‘Mani Pulite’ (o como ‘dimitir’ no es un nombre ruso, ni siquiera en Italia)

Mani Pulite significa ‘Manos Limpias’*, en italiano. Es el nombre que se la da al proceso que llevó, hace unos veinte años, a la desintegración de los cuatro principales partidos políticos italianos tras una abrumadora catarata de escándalos de corrupción, algo que se conoció como tangentopoli (que podría traducirse como ‘la villa del soborno’).

Todo empezó al descubrir un caso de soborno que implicaba a un miembro del Partido Socialista italiano,en 1992. Lo que tal vez no hubiera pasado a mayores, se torció cuando sus antiguos compañeros (y especialmente el mismo lider del partido) marcaron distancias, señalándolo como un caso único de bribonería y sinvergüenza. Lo que pasó entonces, al verse traicionado, es que este tipo tiró de la manta. Pasó ademas que estas traiciones no quedaban ahí: conforme se iban descubriendo más casos de corrupción -en todos los partidos, no solo el socialista- más acusaciones surgían que daban pie a nuevas investigaciones, en un espectacular efecto dominó.

1992-Mani-pulite

Antonio de Pietro, el ‘superjuez’ que llevó adelante el histórico caso contra viento y marea.

Se llegaron a dar situaciones tan pintorescas como que un diputado confesó todos sus crímenes a una pareja de carabinieri que se presentó en su casa, antes de saber que estos solo le querían entregar una multa de tráfico. Mientras, hasta tres diputados socialistas se suicidaron, uno de los cuales dejó una carta culpando a su partido de todos los males.

Eventualmente el líder del Partido Socialista acabó salpicado, lo que eventualmente provocó su dimisión. Su defensa, tras admitir haber recibido más de 70 millones de € para su partido, era que ‘todo el mundo lo hacía’. Pero no era esto lo peor que quedaba por pasar. Lo gordo vino cuando el gobierno quiso promulgar una ley de amnistía. Mientras la gente se manifestaba en las calles, el Presidente de la Republica se negaba a firmar la ley, y el chorro de acusaciones, encarcelamientos y confesiones continuaba. El gobierno solo aguantó unas semanas más (después de apenas un año en el poder, inestable la política italiana como ella sola), y aun rizando el rizo, el nuevo gobierno tecnócrata apenas duró unos días, lo que obligó a convocar unas nuevas elecciones.

(…)

¿Sirvió de algo?

Agonizantes los cuatro partidos principales (no durarían más que unos meses), en las nuevas elecciones que se convocaron el separatismo xenófobo de la Liga Norte cobró fuerzas inéditas; la izquierda, en sus luchas internas no volvió a levantar cabeza (y sigue sin levantarla); y mientras tanto, un ya entonces muy conocido empresario alcanzaría por primera vez el puesto de Primer Ministro, puesto que mantendría de forma intermitente durante los quince años siguientes. Un puesto que atacó por sorpresa, se sospecha que para proteger su imperio industrial de posibles denuncias, y que blindaría nada más tomar el cargo. Quince años marcados por escándalos de todo tipo, siempre silenciados por la hegemonía mediática que da poseer los principales canales de televisión privados, ademas de los estatales. Ese tipo, llamado Silvio, aun amenaza con volver.

berlusconi-rolling

Bueno, ahora las lecturas, ni falta que hace que insista en los paralelismos con la actualidad. Han pasado los días y los ánimos parecen calmarse, hasta el punto hacer parecer extemporaneo escuchar a Rubalcaba pidiendo la dimisión de Rajoy.

No deseo en si que lo de los papeles de Bárcenas sea verdad, pero si digo que si acaba siendo cierto todo lo que sugieren -y por supuesto tiene toda la pinta-, me alegro que se sepa, igual que me alegro cada vez que se destapa un caso de corrupción, pues ya sabemos que ese individuo no va a hacerla más. Pero reconozco que me froto las manos ante la posibilidad de limpieza de cajones, pues empieza a vislumbrarse algo en realidad muy oscuro: la posibilidad de que salgamos del túnel sin que en realidad nada cambie. Nada tiene una solución fácil ni rápida, nada se arregla con un puñetazo sobre la mesa, y aunque tuviésemos el gobierno más competente, diligente, dialogante, sensible del mundo, seguiríamos tardando años en salir de esta ciénaga. Pero de seguir con este sistema (clientelar, corrupto, ineficiente, etc.) del que no lo olvidemos, con nuestro silencio, desidia o directamente nuestra participación, también hemos sido y somos cómplices; de seguir con este sistema corremos un riesgo realmente grave: el de volver a caer, nosotros solitos, si es que acaso nos llegamos a levantar. Porque esta crisis, como toda crisis, es una oportunidad para el cambio. Cinco años y aún no sé si va calando el mensaje. En fin, no voy a decir nada nuevo, más que lo de siempre: que en nuestras manos está, y no en la de los políticos, que salga algo bueno de todo esto, pase lo que tenga que pasar.

Espero que cuando llegue el momento, si llega, no nos caigamos en el mismo error que los italianos. Espero que cuando llegue el momento, si llega, no caigamos en la tentación del populismo, de un berlusconi o de un chavez. Espero que podamos aprender, evolucionar y crecer como personas, como democracia, y como sociedad.

Información mas extensa, en la Wikipedia (inglés)

(…)

*Nota: mantengo el nombre en italiano especialmente para no confundirlo con el ‘Manos Limpias’ español, sindicato tristemente conocido por conseguir el derribo de Baltasar Garzón.

 

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