Pues si, me he comprado el Simcity 2013. El sistema antipirateo ha funcionado muy bien en el sentido que querían: no me ha quedado otro remedio que comprarlo, pues el juego obliga a estar permanentemente online (eso es en principio impirateble), y la ansia y expectación de estos seis últimos meses ha tenido su resultado. El caso es que una vez que he tenido ocasión de probarlo (creo que la primera vez que me gasto más de 10€ en un videojuego en 14 años), creo que ya me he aburrido de él.
¿Tan malo es?
Que va. Si en muchas cosas está de puta madre. Está muy afinado en lo que han querido afinarlo (la interfaz es de referencia en lo que se refiere a claridad y manejo intuitivo) se nota la maestría y la experiencia en muchas cosas. El problema no es ese, el problema está en las decisiones deliberadas que han tomado.
Podría enumerar unas cuantas, como son la imposibilidad de editar ni minimamente el terreno, o de trazar puentes, túneles o pasos elevados. Tampoco hay metro. Pero sin lugar a dudas, el principal lastre del juego es la denominada ‘especialización’ de las ciudades. Esto es que una ciudad, o la haces universitaria, o minera, o la llenas de casinos. No las tres al mismo tiempo, porque sencillamente no hay espacio. Dicen que es para que ordenadores más modestos puedan ejecutar el juego ¡Que se jodan! ¡quien quiera jugarlo que baje las opciones gráficas, copón! Porque el juego va suave, y mi ordenador después de casi tres años ya no es ningún pepino. Una decepción, una verdadera decepción, la ‘especialización’ es una mala excusa para intentar desviar el hecho de que las ciudades son pequeñas. Un cuadrado de 2×2 kilómetros, que para un pueblo está bien, pero no para una gran ciudad o capital llena de rascacielos, que acaba rellenando todo el cuadrado. Visualmente rompe la ilusión y el encanto, pues los densos edificios con los que inevitablemente acabas ocupando todo el terreno acaban abruptamente para dar paso a un terreno baldío.
Y esa es otra, de nuevo, una decisión estética. Cuidado que aquí me sale la vena tiquis-miquis, pero encuentro desagradable, a un nivel visceral, el color del juego, especialmente el del terreno. Si, si, como lo digo, como suena. Igual que los de Maxis aciertan con otros detalles como los edificios iluminados de noche, y especialmente, la magnífica música, la cagan en algo tan sencillo como la atmósfera: nos hallemos una aspecto invernal, neblinoso, que como mejor definiría sería entre pantanoso, estepario y agreste. Vale, exagero, pero la sensación que me transmite sin duda está lejos de ser un soleado día de primavera, ¡parece que estamos invadiendo Rusia! Ni siquiera la amplia paleta de filtros de color a lo instagram disimula esto. Es que ni cuando se supone que estamos en islas tropicales varía el color de la tierra, que por no varíar, no lo hace ni en los barrancos, que son tristemente uniformes y sin detalle ni variación. E igualmente pasa con la vegetación, es de un color entre verde y pardo oscuro, igual que pasaba en Simcity 4 y en Societies. Irónicamente no pasaba en los Sims 3, un juego que encontraba muy agradable jugar y echar las horas, pero no aquí, y es algo que me expulsa, me repele, no es un sitio en el que me apetecería vivir. En fin, será cosa mía, pero es lo que hay, y quería compartirlo.
Aunque supongo que todo esto son excusas que me pongo. De alguna manera, he llegado pronto a la sensación de que no hay muchas mas cosas que hacer (ya he hecho cuatro o cinco ciudades, cada una especializada en lo suyo, y ya), pero también me invade de nuevo la sensación de que en los videjuegos empiezo a no apreciar tanto lo conseguido, como a lamentar lo que aún queda por conseguir.
Si, soy un fan de estos juegos. Jugué a todos los Simcity desde el 2000, al Faraón, al Caesar 3, a los Settlers. No son juegos de estrategia tanto como de planificación urbana. El último descubrimiento, hace unos años, fue el Cities XL, una conquista en gráficos, jugabilidad y extensión del terreno, muy placentero de jugar, una referencia de la que el nuevo Simcity toma bastantes ideas prestadas, mejora otras tantas… e ignora también muchas otras.
¿Pero a qué me refiero con lo que ‘queda por conseguir’?
Me refiero a esto
.
Me refiero a que precisamente lo que más me gusta de estos juegos es mirar, sencillamente contemplar. Me encantan las maquetas, las miniaturas de las ciudades, el detalle infinito. El poder acercarse y ver la gente haciendo sus cosas, el tráfico, la vida. Supongo que por la misma razón por la que me encantan los simuladores de vuelo, el Google Earth, y por tener claro que si alguna vez soy rico, de las primeras cosas que hago es sacarme la licencia de piloto.
¿Y que le pasa a esto? Pues nada nuevo, ni lo contrario: los gráficos avanzan, una barbaridad (ya hablaré de la Playstation 4, ya), pero de alguna manera han alcanzado, al menos para mi, un valle inquietante, donde resaltan ya más las diferencias que los parecidos a la realidad. Por eso se me hace tan raro que el terreno siga teniendo una retícula tan basta, que los bloques de edificios sigan siendo cuadrados (cuando existe la tecnología para que esto ya no sea así), que el tráfico o la población carezcan de IA…
¿Os imaginais un Simcity así? ¿acaso no sería posible?
En fin, que mientras que no acaben de parchearlo, abran la mano para permitir mods, y no aumenten el tamaño de las ciudades, para mi el SimCity está aparcado.
(…)
Simcity Social
Porque luego está el Simcity Social, del que también me apetece hablar. Una versión casual y descafeinada (muy descafeinada) disponible en Facebook, en la vieja tradición de otras pesadillas tipo ‘Farmville’ me imagino (nunca jugué a ese juego y siempre renegué de él, y sin embargo, miradme ahora…) Simcity Social engancha. Engancha como un hijodeputa. Empecé en noviembre por la curiosidad, por ver que había mientras esperaba a que saliera el verdadero Simcity del que hablo arriba. Y si, era entretenido. Lo que no sabía era que después de 6 meses, crear tres cuentas fantasma en caralibro para autorregalarme objetos, y más tarde empezar a agregar a absolutos desconocidos para poder seguir avanzando, seguiría jugando. Una media de 1-1,5 horas al día. Si, otros juegos me han tenido absorbido días enteros (tal vez palizones de 8 o 10 horas diarias) pero duraban una semana, dos como mucho.
El gameplay de Simcity Social no tiene ningún misterio, y es repetitivo hasta la muerte: se reduce, básicamente, a recolectar dinero y materiales, para comprar nuevos terrenos, mejoras y edificios que me permitan recolectar más dinero y materiales, para comprar nuevos terrenos… ¿Cosas buenas? Que siendo muy de juguete, es bonito, agradable a la vista. Así de sencillo. ¿Cosas que hacen que me sea tan difícil dejarlo? Que no tiene trucos. Me explico: no tiene cheats, no es posible meter un código y tener de repente un millón de créditos, o todos los edificios de golpe: de ello depende el modelo de negocio free to play del juego. Pero ojala pudiera hacerlo: siempre que he recurrido a los trucos en un videojuego, algo que inevitablemente acaba pasando, casi instantaneamente me desengancho, desconecto de él. No hay desafío, no hay entretenimiento… no hay premio. Es mágico, ojala uno pudiera dejar las adicciones así de rápido, al tabaco, a las drojas, a las patatas fritas… Así que aquí sigo, hasta la polla, hasta que un día haga clic y lo mande a tomar por culo. Por lo menos, puedo decir que los días que he estado sin acceso a él, por estar de viaje o no tener ordenador o lo que sea, tampoco he sufrido nada parecido a ansiedad ni nada, así que guay. Ya llegará también el tiempo en el que no tenga tiempo para jugarlo…
(…)
NOTA: por si alguno pregunta, mi viaje a Birmingham he tenido que demorarlo hasta el día 3 de abril (ya os contaré las razones, nada importante). Pero vaya, que todo sigue adelante, así que os tendré al tanto ;)
Pingback: Bitacoras.com
El SimCity nunca me llegó a enganchar, cosa que sí hizo el Faraón. Sería por la música egipcia o yo qué sé :)
El Faraón es que era la leche, y como dices, la música también estaba muy bien (de hecho la sigo escuchando, por ahí tengo los mp3). Tenía gracia al pinchar en los personajillos y que cada uno te contase su historia…
Pues vaya, tenía pensado darme el gustazo y comprármelo, pero me has dejado un poco de bajón. Las capturas que has hecho desde luego no parecen nada espectaculares.
Pues si. Dicen que están trabajando en expansiones y que una de ellas será dejar elegir ciudades más grandes, asi que en el futuro vendrá mas a cuento comprarlo. Dale si acaso una oportunidad al Cities XL, es un sustituto perfectamente válido ;)