapocalíptica o no) consigue. Y no solo lo consigue con sus poderosas visualizaciones del horror nuclear (con solo una escena que ya hubieran querido en su momento muchas películas que dedicaban todo su metraje al tema), sino con una visión, no tan pesimista, pero si fría, agria, de un sabor muy especial. Además, no es que Cameron tenga talento para crear escenas de acción efectivas, o de bordarlas. Sencillamente las conquista. Con una facilidad apabullante, que consigue que estas trasciendan de si mismas. La palabra genialidad se queda corta, encuentra con deslumbrante facilidad la brutal belleza en un camión de 18 ruedas, que nunca vuelve a ser lo mismo después de ser visto por él. Es tal vez la persecución en los canales el momento cumbre de la película, es inagotable, es sencillamente imposible que me canse de verla una y otra vez, es, por qué no decirlo ya, una de las mejores escenas de acción de todos los tiempos (y por descontado la mejor persecución). Pero qué se iba a acabar ahí, que va… Cameron corrobora su magia consiguiendo, que después de una las más grandes aventuras de acción de la historia del cine (o tal vez la más), te emociones -y porque no, que sueltes una lagrimilla- por el fatal destino de un puñetero robot. T800, en paz descanses. Terminator 2 definitivamente no es solo una película. Es, es… joder, dejadme que me lleve el entusiasmo, es puñetera historia.

 

El Último Mohicano

-«Todos están ya contigo, menos uno. Yo, Chingachgook.»

He de reconocer que esta es para mí una adquisición reciente. De hecho, no la vi hasta el año pasado, espoleado por mi buen amigo Iñaki. Y probablemente no la había visto antes, porque sabía lo que me esperaba. Estaréis de acuerdo conmigo en que, independientemente de la incertidumbre y riesgo que siempre hay antes de ver una película, porque estas invirtiendo un tiempo en algo que lo mismo es un truño (y cada vez me cuesta más apostar mi tiempo a ello), con cierta seguridad se puede jugar a decir cuales puedes ‘gastar’ viendolas mientras cenas una noche cualquiera. Pero otras merecen algo especial. Merecen una noche especial, un visionado especial. Hay que hacer cuerpo. Merecen su día, el día que las viste por primera vez, que el día que nadie quieres que te estropee su visionado. En esa categoría entran para mi «El Bueno, el Feo y el Malo»«Heat»«Casablanca». Por que sabes, tanto como te han hablado de ellas, que no hay posibilidad de que no te gusten. El único problema es que las dejas, y las dejas, y las dejas…

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Por suerte, una vez que has visto este tipo de películas, no las ‘gastas’. Otras si, otras dices ‘ojala pudiera volver a la primera vez que la vi’. Pero en estos casos, precisamente lo mejor es el hecho en si de poder volver. Y es mejor, las saboreas todavía mejor. Las compararía con un plato que no te gustaba de pequeño, que cuando de mayor por fin pruebas piensas ‘¡lo que me he estado perdiendo todo este tiempo!’. Pero viene la mejor parte: al igual que esos platos, esas películas siempre van a estar ahí, siempre vas a poder volver a ellas. Al menos ya las tienes contigo para siempre, para volver a saborearlas cuando te plazca. Al menos, ahora ya tengo conmigo ‘El Último Mohicano’. Imprescindible, no entiendo como tardé tanto tiempo en verla.
Y qué bestialidad de banda sonora.

 

Dracula de Bram Stoker

-«He cruzado oceanos de tiempo para encontrarte»

Bueno, bueno, bueno ¿por donde empezar? ¿Música, fotografía, vestuario, diseño de producción, trucos visuales? ¿Interpretaciones? (aunque no la de Keanu, claro). ¿Por los cinco minutos iniciales? Otra vez más, menudo Dracula se monta Gary Oldman, menudas pesadillas he tenido con el puñetero, menuda interpretación. ¿Y si digo que considero a Oldman el mejor actor que existe, y que considero esta su mejor interpretación?

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Ya hable una vez de esta película, (por eso no me extiendo más) me encanta, me encanta esta película, y lo hace en la misma medida en que me acojona. Ahora, que levante la mano el que no se tire media película esperando las tetas de la Bellucci.

 

Demolition Man

-«¿Hace frío aquí, o será cosa mía?»

Independientemente de que sea un vehiculo de lucimiento de Stallone, hay que reconocerle que como película de acción cumple de sobra. Por suerte, el rollo ciencia-ficción/denuncia social que hace la eleva por encima de la media, aunque bien es cierto que tampoco está tratado con demasiada profundidad. Entretiene, ha sobrevivido al paso del tiempo (nunca engañó a nadie), e incluso tiene unos cuantos chistes geniales (cualquiera relacionado con las tres conchas y las violaciones del ‘estatuto de moralidad verbal’). Pero ninguna de esas razones son las que hacen que Demolition Man se cuele en esta lista. Igual que más adelante hago con Independence Day, las razones que tengo para poner aquí Demolition Man son muy sencillas.

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A mi casa nunca llegaron pronto los aparatos tecnológicos. Nunca ha habido videoconsola ni equipo de música. Internet llegó en 2001, el ordenador no llegó hasta el 99, y el VHS solo en el 95. Y en aquel 1995, en mi casa había tres cintas de video: Los PicapiedraEl Rey León, y Demolition Man. ¿Imaginais por cual me decantaba siempre? No tengo cuentas hechas de cuantas veces he podido ver Matrix o Star Wars (no sé si es relevante, aparte de que rara vez ya me pongo a volver a ver una película de principio a fin), pero si tengo un número aproximado de las veces que llegué en su momento a ver Demolition Man: entre treinta y cinco y cuarenta. Decir que me sabía los diálogos de memoria es una mentira a medias: la realidad es que 15 años más tarde, me los sigo sabiendo.

 

Parque Jurásico

-«La vida, sencillamente, se abre paso»

Nunca he sentido Parque Jurásico como una película muy mía. Igual que está estudiado que hay mucha más fidelidad y apego hacia un ‘producto’ (por llamarlo así) cuando lo descubres por ti mismo, y luego resulta que lo acaba conociendo todo el mundo, con la de Spielberg me vino a pasar al contrario. La vi tarde, la vi mal, la vi cuando todo el mundo estaba harto de hablar de ella, cuando toda la fiebre de los dinosaurios ya había pasado. Y a pesar de todo, ahí está. Los críticos no la quieren, los personajes son de cartón, sin apenas evolución (Neill hace lo que puede), el guión parece hecho con plantilla, etc… en cierto modo me recuerdan mucho las críticas que también tenía el Episodio I de Star Wars.

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Pero ahí está, es Jurassic Park, y ese momento en que Alan Grant baja del jeep, después de obligar a Ellen a girarse para mirar, y descubren juntos ese diplodocus de 30 metros, vivo, caminando frente a ellos… por que es cierto, estaba vivo, igual que el tiranosaurio, igual que los velocirraptores abrepuertas ¿no lo sabíais? Nah, mierdafectospeciales, no quiero saber nada: ESTABAN VIVOS. ¿Sabéis cuantos paleontólogos y cuantos técnicos de efectos especiales se han fabricado solo con esa escena del diplodocus? Cuantos cineastas habrán soñado por ser capaces de marcar a una generación entera, ENTERA, de la misma manera, de forma tan masiva, tan indeleble.

 

La Lista de Schindler

-«Esta lista es la vida. Todo alrededor suyo es el abismo»

No se si es justo que ponga esta película en la lista. Más que nada, porque hace años que no la veo. De hecho, creo que solo la he visto una vez, dos si acaso. Y supongo que porque fue suficiente. Igual que es suficiente ir una vez a Auschwitz, igual que es suficiente hacer una vez ciertas cosas en la vida. Es una obra maestra de Spielberg y eso no se lo quita nadie, ponerla como una de mis películas ‘preferidas’, por razones obvias, lo encuentro como poco contradictorio. Es sencillamente una película obligatoria, que debería ver todo el mundo. Así de sencillo.

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Algunos lo tachan a Spielberg de ponerse demasiado didáctico, pero oiga, eso es algo que se presta a debate, y en ocasiones creo que es mucho más importante ‘mostrar’ y ‘ser explícito’ (volveré a lo mismo cuando hable de Salvar al Soldado Ryan), que rizar la lírica creando un genial mensaje que solo entienden intelectuales y letrados. Y aquí, lo creo más que justificado, justificadísimo. En ese sentido, chapeau por Spielberg, que hace uso de su tirón comercial para traer a la gente a ver esta película. Por mostrar y recordar a una generación entera, y las que vengan, algo que resulta increíble, algo que es necesario que nunca se olvide.

 

Leon, el profesional

-«Y deja de decir ‘vale’ todo el tiempo, ¿vale?» -«Vale.» -«Bien.»

Tenía que ser un francés el que viniese a darle a los americanos lecciones sobre como se hace cine de acción. Y no lo digo porque falten directores extranjeros que hayan triunfado en Hollywood, sino porque lo que Luc Besson hace es una película a la europea que, no es que importe demasiado, se desarrolla en Nueva York. Oldman, aunque ahora nos riamos porque nos recuerda a Pocholo, hace un malo soberbio. Pero lo que sin duda, lo que más me encandila es el contraste entre los protagonistas.

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Ella, es una niña de 12 años que sabe demasiado sobre la vida. Su padre es un traficante maltratador, su madrastra una alcohólica, su hermana una abusona. Lo único que la mueve y mantiene en pie su lucidez es proteger a su hermano pequeño de tanta locura. Y al mismo tiempo, tan llena de vida y tan caótica como corresponde a su edad.
Él, es un asesino a sueldo, mercenario, implacable, aséptico, profesional… que se maravilla como un colegial viendo a Gene Kelly cantando bajo la lluvia. Un poco bobalicón, ignorante, inocente… ¡Luc Besson se las arregla para crear un asesino… entrañable! Todo lo que tiene en su vida es su rigurosidad… y su planta. Y ahí entra ella, para cambiarlo todo. Y ella, además, es ni más ni menos que la Portman. ¡Alabado sea Besson por revelarnosla!

(…)

Nota: he reubicado ‘Cadena Perpetua’ y ‘Pulp Fiction’ en el siguiente episodio. Todo por equilibrarlos, que ahora van a ser más, pero menos largos. 40 películas que me han salido, madre de diosss

(Continuará)

PARTE 2 (1994-96)

  • Pulp Fiction
  • Cadena Perpetua
  • Forrest Gump
  • Toy Story
  • Braveheart
  • Apolo 13
  • Antes del Amanecer
  • Seven
  • Heat
  • Ghost in the Shell

PARTE 3 (1996-98)

  • Los Puentes de Madison
  • El Indomable Will Hunting
  • Martín (Hache)
  • Mejor, Imposible
  • Gattacca
  • Starship Troopers
  • Titanic

PARTE 4 (1998-99)

  • El Gran Lebowski
  • Salvar al Soldado Ryan
  • Los Amantes del Círculo Polar
  • Una Historia Verdadera
  • El Gigante de Hierro
  • Trabajo Basura
  • El Club de la Lucha
  • La Amenaza Fantasma
  • Matrix**Bonus
  • Independence Day
  • La Roca
  • Sin Perdón
Mis películas de los 90 (parte 2 de 4; 1994-95)
Visita a la fabrica de LEGO

14 comentarios en “Mis películas de los 90 (parte 1 de 4, 1990-94)

  1. Pingback: Me películas de los 90 (parte 2 de 4; 1994-95) | Ración Individual de Personalidad

  2. «Los Puentes de Madison, que revisitas esperando que alguna vez el final sea distinto.» Qué forma tan maravillosa de definir la película. Por dios, vete con él, estúpida. Hablando de Clint y del sentimiento de culpa y del tiempo pasado, por aquí me falta «Sin Perdón».

  3. Coño, ¿no se te ocurre nada de una peli que «terminó» el género del western? No sé, podrías copiar por ejemplo esto:

    http://eulez.blogspot.com/2006/11/clint-eastwood_24.html
    http://eulez.blogspot.com/2009/03/la-cancion-de-claudia.html

    Anda, que no hay cosas que decir de esa peli. Hace poco leí que Clint tenía el guión listo desde finales de los 70, pero que esperó a ser mayor para poder interpretar el papel. Esperó más de 12 años. Qué tío.

    • eulez, ¡nada, si quieres te hago una crítica a la carta! No, ahora en serio, es que me das la razón al tiempo que doblemente me la quitas: yo no le sacaría comentarios ni medianamente tan finos como los que tu les sacas. Esa misma frase me parece la polla: ‘la película que terminó el Western’. Frasaca. Y tu me dirás que solo comentas obviedades sobre la película, pero ahí esta, se trata no tanto de que esta es una lista mía sino de que esta es una lista sobre mí, y Sin Perdón, siendo el peliculón que sé que es y que ni hace falta poner en duda, no tengo nada especial ni medianamente original que contar sobre ella. Es lo que es y otros ya han dicho mucho más que yo sobre ello. Dicho de otra manera: antes de decir yo nada enlazaría tu post. Y por ahí irán los tiros.

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  5. Pingback: Mis películas de los 90 y fin (parte 4 de 4, 1998-99) | Ración Individual de Personalidad

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