De cómo me convertí en ateo practicante. Parte 1: Religiones

Pues si, lanzo el tema por la cara. El tema-temazo de todos: ¿existe Dios? ¿qué propósito tiene la existencia? ¿cuál es el puñetero sentido de la vida? Es la gran pregunta  que atormentaba ni más ni menos que a «Doc» Emmet Brown, y en la búsqueda a su respuesta creó la máquina del tiempo con el DeLorean: ¿Por qué?

*Nota: No es el GIF ni la imagen que buscaba para ilustrar mi punto, pero he encontrado un par de tesoros por el camino…

Ahora en serio: siendo este un blog personal como es, me asombra un poco que no haya atacado este asunto más veces. Solo lo he tocado directamente una vez y otra tangencialmente. Y la verdad, se me ocurren una serie de razones por la que no lo he tocado más, ahí van unas cuantas

  1. He tardado años décadas en llegar a alguna conclusión (spoiler alert: es la del titular). Durante años mi camino ha consistido en oscilar casi al azar entre la firme creencia en un ser superior, agnosticismo («nunca podrá ser sabido»), y un ateísmo débil.
  2. Es un camino personal, no en el sentido de íntimo (no me importa hablar de ello), pero si de intransferible: creo que da un poco igual lo que escuches decir a otro, es un viaje y una conclusión a la que debes llegar por ti mismo. Mención aparte sobre tu propia voluntad de andarlo, y todavía más lejos queda aquello de tener el valor de llegar a sus últimas consecuencias.
  3. Y honestamente, me aburre un poco: no porque sea un tema aburrido (para nada, ya digo que me parece el tema por excelencia), sino porque, aparte de por el punto 2, es porque es difícil que charlando con gente la discusión no se desvíe muy rápido a otra que por repetición si me parece más aburrida, que es el tema de las religiones organizadas, Jesus, Mahoma, de qué forma ilumina mejor una iglesia, y las puñetas. Un tema que presta demasiado a extremos y poco a sutilezas.

Así que empiezo dejando claro lo que opino respecto a las religiones: creo que en general contienen buenas ideas y unos buenos aceptables códigos morales y cívicos (no todos), pero mal implantados, corrompidos, y utilizados por una jerarquía apoltronada (que a esos si, los regaba con napalm del bueno) no en poca medida para controlar a la masa. Los que siguen ciegamente el dogma, bueno, solo puedo decir que pobres corderos, aunque al final nos queda la triste y aplastantemente numérica verdad-última, y es que ellos son más, y somos nosotros los que históricamente acabamos en la hoguera.

Y es que no puedes arrancar la religión de la sociedad así como así, ni culparla de todos los males del hombre como no puedes separarla del mismo hombre, de su misma historia, de su misma naturaleza. Es decir, entiendo que en la definición de hombre está religión, y el culpable de los males del hombre no es otro que el mismo hombre.

Si, en nombre de la religión han hecho cosas horribles, igual que se han hecho en nombre de otras ideas, como ‘nación’, e incluso porque si. Pero también, en nombre de la religión, tantas otras buenas cosas se han hecho. Por ejemplo -jugadas aparte como la que le hicieron a Galileo y unas cuantas del mismo estilo en los quince siglos anteriores- el estudio de ‘la obra del Señor’ ha impulsado en gran medida la ciencia en los últimos siglos (Copernico, Kepler, Newton, Mendel, Maxwell… tantos otros, eran todos científicos profundamente religiosos).

Y es que no todo es malo en la religión, a ver, algo bueno habrá ¿no? Al fin y al cabo, los mandamientos/pilares contenidos en las tres religiones monoteístas principales, son un código moral y cívico más o menos razonable, que aparte de las chorradas como un Dios Único y Verdadero, que necesita veneración y que pasa lista, y el más que cuestionable ‘no cometerás actos impuros’, dicen cosas bastante sensatas como ‘honra a los padres’, ‘da limosna a los pobres’, ‘no robes, ni envidies’, ‘no mientas’, ‘no mates’; y muy especialmente, ‘descansa los domingos’*. Cosas con las que, a ver, qué queréis que os diga, a mi me resulta difícil estar en desacuerdo. Buenas bases en las que construir una sociedad armoniosa. Y luego nos viene Jesús con su mensaje de de ‘amar tanto al prójimo como a ti mismo’… Ay, si se le hiciese más caso, si se amase más y se odiase menos…

*Que si, que ya sé que el día sagrado en el judaísmo es el sábado y en el Islam el viernes. Era por sintetizar, hamijos, vamos a lo que vamos.

Resumiendo, mal y pronto: se trata de códigos que han permitido a estas religiones y sus culturas y civilizaciones asociadas sobrevivir y perdurar, pues una civilización donde se bendiga el saqueo y asesinato, no es que tenga todas las papeletas para construir una sociedad próspera (A no ser que seas los mongoles, claro). Y poco comentario merecen perlas paganas como ‘sacrifica a tus mejores’. Darwinismo puro y duro.

(…)

Dicho todo esto, añado que no siento necesidad alguna de cagarme constantemente en la virgen, ni en la puta ostia, ni en dios, ni en la sangre de cristo (que es que ¡vaya tela!: sostengo que los españoles tenemos los perjurios más fuertes del planeta, intenta explicarle esas expresiones a un inglés o a un polaco xD).

Al contrario que los de la generación de mi padre (muchos como él fueron al seminario), no he vivido en esa España casposa y cutre, ni he sido dañado ni traumatizado en mi infancia de forma directa por la Iglesia. Quicir, que partiendo de que suelo ser una persona bastante respetuosa, no veo significado, ni valor, ni placer, en poner el dedo en la llaga ni hacer jugarretas como la de ‘Cómo cocinar un Cristo’ de Javier Krahe (que no dejan de tener su gracia). Además, la otra mitad de mis padres (mi madre, habéis adivinado bien) era una persona bastante religiosa, así que conozco bien ambas partes.

Contado todo esto, procedo a discutir en si la misma existencia de Dios, en su sentido más extenso, y su implicación (si es que la hay, si es que existe) en el origen de la inteligencia, de la vida, y del universo. Las leyes de la termodinámica, y Stephen Hawking, me ayudarán a desentramar todo esto un poco.

Pero lo dejamos para una segunda parte, ¿os parece?

(…)

Serie completa:

  1. Religiones
  2. El Gran Diseño
  3. Principio Antrópico
  4. La Solución Trivial
  5. Nihilismo Existencial
  6. El Sentido de la Vida
De cómo me convertí en ateo practicante. Parte 2: El Gran Diseño
El día que estuve a punto de morirme (en verdad no)

12 comentarios en “De cómo me convertí en ateo practicante. Parte 1: Religiones

  1. Pingback: Bitacoras.com

  2. Por poner algunos datos, según el CIS, en el 1998 un 84.5% de los encuestados se declaró católico [1] mientras que en el 2013 ha sido de un 70.9% [2].

    La educación es sin duda la clave en este tema. Si desde pequeño te enseñan que la religión católica es la única y verdadera, pues tú te lo crees. Si en cambio en el colegio y en casa nos enseñaran a fomentar el pensamiento crítico y conocer las religiones del mundo, nos podríamos formar nuestra propia opinión (e incluso tener fe en algo, que no tiene por qué ser contradictorio).

    [1] http://www.cis.es/cis/export/sites/default/-Archivos/Marginales/2300_2319/2313/e231300.html
    [2] http://datos.cis.es/pdf/Es2984mar_A.pdf

    Saludos!

    • Que va, si no hay nada de contradictorio, exploraré e insistiré en las próximas entradas lo cojonudo que me parece que la gente crea en algo, cambie de religión, o haga lo que le salga del cipote, mientras no intente imponerselo a los demás. Ahora, que si cualquiera de esas elecciones se hacen de forma informada, pues mejor. Y por cierto, me parece fuerte un bajón del 15% en apenas 15 años, al tiempo que me sigue sorprendiendo que aún un 70% se siga considerando católico (que si, que yo fui educado como católico, pero a ver…) ¿No era este el país de las dos Españas, donde se quemaban iglesias en la Guerra Civil y ese tipo de barbaridades? En fin, todos los días aprende uno cosas nuevas :)

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  6. Hola entretenida nota yo soy agnostico y para mi ser agnostico proto religioso,es en gran parte en un aspecto como ser bisexual: tiras para los 2 lados con los ateos y con los religiosos, aunque en mi caso tiro más con los religiosos y creo en un dios con personalidad y todo pero no de una religión de divulgación establecida y tengo una pregunta para ti que en parte me se y por otro lado quiero quitarme duda: Dios, suponiendo mucho que exista: ¿Porque no hace milagros? Gran parte de esa respuesta se encuentra en la pista de que podriamos ponernos en su lugar si nos hizo a su imagen y semejanza…aunque la respuesta no se encuentra en la regular pelicula de jim carrey «todo poderoso» se aproxima.

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