Vale, ya está. Y ahora, ¿qué? (Parte 2: El Principio de Hanlon)

(viene de aquí)

Y ahora una pregunta: ¿de quién es la culpa de todo esto? ¿De los políticos? ¿De los banqueros? ¿fifty-fifty¿De todos nosotros? ¿O una oscura conspiración judeo-masónica internacional, con los Illuminati de por medio? Todo lo anterior me lleva al siguiente punto. Y es que soy de los de pensar que:

a) Las cosas no pasan por maldad, sino por incompetencia y/o negligencia; y

b) que tenemos a la clase política que nos merecemos.

Las generalizaciones son muy malas, por lo que generalizando tan de acuerdo puedo estar en que los políticos de este país dan asquete como que este país en si también lo da (y por lo tanto, quienes lo habitamos)Pero no se me echen ustedes aun al cuello, que no he acabado (ni acabaré en este post).

Porque aun tratándose de España, país de la pandereta, no solo si que hay políticos buenos, sino que nos empeñamos en simplificar y concentrar las cosas, como atacar a los diputados y altos cargos electos (¿acaso alguien se cree que 350 personas tienen la culpa de todos los males del país?), mientras hemos ignorado y dejado hacer a los que tenemos cerca: a los alcaldes, concejales y mierdasecas que hay a nivel de condado. Que ocupar el congreso, como gesto simbólico, suena muy bien, pero es que creo que ni siquiera ellos, los diputados tienen poder real de cambiar las cosas, que es algo muy distinto, y desde luego mucho, mucho más triste.

Pero a ver si creéis que de esta comparación entre políticos y ‘plebeyos’ que estoy haciendo, salimos nosotros bien parados: ¿vuelven la política y el poder gilipollas a la gente, o sencillamente los descubre? Decidme, honestamente, que diferencia moral hay entre que un político se apropie de no sé cuantos millones, y que un españolito de la calle consiga, cachito a cachito, cientos de euros de ropa ‘gratis’*. Que no es nada raro, y seguro que todos conocemos a jetas así: están por todas partes.

*(es una historia algo más larga de lo que merece, pero eso lo he visto yo de erasmus en cantidades industriales, aprovechandose la ‘ingenuidad’ y falta de vigilancia de los establecimientos daneses -de esto hay mucho que contar-, y luego he visto a esos mismos manifestarse por el 15M quejandose de la corrupción…)

Me podéis decir ‘no puedes comparar la magnitud de un delito con el otro’, pero a donde voy, es que ¿qué nos garantiza que esa persona que con facilidad birla ropa del hiper no va a hacer las mismas mierdas si fuese un político, donde no tiene vigilancia?

Pero entonces ¿por qué parece que esto pasa más entre la clase política? Pues obviando que dado que son cargos públicos, sus trapicheos también son públicos, nosotros mismos, como gente sencilla a pie de calle, somos también algo culpables, pues desde hace años tenemos un desencanto y desentendimiento por la política que no ocurre en otros países de nuestro entorno, y desconozco la verdadera razón. Desencanto que se ha ido retroalimentado, una pescadilla que se muerde la cola, que como añadido tal vez ha desanimado a muchas más ‘buenas personas’ a meterse en política, con la honesta voluntad de hacer cosas buenas por la gente. Eso es, por ejemplo, lo que haría imposible que aquí pasase lo mismo que en Islandia: que 25 ciudadanos sin trayectoria política previa redacten la nueva constitución. Al tiempo que nuestra falta de vigilancia ha permitido colarse a mucho jeta, haciendo la proporción aparente de corrupción entre políticos aun mayor que la que hay en la calle. Pero esa excusa tiene recorrido corto.

(…)

Porque la otra razón es verdaderamente más sencilla. Igual que digo que ‘tenemos la clase política que nos merecemos’, muchos potenciales lectores de esto os podríais molestar por lo que digo. Vale, tal vez no cuenta por nosotros. Yo, vosotros, nosotros, los cuatro gatos que nos leemos, blogueros, universitarios, culturetas-intelectualoides, gafapastas, perroflautas, frikis, nerds y geeks, whatever… que ya no solo montamos en facebook unos grupos que pa qué sino que estamos aprendiendo a salir a la calle (y bastante bien, o eso les parece a los fuera) Ni quiero ni pretendo sonar elitista, pero gente que tenemos un mínimo de inquietudes; en resumen, nosotros, que somos gente mínimamente leída, no somos más que una minoría.

Próximo invitado en Sálvame (DeLuxe): Sir Isaac Newton, que nos hablará sobre su feudo con Gottfried Leibniz, el cual le ha demandado acusándole de robarle sus ideas sobre cálculo infinitesimal…

Solemos olvidar, yo mismo me suelo olvidar (y he tenido bastantes veces esta misma conversación este último año: todos mis cercanos son universitarios, y una mayoría muy importante ingenieros de formación), que nosotros somos la excepción: que un 46% de la población no sabe nombrar ni un científico, que uno de los programas más vistos es Sálvame y Belén Esteban, la princesa del pueblo. O que hay material para temporadas y temporadas de ‘Callejeros’. Que incluso en plena crisis el abandono escolar en la educación secundaria sigue siendo de un tercio (cada vez que lo pienso me entra algo: padres que con la que esta cayendo están dispuestos a garantizar, insisto, garantizar empleos de autentica mierda para sus hijos de por vida). Una España muy importante, con la que probablemente solo tenemos contacto en breves momentos en la cola del Mercadona: son por ejemplo esa pareja menor de 25 años que grita y y hasta pega patadas a sus dos churumbeles. Una España que no distingue ocho de ochenta; que cree que la culpa de esto es de malvadas fuerzas externas, que mientras ganemos Eurocopas y Mundiales se podrá aguantar el chaparrón; resumiendo, que mientras haya ¿pan? y circo estarán satisfechos. Que se quedan la mar de contentos con populismos baratos como eliminar el sueldo de los diputados (1 millón de €, y hablamos de cargos electos) mientras no lo recortan a los elegidos a dedo (63 millones de €). Y que llegado el caso, lo mismo votarían a neonazis o a prosovieticos, y por ahí ya…

Y es que por mucho que ‘leamos’, por mucho que pensemos, reflexionemos y aprendamos de esto a nivel personal, por mucho que nos quejemos y nos manifestemos, somos los de siempre, y mientras ignoremos y permitamos que el sistema atonte y excluya estas clases sociales, que son mayoría y tienen el mismo voto y los mismos derechos que nosotros, mientras dejamos que se recorte en educación, I+D y programas de fomento del empleo, la sociedad en su conjunto arrastraremos un peso muy grande.

Y eso no es nuevo de esta crisis.

.

Y bueno, a Aleix Saló es que tengo que meterlo por alguna parte, porque la capacidad que tiene de sintetizar este muchacho y de hacerlo con gracia no tiene igual. Nos leemos en la tercera parte.

(…)

*Y una nota positiva, que en algún lado tengo que encajarla, aunque sea como postdata:

Aunque cada caso nuevo de corrupción que sale es un nuevo golpe nuevo que nos indigna, en realidad una buena noticia: ese ya no va a seguir mangueando. La corrupción que está saliendo a la luz es por hechos que ocurrieron durante los años de bonanza: es del pasado, cuando no nos dábamos cuenta o sencillamente nos daba igual. Es ahora cuando estamos purgando el pus. La crisis de valores no esta sucediendo ahora, sucedió cuando la burbuja. Es ahora cuando sufrimos la consecuencia de esa crisis. Y es que quiero (quiero) creer que los niveles de corrupción que se vieron no están siendo ahora los mismos. Que aunque sea por mera prudencia, los corruptos intentan en su sibilina mente mantener un perfil bajo (no digo que hayan dejado de existir), pero no se están ahora cometiendo las satrapías de la década pasada. Y espero que por parte de la judicatura, Hacienda y las fuerzas del orden se esté haciendo un buen trabajo. La clave está en no bajar la guardia. En que no vuelva a pasar.

Así que la pregunta es ¿aprenderemos?

(tercera parte aquí)

Vale, ya está. Y ahora, ¿qué? (Parte 3: La piel de toro)
Vale, ya está. Y ahora, ¿qué? (Parte 1)

10 comentarios en “Vale, ya está. Y ahora, ¿qué? (Parte 2: El Principio de Hanlon)

  1. Pingback: Bitacoras.com

  2. Pingback: Vale, ya está. Y ahora, ¿qué? (Parte 1) | RIdP

  3. El desastre en la gobernanza de este país no es algo nuevo. Habría que retroceder mucho en el tiempo (siglos) para comprobar lo mal que se han hecho las cosas y cómo se han dejado pasar las oportunidades. Desde la plata de América que iba a parar directamente a los banqueros del norte de Europa, a los ingleses que venían a explotar las minas españolas. Llamémoslo indolencia, poco espíritu emprendedor, o idiosincrasia, pero el caso es que estamos donde estamos porque hacemos las cosas a nuestra manera. Y no estamos tan mal (aun) porque no se me ocurren más de diez países donde haya una calidad de vida similar a la de aquí: EEUU, Canadá, Japón, algunos países de la unión europea, Australia y Nueva Zelanda, Israel, y paremos de contar (dejo aparte las monarquías petroleras, que eso es otro mundo y a las que algún día se les acabará el “maná”). Potencialmente, el resto del mundo (unos 180 países de nada) suspiraría por nuestro actual estado de bienestar, si, si, por tener esto que nosotros llamamos crisis. Lo cual quiere decir que lo de vivir bien o mal es bastante relativo y también da una idea de desde qué situación llegan muchos países dispuestos a competir con nosotros, países que no tienen nada que perder y sí mucho que ganar. Dicho esto, lo cierto es que el futuro pinta muy muy oscuro. Los ingresos siguen bajando y los gastos aumentando ¿Cómo mantenemos el estado de bienestar con cada vez menos recursos? Porque la verdad es que leo muchas críticas pero apenas soluciones más allá de insultar, antes a Zapatero, ahora a Rajoy. Los árboles no nos dejan ver el bosque, y el bosque se está incendiando. ¿Estamos dispuestos a hacer sacrificios para salir de esto? ¿Qué estamos dispuestos a cambiar?, ¿cambiamos a derechos laborales tipo USA?, ¿a impuestos tipo Suecia?, ¿a disciplina educativa tipo Japón? Yo digo que no, que no quiero cambiar mis costumbres o que rebajen mi estado de bienestar, pero va a dar igual lo que yo diga, es el resto del mundo el que va a pasar por encima de nosotros. Las reglas del juego están cambiando a velocidad de vértigo (para bien y para mal). Los países que quieren ser algo en este mundo no van a parar su ritmo para esperarnos, al contrario, se alegrarán de poder vendernos todo lo que nosotros no podamos/sepamos fabricar a un precio competitivo. Urge reformarlo todo, desde nuestra organización política hasta la educación de los chavales (que se nos está yendo de las manos señores, derechos y responsabilidades aunque se tengan diez años), pasando por crear conciencia emprendedora entre la ciudadanía, que no la hay, y coger impulso, ilusión, y comenzar una carrera de fondo, a largo plazo, y la tarea puede ser de tal magnitud y repleta de dificultades que quizás el país se rompa en el empeño, si, así están las cosas. Si alguien piensa que hay alguna solución más sencilla (y que no sea del tipo: ¡hay que ahorcarlos a todos!), ya tarda en exponerla.
    Y bueno. Aunque solo sea por los buenos ratos que me han hecho pasar algunos de tus posts, te deseo toda la suerte del mundo en tu aventura laboral. Solo un ruego: no quemes las naves.

    • Lo de la ‘crisis’ con respecto a otros tantos países, pues estas en lo cierto: aunque la crisis, que al principio tocaba solo a los parados, ahora nos toca a todos, al fin y al cabo la economía se ha contraído ‘solo’ unos puntos porcentuales, no un 70%. Es decir, esencialmente el país sigue funcionando, esto no es Mad Max estrictamente hablando, esto no es Somalia. Pero bueno, quien no se consuela es porque no quiere, estarás de acuerdo en que podemos refugiarnos en ese pensamiento, o luchar, ser críticos y exigir una sociedad mejor.

      Lo de las quejas de salón, que te voy a contar, es al fin y al cabo lo que estoy haciendo al escribir este post mismo: desahogarme, porque además los que me leéis (y a los que leo) somos todos más o menos afines, así que esto tiene un tanto de ridículo. ¿Criticar sin ofrecer soluciones? Que puedo decir, es evidente que pocas soluciones puede haber a esto, y ninguna es mágica: trabajar y apretar los dientes, pero lo verdaderamente importante es asegurarse de que no vuelva a pasar. Que aprendamos.

      Lo de las ocasiones históricas perdidas y nuestra falta de competitividad y espíritu empresarial, lo toco en la tercera parte, en seguida llegamos a eso ;)
      Solemos hablar de la hipotética competencia que nos pueden hacer otros países, pero lo cierto es que se suele olvidar que el hecho de que haya más países ricos es más riqueza para todos, más mercado, más exportaciones, en esencia, una economía mayor. Y eso que yo no tenía ni idea de economía, pero son cosas de las que te das cuenta solo. Igual que he llegado a escuchar que ‘sobra gente’ en este país ¡qué barbaridad!

      Y por último, ¡no acabo de entender que quieres decir con no quemar las naves! ;P es decir, si me voy mi intención será siempre volver más temprano que tarde. Lo que pasa es que la vida da mil vueltas, eso es algo que no se puede ignorar, ¿era a eso a lo que te referías?

      Y gracias, yo también me alegro de haberte ganado como comentarista :)

      • Efectivamente, se adjudica a Hernán Cortés lo de quemar las naves (en realidad las barrenó) para obligar a sus hombres a acompañarle en sus andanzas genocidas por tierras americanas. Todo un personaje este Cortés, pero esa es otra historia.

  4. Yo no estoy muy de acuerdo en escudarse en eso de que “no estamos tan mal”, que otros paises ya querrían nuestra calidad de vida, no señor. Si curras 12 horas diarias para apenas ganar 1000 pavos al mes, como es mi caso y el de muchisima gente ahora mismo, yo no creo que nadie en su sano juicio quiera ese tipo de vida, todo el mes preocupado por cada euro que gastas, como tengas un imprevisto… adios.

    Hace poco una chica venezolana me decia que no me quejara porque en su pais te matan por robarte el reloj. A lo que yo contesté: “No, aqui no hemos llegado a ese extremo, y no vamos a permitirlo”

    Mas o menos en eso se resume lo que opino de este tema. Porque que en otros sitios estén peor, no implica que debamos “conformarnos” con esta basura disfrazada de democracia. Una pantomima creada para que 4 listos y sus coleguitas vivan a cuerpo de rey mientras nosotros producimos y producimos sin apenas conseguir nada en la vida mas que “sobrevivir”.

    No, no creo que tengamos lo que se llama “calidad de vida” ahora mismo. Tenemos esclavitud, pura y dura, de esa invisible en la que la empresa simplemente recorta o congela sueldos porque hay crisis, no te enseña las cuentas, no sabes si es verdad que la empresa vaya bien o mal, lo que si sabes es que no te van a subir el sueldo, pero si sube el IRPF (cobras menos) y si sube el IVA y otros impuestos, por lo que pagas mas por todo. No solo tienes menos dinero, si no que ese dinero vale menos.

    Trabajar y apretar los dientes, pues mira, lo haremos si eso es lo que hay que hacer para reconducir todo esto, tenemos conciencia, no todos, pero mas de los que aqui mencionais, estoy seguro.

    Colgarlos a todos, pues no lo se, a mi me dan ganas, pero sé que eso tampoco es la solución, no obstante si se cortaran unas cuantas cabezas, se mandaria un mensaje claro a los siguientes: No se tolera el fraude. Te cortarán la cabeza por ello. Quizás sin ser la solución, aporte mucho a que no se suban a la parra esos especuladores y ladrones que han causado esto o pueden causar lo mismo en un futuro.

    La crisis es principalmente de valores, de principios, la parte económica no es mas que la parte visible de las consecuencias de tener una sociedad tan simple y una cultura de picaresca.

    Somos los españoles los que deberiamos suspirar por tener los valores y conciencia social de otros paises…

    • Vamos, creo que ni tu, ni tempus ni yo ni nadie, estaría de acuerdo en que ‘no estamos mal’. Aquí además pasa otra cosa, como dices: que no se hace cumplir la ley. Lloriqueas un poco y te libras. Sueltas el discurso de ‘lo siento, no volverá a pasar’ (y no lo digo por el Rey, pero es que venía a huevo) y te libras. Como tu dices, tendrian que cortar cabezas, o tendrías que escuchar a Iñaki, y su ya famoso discurso del cortapichas: si se cortaran unas cuantas, con una pequeña gillotina (nadie muere), veríamos como se calman un poco los ánimos…

  5. Pingback: Vale, ya está. Y ahora, ¿qué? (Parte 3: La piel de toro) | RIdP

  6. Pingback: Vale, ya está. Y ahora, ¿qué? (Parte 4 y última: ¿Qué hay de mi, de nosotros?) | RIdP

  7. Pingback: Idiocracia (y Disgenesia) | RIdP

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.