A mi lo que más gracia me hace de los conspiracionistas/conspiranoicos, hablando de todos ellos en general, es la tremenda fe que tienen en la competencia, profesionalidad y buen hacer de los conspiradores. Es más, ¡es que tienen en muy alta estima a estos!
Y yo lo que pienso es ¡ojala, estuviéramos ‘comandados’ por gente tan capaz!
Yo soy el primero en reconocer que alguna vez he coqueteado con las ideas conspiranoicas. Son atractivas, te otorgan la sensacion de poder al conocer información aparentemente oculta, y por supuesto, traen consigo una para nada censurable y siempre positiva actitud de crítica y desconfianza a quienes gobiernan. Pero esto es una cosa (un sanísimo escepticismo, la capacidad de pensar e informarse por uno mismo), y otra, desconfiar hasta el absurdo.
Todo esto que digo, viene por supuesto a raiz de lo de la muerte de Bin Laden (que vaya tela, al video de Gabilondo me remito), y como la gente ha dudado sistemáticamente de su muerte, cosa que sinceramente me sorprende. Será que no me importa ni obsesiona demasiado, pero a mi no cuesta ningun trabajo creerme toda esta historia, de que vivia oculto entre cuatro paredes, que el ejercitó pakistaní por negligencia o bien deliberadamente, no parece haber hecho mucho al respecto, y desde luego lo que a mis ojos es una verdad que no necesita ser cuestionada: ha muerto a manos de los SEALs estadounidenses, sin juicio alguno. Un tiro en la cabeza y a tomar por culo.
Y ahora resulta que empiezan a florecer (sin ninguna coherencia ni limite alguno) las distintas teorías, que por supuesto se retroalimentan con otras: que Bin Laden ya estaba muerto, o bien que sigue vivo, o que todo es una falacia contra un enemigo imaginario, y desde luego, que todo es un trabajo interno que obviamente nos retrotrae a lo de que el 11S fue cosa del mismo gobierno de Bush. Y el 11M no fue ideado por alguien en lejanos desiertos, el Rey sabía lo del 23F, a Kennedy se lo cargaron agentes de la CIA, Hitler huyó a Argentina (o al Polo Sur), y por supuesto (ya sabéis que iba a acabar aquí, las obsesiones personales lo será siempre), nunca llegamos a la Luna. O que si llegamos, pero no cuando se nos hace creer. O si cuando se nos hace creer, pero las imágenes son grabadas en un estudio. O realmente llegamos, pero en realidad se nos oculta lo que allí se encontró…
En fin, que se puede debatir hasta el infinito, pero es que de lo que al final se olvida la gente es que mantener esos colosales y gigantescos engaños no solo hubiera costado monumentales cantidades de dinero para hacer callar a la gente, sino ingentes cantidades de talento y buen hacer. Y la verdad, no se que fé tienen los conspiranoicos en la humanidad, pero el talento (y la capacidad de estarse callado) es algo que anda muy, muy escaso. Los “wikileaks”, bien lo sabemos, se acaban filtrando, y lo hace un chaval de 22 años que se aburre demasiado. Apoltronados dictadores y faraones caen con manifestaciones, y a los criminales contra la humanidad, con un poco de fortuna, al final se les apresa y de alguna forma se les juzga (como cogieron a Milosevic, a Karadzic, a Hussein). O no. Ahí acabaron Pol Pot o Pinochet, en su cama, en su casa; ahí sigue Mugabe. Hay atentados contra presidentes de gobierno y papas, y a menudo con éxito. Grandes potencias nucleares, sistemas económicos enteros se colapsan, toda una forma de pensar y vivir. Hay paro, grandes crisis economicas y depresiones. Y todo por fallos en el ‘sistema’, fallos por el defecto inherente al propio ser humano y su naturaleza: somos tontos, egoístas, incapaces, vagos, corruptos, interesados, y por supuesto, limitadísimos al intentar ver a largo plazo las consecuencias de lo que hacemos. Y sin embargo todavía hay quien cree que existen organizaciones secretas (compuestas de humanos) que mueven los hilos de la sociedad. Agencias tan secretas que ni las agencias secretas saben de su existencia. Que nadie piense que en verdad creo que todo es transparente y tengo completa fe en el sistema o en la bondad humana. Al contrario. Para mi, todo tiene una explicación mucho más sencilla, aunque tal vez, mucho más dura de aceptar: somos así incompetentes, somos así de cutres. Aunque, quien sabe, lo mismo los Illuminati y los judeomasones en verdad son alienigenas, eso lo explicaría todo mucho mejor y de forma más creíble.
Sinceramente, a mi me cuesta mucho menos creer la version oficial que cualquier otra: la operacion para matar a Bin Laden, aunque una cutrez, es muy real, yo lo de que se hayan desecho de su cadaver en el mar, ha sido por las mismas razones por las que no existe una tumba de Hitler.
Y a pesar de lo que he dicho (que es lo que honestamente pienso), suelo ver a la humanidad con una luz bastante positiva, dado que no somos más que esencialemente animales que seguimos sometiendo la mayoría de las ocasiones nuestra lógica y razonamientos a nuestras pasiones e instintos. Tenemos voluntad, coraje, capacidad de sacrificio y por supuesto (que cursi me va a quedar) capacidad de amar y de tener compasión. Pero esos no son los ingredientes que hacen falta para mantener unas mentiras que no merecerían la pena tanto esfuerzo. La realidad no solo me parece más creíble, sino mucho más rica e interesante.
Nota: este es tal vez un poco el tipo de post que echo de menos. Escrito rápido y sin reflexionarlo demasiado (aunque tal vez haciendo uso de antiguas y muy mascadas ideas guardadas en la recamara), y con una ligera dosis de sueño que a veces provoca los mismos efectos que el alcohol: desinhibición y sinceridad. Con esto vengo también a decir, que temporalmente y al menos por unas semanas, declaro oficialmente suspendido el blog, y con ella la segunda parte de la entrada dedicada al Crysis 2 así como resto de post casi finalizados y guardados en la alcoba. Me quedan una semanas muy muy ricas en cuanto a trabajos y proyectos, puesto que, después de tantos años estudiando (los que lo sabéis lo sabéis, los que no, son suficientes para haga años que me de vergüenza contarlos), me encuentro cerca del final. Dadme ánimos y deseadme suerte, y lo mismo os deseo a vosotros: nos vemos a la vuelta.
Nota 2: y por supuesto, me reservo el derecho a romper el precinto del blog cuando me salga de las narices. Tendría incluso su dosis de interesante ironía/mala leche que escribiese con más frecuencia en esta tregua oficial, la primera en más de seis años de blog, que en otras épocas…