Au revoir, Granada

A las claras: con gran pesar en mi corazón, me voy de Granada.

Superluna en San Miguel Alto

Me he ido ya, de hecho, ayer mismo acabe de empaquetar, deje las llaves de mi piso y volví con el coche tan lleno, que probablemente la meretérica me hubiera parado si me llega a ver (es una forma de hablar, pues veía bien en todos los retrovisores; pero voy al grano: en verdad no puedo hacer el chiste que quiero hacer 😬)

¿Y porqué me voy de Granada, con lo que objetiva y subjetivamente me gusta la ciudad? Bueno, tan sencillo como que por cuestiones laborales. Pero antes de hacerlo más misterioso, voy a ir al grano: En junio me presente a las Oposiciones para Profesor de Secundaria para profesor de Tecnología, y las aprobé, aunque sin plaza.

Hale, ya lo he dicho. He sacado de media de las dos pruebas un 7,86, que no está mal, pero me han crujido en los puntos de baremo -pues apenas tengo experiencia puntuable- con lo que me quedé el 24 en un tribunal en el que consiguieron plaza los 21 primeros. Si, a puntico. Ya contaré detalles, pero llevaba desde febrero, cuando empecé, intentando mantener esto en secreto (precisamente por las susodichas cuestiones laborales), y si, ha sido un proceso intenso, duro, transformador, estresante… vamos, ha sido un viaje, una experiencia, una puta movida. Aprovecho también este momento para pediros disculpas así como agradecer la comprensión a todos los que os estáis enterando ahora cuando sentís que debíais saberlo, y no os prestaba tanta atención, o estaba tan ocupado, sin dar explicaciones. Espero que las aceptéis; tanto las explicaciones, como las disculpas. Como decía, todo este viaje de hacer opos da para hablar; pero hoy quiero enfocarme en otras cosas, e intentaré ser conciso en esta entrada.

IMG_5431 - Verde

Por lo pronto, la primera consecuencia de haber aprobado y entrar en bolsa (y por lo tanto, me pueden llamar en cualquier momento) es que ello es incompatible con seguir trabajando de profesor en ESADA, donde daba clases dentro de la especialidad de Diseño de Producto. Disfrutaba jodidamente ese trabajo, de verdad, y me lo he pasado genial en este año y dos meses que he estado con ellos, con vosotros que me leéis. Ha sido un honor y un privilegio poder enseñar a alumnos tan brillantes y con tanto potencial (algunos de ellos ya andan ganando peazo premios, a su tierna edad, y me siento jodidamente orgulloso de ellos), y que sin duda, si no es por el magro y supuesto margen de ventaja que les saco por edad y experiencia vital, podrían estar dandome clases a mi y a muchos de nosotros, perfectamente. Ha sido, como digo, un honor y un privilegio haberles podido dar clase y compartir tantas horas con ellos. Os voy a echar de veras de menos, aunque espero mantener el contacto. Y por supuesto, a los compañeros, y el equipo directivo. A todos, a los que os considero buenos amigos, muchas, muchas gracias, por todo, de todo corazón.

HDR nocturnos desde San Nicolas

Dicho lo cual ¿Dónde me ubico? Hoy por hoy, desempleado, y de nuevo en el pueblo, instalado en casa de mis padres. A corto plazo, de los posibles resultados es el más incómodo (tanto en los casos de que hubiera suspendido, como si hubiera conseguido plaza, ahora mismo tendría trabajo), pero en honor a la verdad, y en muchos sentidos, es estrictamente el ‘mejor escenario posible’, y con el que me puedo dar con un canto en los dientes. Me ha costado trabajo aceptarlo, eh, pero con esto era con lo que contaba y era mi objetivo cuando decidí presentarme apenas cinco meses antes de los exámenes. No obstante, y aunque me he quedado muy, muy cerca, tampoco se me ha concedido vacante ni destino (mucha gente que ha aprobado sin plaza ya sabe dónde irá en pocas semanas, pues hay más vacantes que plazas se han concedido), pero preveo que en estas primeras semanas de Septiembre me llamen, para un destino desconocido, en cualquier lugar de Andalucía.

Superluna en San Miguel Alto

Además, he de añadir, después de tantos meses ‘encerrado’, lo cierto es que muchas amistades y relaciones las he tenido abandonadas, lo que también es algo que lamento, y mucho. No solo me he quitado de salir estos meses (apenas a veces las cervezas despues del trabajo), sino que también he dejado de ver series, películas, hasta de escuchar música… Y al llegar el verano, y con cierto desánimo por la inmediata incertidumbre, no me he visto ni con el tiempo, ni con las energías, de hacer por intentar recuperar unas relaciones en un momento cuando la ciudad se vacía y casi nadie queda.

Acepto pues mi destino, ahora mismo un momento en el que ni sé cuando me van a llamar, ni a dónde, ni para cuanto tiempo. La penitencia del interino, aunque de lo que se trata, ya sabéis que lo suelen decir, es meter cabeza cuanto antes en la educación pública, y a partir de ahí todo empezará a ir más rodado. Dicen…

Quiero acabar declarando de nuevo mi puto amor a la bellísima ciudad de Granada. Voy a echar de menos a mucha gente, sin duda: pero en este instante, quiero detenerme y reafirmar mi determinación de volver. Canena, es el pueblo donde nací y crecí, y nunca voy a dejar de volver, pero nunca en otra ciudad me he sentido tan en casa como en Granada, pues es la única que he sentido que podía hacer mía.

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(No sé acabará aquí la cosa, pues de hecho, tengo una lista que publicaré sobre los mejores miradores de Granada, ilustrada con panoramas que he realizado yo mismo).

Y es todo, por el momento. El siguiente post, se lo dedico, en formato videolog, a hablar de cómo han sido las oposiciones en si. Un saludo, y por enésima vez, nunca me cansaré, muchas gracias a todos.

¡Hasta la vista, Granada, nos vemos pronto!

Visiones de la Alhambra (alt 2)

 

Llamando a los cambios

Hola, hoy quiero hacer una breve entrada. Voy a hacer un sutil pero relevante cambio al blog: pasa (paso) a ser semi-anónimo.

Hasta ahora, los que me conocéis en persona y los que no, sabéis que siempre he asociado el blog a mi persona, con nombres y apellidos. Dicho de otro modo: yo, y este blog, eramos fácil de encontrar con una búsqueda rápida en Google, y de hecho estaba pensado para que fuera así.

Pues bien: ya no quiero que esto lo siga siendo (because reasons, razones para nada tristes, pero que no obstante expondré en pocos días); y como no quiero borrar el blog, ni hacerlo privado, ni nada parecido, sencillamente he borrado mi nombre completo de todas las entradas antiguas, y paso a hacerme conocer con un pseudónimo.

Quien tenga el interes y/o la fuerza de voluntad de indagar, A.K.A. «golismear», puede acabar adivinando mi identidad real, pues ocultar todos los rastros es difícil (aparezco en muchas fotos, tengo muchos perfiles en distintos servicios, y honestamente tampoco me preocupa tanto, no tengo gran cosa que ocultar…), pero al menos el blog, quiero esconderlo un poco a miradas inoportunas, y hacer un poco más difícil ‘unir los puntos’. En cuanto Google actualize los enlaces, a partir de ahora quien me busque por mi nombre, solo encontrará mis perfiles de LinkedIn y Quora (los que me interesan profesionalmente).

¿Y el pseudónimo? Bueno, lo conocéis: va (voy) a ser a partir de ahora Rufus Gefangenen (yo lo pronuncio ‘gueFÁNguenen‘, no ‘jefanJÉnen‘), y a algunos os sonará porque es el mismo que uso desde ya unos añitos en Flickr. ¿Y de dónde viene? Bueno, es sencillo: mi padre, de vez en cuando, me viene llamando así desde niño. Al parecer viene de un verso en sajón/inglés antiguo sacado de «Beowulf» (mi padre fue profesor de inglés durante años), originalmente el verso dice ‘Rufus ge haten’ (que vendría a ser ‘llamado Rufus‘) y que con los años mi propio padre fue corrompiendo hasta convertirlo en Gefangenen (que casualmente, aunque de forma nada intencionada, en alemán moderno significa ‘prisionero‘ o ‘cautivo‘). Personalmente he decido mantener el ‘error’ pero no porque me guste el nuevo significado en alemán adquirido en la corrupción: sencillamente ‘guefánguenen‘ es el sonido que siempre he escuchado, me suena natural; y es también, de algún modo, una forma de hacer una referencia y homenaje a mi padre :)

Por lo demás, sigo siendo el mismo; el blog seguirá en el mismo dominio, y de momento, ni tengo pensado cambiar la plantilla. Pero si, se avecinan cambios; más en próximas semanas…

Para

Imaginemos un caso. Digamos que de buena fe te presto mi cámara de fotos, y te la llevas a tu casa. Pues bien, estrictamente y con la ley en la mano, yo podría ir a la comisaría y denunciarte por hurto. Eso me convertiría en un loco, peligroso y malintencionado hijodeputa, pero es estrictamente posible que lo haga.

Y sin embargo, a nadie parece preocuparle que esto pueda pasar. La cosa se atascaría en un ‘tú palabra contra la mía’, y aunque encontraran la cámara en tu casa, hablaríamos de un indicio que en si, no demuestra nada. Una investigación policial más profunda descubriría el engaño, y añadamos aquí, existe el delito de falsificación de delito, y tiene sus castigos correspondientes, para tranquilidad de todo el mundo.

Sin embargo, a muchos parece preocuparle la posibilidad de que de prosperar las modificaciones de la ley que se persiguen; en el futuro, una mujer, decida en mitad del acto sexual ‘arrepentirse’ (o lo más terrible, hacerlo a posteriori), y como loca del coño que normalmente son todas las mujeres (*nótese la ironía, par favar), se acercara a comisaría a denunciar un caso de violación, dejando al hombre totalmente indefenso.

(…)

Mucho se ha hablado del caso de «La Manada» y esto desde luego me ha arrastrado, como a muchos de vosotros, a muchas conversaciones recientemente sobre este tema, con lo que he aprendido y evolucionado mucho. Existen los garantistas y necesarios conceptos jurídicos de ‘presunción de inocencia’ y de ‘duda razonable’, que no pongo en duda. El de la violación es un tipo de delito especialmente delicado e incluso legalmente incómodo desde cierto punto de vista, pues es difícil de demostrar per se. Más allá de restos de fluidos, que de nuevo, solo demuestran el acto sexual, es difícil demostrar la violación en si; la cual no tiene por qué dejar otros rastros físicos, al contrario que un robo o una agresión, y obliga a valerse de indicios (que un correcta investigación discerniría). Pero me asombra la cantidad de gente que opina y cuestiona ‘lo que es delito y lo que no’ y ‘lo que es denunciable y lo que no’, sin pararse a pensar ¿Por qué iba alguien a querer denunciar?¿Qué lo provoca? ¿Qué es lo que está bien, y lo que no? ¿He hecho algo por lo que tendría que preocuparme?

Este certero (y viral) corto de Samuel Miró y conocido reparto (Alejo Sauras y Kira Miró), sencillo, incómodo, muestra una realidad brutal: una violación, con todas las letras. Algo que la RAE nos recuerda claro lo que es (subrayado mío)

«Tener acceso carnal con alguien en contra de su voluntad» 

No es este un tema sobre el que me suela pronunciar, nunca me he visto en situación de ‘tener que aclarar’ mi postura (y probablemente siga sin tener que aclarar nada; como de costumbre, nadie me ha pedido que escriba en este, mi blog), pero al leer la sarta de comentarios que he leído bajo el vídeo, se me ha encendido una luz de alarma y verdadera preocupación, ante la retahila de barbaridades de personas que probablemente tienen buen concepto de si mismas; cosas que podría escuchar en boca de bastantes de mis conocidos, lugares comunes que reconozco, yo mismo podría haber pronunciado hace algún tiempo…

Veo, analizo, masco el vídeo, y lo veo del siguiente modo. Tal vez sea un análisis un poco burdo, un análisis llevado por cierta amargura, rabia y calor del momento, pero este es mi humilde análisis para gente que parece necesitarlo; gente que no sabe bien lo que es ‘violar’ aunque asumo que son capaces de diferenciar lo que está bien de lo que está mal, y así mismo se lo he dejado como respuesta a algunos de los que han escrito ciertos comentarios.

«Los dos quieren sexo. Hasta aquí bien, ella accede, él accede. Sin embargo, en cierto momento, bien porque no llevan protección, bien porque él le está haciendo daño a ella, bien porque si; ella le pide a él, LE PIDE, que pare. Pero él no para. Ni la escucha. Él, ni caso. Oye, entiendo que es molesto que estando en mitad ya del proceso te digan ‘para’, ahí llego. Muchos lo justifican ‘ella es una calientapollas’, ‘es imposible parar en ese momento’, ‘y el dolor de huevos que se te quedaría…’, ‘es una barbaridad lo que le pide’, ‘uno no se enciende y se apaga así de fácil’… lo que sea… Pero, por favor, pregúntate ¿Hace él bien en seguir, cuando ella ha pedido, por la razón que sea, que pare? ¿Se puede pedir ‘parar’ hasta justo antes de empezar, pero una vez ahí, es imposible? ¿Una vez ahí, todo vale? ¿Tiene él ahí uso de razón? ¿Sigue él siquiera unas normas básicas de educación y respeto? ¿Se puede de verdad justificar? ¿Está bien eso? ¿Es correcto?

Pero usaré una analogía que seguro que conoces, tal vez nos ayude a que nos entendamos.

Como el sexo, seguro que te gusta comerComo a mi, como a la inmensa mayoría de la gente; de hecho comer es una necesidad humana, ¿no? Es como el sexo, ¿A quién no le gusta comer? ¿Quién se puede negar? ¡Nos gusta a todos, a nosotros, a ellas! ¡Tú, yo, siempre estamos dispuestos! De hecho, organizadamente tenemos hambre varias veces al día, y comemos.
Pero por mucho que te guste, sabes que hay veces que no te entra. Que no te apetece. Que estás saciado. Que, por lo que sea, incluso a veces a mitad del plato, ya no quieres más. Es tu elección, y lo dejas. Si eres un invitado, probablemente le moleste al anfitrión que no te acabes el plato que te ha preparado con tanto cariño, pero *no* te pueden obligar a acabarlo. Menos mal que no depende de otra persona; y parar es algo que puedes hacer, y dejar de hacer, libremente, tú solo.

Pero, ¿Y si dependiera de otra persona? ¿Y si te obligaran a seguir comiendo?

¿Recuerdas lo mal que lo pasabas, los berrinches que pillabas cuando de niño te obligaron alguna vez a acabarte el plato? ¿Lo acorralado, débil, *violentado* que te sentías?

¿Te han metido alguna vez una cucharada llena de comida en la boca? ¿Repetidas veces? ¿Cómo lo pasaste? ¿Pedías que parasen?

Imagina ahora que no una inofensiva acelga. Imagina, eso si, la misma indefensión que cuando te obligaban a comerla. Imagina también que lo que está en juego no es un simple berrinche sino una posible enfermedad, un embarazo, o un desgarro interno. Y el trauma de darte cuenta que aún siendo adulto, no eres libre. Imagina ahora que no es una cuchara lo que entra.

Imagina que es una POLLA.»

 

Me doy por contento con que solo una persona más, sea capaz de entenderlo con este ejemplo. Como siempre, acepto y espero comentarios. Saludos.

El Diseño Industrial, la Tecnología y la Ciencia en España (Sobre el Diseño Industrial, 2)

Nota: Esta es la segunda parte de una serie de entradas relativas al diseño industrial (primera parte aquí), originalmente destinadas a ser parte de otro proyecto; que en la forma en que estaba originalmente concebido, nunca vio la luz. Ahora rescato estas entradas.

España, a pesar de su larguísima y renombrada historia afortunadamente plagada de gigantescos nombres en el campo de las artes (Picasso, Cervantes, Goya, Quevedo, Velazquez, Lope de Vega, Dalí, o García Lorca… bien sabéis que la lista es larga), jamás ha destacado a nivel mundial en el campo de las ciencias o la ingeniería.

  • Miguel Servet, Ramón y Cajal y Severo Ochoa (todos en el campo de la medicina) ni mucho menos son, y pese a quien le pese, nombres instantáneamente reconocibles fuera de la esfera hispana o de sus campos de conocimiento específicos. 
  • En el campo de la ingeniería se suele citar a Juan de la Cierva, creador del autogiro, como nuestro inventor más renombrado: aunque no carece de mérito, hablamos en un campo específico -el de la aeronáutica- en el que es posible citar literalmente a cientos de personas con logros de calado similar. Mientras, nombres como el de Monturiol o Jerónimo de Ayanz han quedado enterrados por la historia, y solo recientemente se les está empezando a reclamar.
  • Finalmente, en el campo de las ciencias básicas cómo la física o la química, no nos queda otro remedio que calificar el premio como desierto. Y mejor ni hablemos de las matemáticas…

Así pues, ¿por qué no hay un ‘Lopez‘ o un ‘García’ entre los Newton, Einstein, Gauss, Euler, Curie, Mendeleiev, Tesla, Maxwell, Faraday, Galileo, Darwin, Copernico, Edison, Böhr, Hawking…?

¿Acaso no ha habido aquí, no hay, grandes mentes… o sencillamente, la sociedad de su época los ignoró, y los seguimos ignorando?

Juan de la Cierva, junto a un modelo de autogiro

En España, el maltrato a la ciencia y la ingeniería ha sido históricamente sistemático. Incluso en la aún presente crisis económica hemos visto como los gobiernos recientes han medrado deliberadamente el presupuesto dedicado a I+D, y el desprecio y desconocimiento de gran parte de la población general hacia la ciencia y la innovación sigue dolorosamente presente. Cientos de jóvenes ingenieros y científicos de extraordinario talento (y a menudo con demostrada y sólida trayectoria) siguen siendo sólo reconocidos fuera de España. En el campo de la ingeniería, sólo en los últimos años hemos empezado a destacar en campos como el del tren a alta velocidad o turbinas eólicas. Pero eso no impide que en nuestro siempre comparativamente pobre tejido industrial (pues no olvidemos que aquí la revolución industrial llegó tarde, y de forma muy localizada, algo de lo que nunca nos hemos recuperado plenamente), el diseño industrial necesariamente ha sido perjudicado.

El diseño industrial, o el diseño a secas, como confluencia de estos dos aspectos de la naturaleza humana (combinar lo útil con lo bello, la tecnología con el arte, la artesanía con la industria, la razón con la emoción), ha tenido históricamente una situación bastante precaria en España. Podríamos también hablar de falta de confianza, y también de autoestima, en lo ‘Made in Spain’, y preguntarnos por qué otros países del entorno mediterráneo (y pienso en Italia) son referente a nivel mundial de diseño y nosotros no, algo aún más irónico teniendo en cuenta el portentoso músculo en lo que respecta a ilustradores, dibujantes, arquitectos y artistas que siempre hemos lucido, colocando a España, como en tantos otros campos, en un lugar mucho más bajo del que creemos que le corresponde. Pero aún no estamos tocando la tecla.

Rafael Marquina, junto a su mítico diseño de aceitera antigoteo

 

La clave es probablemente un recelo mutuo entre artistas e ingenieros. El Diseño Industrial, si bien es cierto que este número crece, sigue sin ser una rama de la ingeniería que se oferte en muchas universidades españolas; y ni siquiera goza de conocimiento entre el público general.

  • Tenemos por un lado, preparadísimos artistas salidos de las facultades de Bellas Artes pero con pobres conocimientos sobre ciencia básica, matemáticas o física, y no pocas veces contaminados por vertiente falsamente humanista que les hace recelar de cualquier cosa que suene a tecnología o industria. ‘Viabilidad’, ‘técnica’, ‘normativas’, ‘fabricabilidad’, son todas palabras tabú, ataduras y jeroglíficos para muchos de estos profesionales, que recelan de cualquier aspecto que cercene su creatividad.
  • Y por el otro lado, ingenieros (y también ejecutivos, directivos, gente de negocios, y un sustrato general de la población), desconocen cuando no desprecian la tarea del diseñador, al que en demasiadas veces consideran prescindible, y se sienten capaces de suplantarles en su tarea.

Sin embargo, con los años la marca España, al menos en el mundo de la moda, ha logrado obtener un nombre propio. En los años de bonanza, propios de la burbuja del ladrillo, España también basó buena parte de la economía en el fabricación, y desde luego el diseño, de mobiliario y decoración para el hogar. Tal vez, y solo tal vez, en este nuevo escenario, en esta etapa de reconversión industrial, de cambio de paradigma y de oportunidades de renovarse; tal vez al fin haya llegado el verdadero turno del Diseño Industrial Español, con nombre propio.

Una industria capaz de aportar valor añadido, capaz de diferenciarse, aportando calidad, saber hacer, y sin duda, pasión, que es una de los valores que más nos caracteriza.

Referencias:

Naturaleza del Diseño Industrial: una visión personal (Sobre el Diseño Industrial, 1)

Nota: Esta es la primera parte de una serie de entradas relativas al diseño industrial, originalmente destinadas a ser parte de otro proyecto; proyecto que como tal, nunca vio la luz. Ahora rescato estas entradas.

¿Qué es el Diseño Industrial?

La palabra ‘diseño’, en la cultura popular, se suele asignar a productos de calidad, pero con una apariencia espectacular e incluso ostentosa. Esto incluyen desde muebles a automóviles, pasando por dispositivos electrónicos, o aparatos de cocina. Sin embargo esta visión del diseño es muy reducida, ya que parece querer decir que el diseño solo existe cuando este es absoluto protagonista.

Sin embargo, la realidad es que el diseño está presente en todos y cada uno de los procesos industriales y de ingeniería: el diseño está presente en cualquier acto creativo, cada vez que el hombre transforma algo; el diseño esta totalmente presente en nuestras vidas, incluso, y especialmente, cuando este es invisible.

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Gramófono Braun Phonosuper SK4 (1956) de Dieter Rams y Hans Gugelot

Como ingenieros de diseño industrial, cuando somos preguntados en qué consiste nuestro trabajo por alguien de nuestra generación pero ajeno al mundo de la ingeniería, en nuestra particular experiencia solemos remitirnos al programa de televisión ‘Cómo lo Hacen’. En este ameno y popular show se ve cómo se fabrica desde una lata de refresco a un piano, pasando por tablas de surf, ratones de ordenador o piezas de Lego. De forma muy genérica e insistimos, explicado para alguien lego en la materia, ese es el trabajo de un ingeniero en diseño industrial y/o de producto, que mano a mano con otros ingenieros de innumerables disciplinas (mecánicos, electrónicos, informáticos, industriales…), nos dedicamos a crear artilugios que solucionan problemas comunes, así como averiguar el modo de fabricarlos, de la forma más eficiente posible, y sin descuidar su calidad.

Sin embargo, como dice un viejo dicho, ‘realmente no conoces algo si no eres capaz de explicárselo a tu abuela’. Por mucho tiempo que le hayamos dado vueltas a este dilema, por muchas charlas entre colegas del gremio, y la única palabra que es coloquial al tiempo que mínimamente precisa, es la de inventor.

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Y efectivamente, inventamos, creamos artilugios, ‘ingenios’ (de ahí la palabra ingeniero), que solucionan dichos problemas. Problemas de muy diversa magnitud, desde cómo pelar más fácil un huevo cocido, hasta cómo crear un automóvil eléctrico cuyas baterías se carguen y reemplacen más rápido.

Por supuesto el diseño industrial, además de servirse del conocimiento científico, la tecnología de materiales y los avances en procesos de fabricación, no debe estar carente de valores éticos, morales y humanos.

El diseño industrial debe ante todo ser útil, bello, y honesto.

• Útil, también en el sentido de eficiente, ergonómico.

• Bello, en el sentido de atractivo y placentero para los sentidos.

• Y honesto, siendo no solo elegante, sino también sostenible (con el medio ambiente), y desde luego transparente en su función.

El diseñador industrial es el puente entre el acto de creación y la industria; entre el arte y la máquina; de el hombre para el hombre, a través y con ayuda de la ciencia, la técnica y la tecnología.

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En cualquiera de los casos, el fin último del diseño industrial es proveer soluciones, mejores, más eficientes, facilitando y mejorando no solo los procesos que acontecen en la industria, sino haciendo más fácil y cómoda la vida de las personas.