¿Sabéis cuando otras veces recordáis algún hecho, de la naturaleza que sea, y decís «¿¡Ya ha pasado un año!?«? Hoy hace un año que abandoné España y me embarqué a la aventura de irme a Birmingham, y si, puedo decir que ha pasado un año, con todas las letras y el peso de las palabras. Larguísimo e intenso. A lo que ya he dicho y a lo que aún no he dicho me remito.
Y eso que los cinco primeros meses en Birmingham consistieron en una anodina, deprimente y desesperante búsqueda infructuosa de empleo. Cayó la breva al final, y el resto de la historia medio la he contado.
Pero las circunstancias, que voy inmediatamente a explicar, me obligan a ser breve así que a ello voy: para mi nuevo trabajo me estoy levantando a las cuatro de la mañana para poder entrar a las seis. Si, salgo a las dos, como en casa con mi padre, tengo la tarde entera para mi, y a las diez estoy en la cama.
PERO ME LEVANTO A LAS CUATRO DE LA MADRUGADA xD
Está claro, lo he consultado con el comité de sabios: esto es claramente una conspiración del Universo en mi contra, una venganza, ajuste de cuentas, Karma… como queráis llamarlo, por estar tantos años haciendo uso de la sana costumbre de levantarse después de las 2 de la tarde.
(…)
Ahora en serio: lo llevo muy bien. Muy pronto han hecho que me sienta cómodo y útil, dandome libertad para investigar y moverme sin restricciones, ayudando en taller a ensamblar, a mover, a cargar peso. A conocer al personal, la maquinaria, la forma de trabajo. Empollando también normativa y catálogos, y reinventando el modo de hacer ciertas cosas en la oficina. Y en seguida he llegado a un punto cojonudo: tengo ganas de que llegue el día siguiente.
En la empresa hay muchas cosas por mejorar, eso si, y no he tardado en comprender por qué buscaban un diseñador industrial, no sin antes pasar una primera semana de verdadero ‘pánico’, como un becario sin tener ni idea de nada, en una constante preocupación y miedo por si la cagaba, por si defraudaba, por si descubrían mi farsa. He descubierto pronto cómo puedo ayudar, he comprendido pronto que soy y seré útil. Y es una sensación cojonuda.
Hay más cosas que contar, pero hoy esta es la buena noticia que dar, que no me imaginaba que la daría tan pronto, y que ni mucho menos pensaba que podría decir algo parecido no hace ni un mes: estoy a gusto en mi trabajo.
Seguiremos informando.
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