Cosas que te hacen pensar que el mundo es de verdad un pañuelo

Esta foto la ‘favoriteé’ en Flickr hace más de un año. Se tomó apenas a un par de manzanas de donde vivo yo ahora.

Podría pensarse que llegué a ella buscando sobre Horsens en Flickr en el mismo momento en el que supe me vendría aquí a pasar un año. Ahí acabaría cualquier tipo de casualidad. Pero suficientemente remarcable es el hecho de que no: sencillamente llegué a ella antes de saberlo, antes de que supiera que viviría justo donde se tomó, sencillamente llegué a ella porque es una buena foto, y eso que hace años que no dedico mucho tiempo a bucear en Flickr. No hay relación alguna directa entre esta foto y yo. Es casualidad pura y dura. Merecidamente ha ganado ahora el primer puesto de un concurso de fotografía que mi universidad de aquí ha convocado este año, con la consiguiente sensación de déjà vu al ver la foto en la pared de mi facultad, que me ha traído de cabeza los dos últimos días (hasta le he tenido que escribir un mail a la autora, preguntándole si era ella de verdad quien había enviado la foto al concurso).

Nada, felicidades desde aquí a la ganadora :)

La parsimonia

Esta es tan solo una anécdota sobre el Autumn Break que no he sabido donde meter. Fue que una de las veces, perdí a los míos en el metro de Londres. Y ellos se asustaron más que yo.

Os cuento: a lo largo de todo el viaje he tomado la fama de ir siempre el último. Eso siempre ha sido así, claro, y ya lo sé yo, igual que lo sabe mi familia, mis amigos de Málaga… y que ahora lo saben ellos: que soy un tranquilo del carajo. Pero nunca (y son ellos los que me lo han dicho) he hecho esperar a nadie (al menos este viaje, eh, no os echéis al cuello tan pronto xD).

La Parsimonia

Que me gusta esta foto, ea, es la tercera vez que la uso

Por un lado, es verdad, me gusta ir a mi ritmo, y por otro, el tema echar fotos siempre retrasa. Además, no me gusta ir a la cabeza del pelotón, y para terminar, el coche escoba, de por si, tiene una función, y la mía era la de esperar y recoger a los otros rezagados. Si me veían, sabían que nadie iba detrás mía, y la gente se queda tranquila. A pesar de todo, rara vez los perdía de vista, y de vez en cuando y siempre que hacía falta (esto obviamente no lo veían, así que tendréis que creerme cuando os lo digo) echaba un sprint para alcanzarles. A pesar de como tenía los pies al final del viaje, pero lo echaba. Aunque pocas veces hacía falta ese sprint, claro: a estas alturas, sé aprovechar un paso de cebra para alcanzarles, o que se han equivocado de camino y dan la vuelta, o que se paran a mirar algo… Yo a lo mio no le llamo tranquilidad, sino eficiencia energética Pero no estamos aquí para hablar de eso. Aquella vez del metro no funcionó.

Aquella vez ni siquiera iba rezagado, aunque, es cierto, yo iba el último del pelotón. Aquella vez íbamos todos juntos en una piña, aquella vez. Y aquella vez, el metro estaba lleno. Entraron todos, todos menos yo. Y efectivamente, me quedé solo (o ellos, depende de como se mire… :P)
Y cuando vieron que me quedaba fuera, ¡entonces se pusieron histéricos! –¡Que Rufo se queda fuera! ¡Que Rufo se queda fuera! (o eso me apetece imaginar xDD, reconozco que hay un poco de fantasía en la reconstrucción). Pero yo solo hice un calmado gesto con las manos que entendieron a la perfección: ‘Bajaos en la próxima’.

(…)

Lo más gracioso de todo, es que en mi cabeza, 30 segundos antes, venía andando y pensando:

‘Si alguno se perdiera en el metro, habría que desarrollar algún ‘protocolo’… como por ejemplo hacer que los adelantados se bajasen en la próxima parada’…

Quién me diría que medio minuto más tarde tendría que ponerlo en práctica: ni me había dado tiempo de comentarlo con nadie.

Pero en fin, salió bien, entre otras cosas porque aquella vez sabía donde íbamos (íbamos a Notting Hill: otras veces nos hemos puesto a andar sin, al menos yo, tener ni puta idea de adonde nos dirigíamos), y porque no había posibilidad de confusión posible, pues a aquella parada solo correspondía a una línea de metro. Y me monté en el siguiente coche, y ni me tuve que bajar: allí estaban ellos esperandome, incluso mi puerta se paró frente a ellos, ni hizo falta que bajase…

No hubo muchos incidentes más: Noel por ejemplo se quedo encerrado en el tren, a ultimísima hora, justo cuando volvimos a Horsens, pero es que aquella vez fuimos todos unos pamplinas que no empezamos a coger las maletas hasta que se paró el tren. Obviamente el maquinista no esperó a que bajasemos, y Noel tuvo que ir hasta la siguiente parada y volver. Digamos que ese fue el incidente más negativo del viaje (otro fue que una de las veces Jose Luis tuvo que pagar 32€ de más por colarse de peso en el avión, pero que uno de nosotros pagase, en un vuelo de cinco, cuando casi todos rebasábamos el límite, lo llamaría muy buena suerte), pero visto globalmente, nos salió todo de puta madre. Y en el Interrail, lo mismo: nada grave que lamentar, ni siquiera anecdótico. A estas cosas habría que llamarlas anti-Murphy. De prepararlo todo al milímetro, fijo que algo sale mal…, pero hay veces que mientras menos preparas las cosas, más suerte parece que tienes, pues claramente dependes de ella: la estas tentando…

Dorling Kindersley (Londres, Autumn Break V)

(viene de aquí)

Nota: no os asustéis por la longitud, que lo que hay son muchas fotos, y no tanto texto ;)

Aquí teneis el quinto y penúltimo episodio sobre el Autumn Break, que para quien acabe de llegar, es un viaje de diez días que yo y unos amigos nos pegamos en Octubre pasando por Oslo, Berlín y Londres mientras estamos de Erasmus en Dinamarca. Muchas son las razones que han hecho que esté tardando tanto en acabar estos episodios, una de ellas es lo que he tardado en procesar las fotos: anteayer, casi cuatro meses despues del viaje, he acabado al fin de procesar (a.k.a. photoshopear) los más de 350 panoramas y/o HDR que disparé en el viaje, condensados todos estos a partir de unas 1700 fotografías. Las otras 300 (disparé en total unas 2000 fotos) eran imagenes individuales que requerían poco o ningun trabajo.

Dicho esto, me tomo un espacio para hacer un análisis/comentario. De Berlín, desde el principio guardé un día, como ya dije, por la cosa de dejar la historia más divertida para el final (aunque lo mismo ya la estoy inflando demasiado, no es cosa de crear hype: son solo un par de anécdotas, punto). Y es verdad, Berlín, en general, me pareció mucho más interesante y divertida. Ya lo dije, no solo por la historia que tiene sino por su caracter, su ‘movida’. Parece una ciudad bastante más joven, más desenfadada, más abierta. Allí me lo pasé mejor (supongo que también porque no estaba tan cansado), pero es verdad que lo que puedo contar sobre Berlín, es en general más interesante que lo que puedo contar sobre Londres. Londres, que es una ciudad maravillosa, no solo es cara (cara de cojones), sino que impone, tiene una pomposidad y ostentación que no se ven ni de coña en Berlín. Dicho de otra manera: me imagino perfectamente viviendo en Berlín, pero no en Londres. Dicho esto, si de Berlín me flipó la ciudad en si, lo mejor que tiene Londres (que no significa que la ciudad en sí se quede muy atrás), al menos para mi, son sus museos. Fiesta, si, tuvimos en Londres, el último día, luego lo cuento. Pero considerad que esta entrada de lo que va a ir es de museos. Prosigo pues con el relato.

Autumn Break

Jueves, 21 de Octubre de 2010

Despues de haber hecho el día anterior el Free Tour, la mañana del jueves se la dedicamos al Museo Británico, que teníamos a tiro de piedra de nuestra residencia. Como podéis imaginar, es imposible verlo en un día.
7 millones de objetos de todos los continentes, 5 millones de visitantes anuales. Números, números, pasemos a la acción: a la entrada te ponen la Piedra Rosseta. Primera, en toda la frente. La entrada es gratis, así que no nos cuesta ningún trabajo pagar por la audioguía, la recomiendo (que al fin y al cabo es una forma de ‘pagar’ la entrada). Elegimos seguir por el ala egipcia, y tras la Rosseta (con tanta fama, me hace gracia que lo primero que quieres hacer es ver que hay por atras: obviamente nada), te encuentras la estatua de Ramses II, de nosecuantos metros de alto.

British museum

British museum

Y cuando te has acabado el recorrido por la sección egipcia, después de las figuras de bronce, de dejarte los ojos fascinado ante el preciosista detalle de los jeroglíficos labrados en los sarcófagos de granito, y de ver todas las momias que llevo años viendo en los libros de Dorling Kindersley (la de Artemidoro o la del pelirrojo Ginger), me entero que ‘en la sala de al lado’, tienen… wait for itSigue leyendo

‘Mind The Gap’ (Londres, Autumn Break IV)

(viene de aquí)

Nota: Aquí ando, tres meses más tarde y todavía contando como fue aquel viaje. Quise narrar aquel Autumn como una ‘muestra’ de como me estaba yendo este año, pero supongo que es un poco gilipollas querer llamarlo ‘muestra’, porque se mire por donde se mire, hacer un tour de este calibre, visitando dos de las más importantes ciudades europeas en apenas 10 días, no tiene nada de normal. Y luego, es que han pasado tantas cosas desde entonces, no solo tiempo puro y duro sino cosas… que ya se diluye un poco la emoción de contar aquella aventura. Y para rematarlo, es que me he vuelto a pegar otro viaje: hace una semana volví de pegarme un Interrail de 10 días por Praga, Budapest y Cracovia. Tranquilos, que no os voy a dar otra vez la vara con ese viaje, si acaso haré un resumen de un solo tomo y las correspondientes fotillos ilustrativas. Pero empecé esta serie, que se acabará montando en seis fascículos, y estoy obligado a acabarla. Dejé este mismo episodio y el siguiente ya escritos antes de irme de Interrail, y no los subí solo porque aún no tenía listas las fotos (si, tres meses más tarde aún me quedan fotos por photoshopear). Soy el primero en reconocer que publico ya estos últimos episodios con cierta apatía, pero bueno, como además sé que hay personas a las que les va a gustar leer esto, pues aquí van estos penúltimos capítulos, y me pongo ya a escribir la última de Berlin que ya toca ;)

Big BenTower BridgeLondres
Westminster AbbeyLondres
LondresLondresLondres

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Horsens, miniguía útil Erasmus (3 de 3). El Idioma


cerrando ya, vuelvo con el tema del idioma, que en este caso se aplica a cualquier Erasmus, practicamente vayas donde vayas, y con cualquier otro idioma aparte del inglés.

En la primera entrada dejé claro que de Erasmus, uno va a aprender inglés si o si (pero aprender danés/idioma nativo, definitivamente correrá por tu cuenta), independientemente de que te juntes con españoles o no. Esto es, porque al contrario que si te vas a la aventura, en busca de trabajo, aquí estas obligado a usar el idioma, no solo porque las clases y el trato con los profesores es en inglés (además de haber una asignatura específica a mejorar el idioma), sino porque los trabajos en grupo, y sobre todo el inevitable trato con foraneos va a ser en ese idioma. Especialmente en los países nórdicos es más fácil, porque además la gente a pie de calle lo habla, cosa que no va a pasar tanto en otros países. Lo pretendas o dejes de pretenderlo, e independientemente de la proporción de españoles, vas a tener trato con extranjeros, en inglés, y mucho, así que no encuentro mucha razón en obsesionarse con el hecho de que haya muchos españoles o deje de haberlos. Indagaré en ese punto más adelante, pero ahora, quiero dejar clara mi punto.

Y es que creo que tampoco puede uno llegar y descansar todas las esperanzas de aprender el idioma solo en este año. Y eso es válido para aquí, Italia o Polonia. Personalmente pienso que uno no viene de Erasmus aprender inglés, sino a ganar en agilidad con él. Distinto es si hablásemos de ir a Francia o Italia o el mismo Reino Unido, allí aprenderas el idioma de los nativos, que no vacilaran en corregirte, que no tendrán contemplaciones. En Dinamarca y Suecia no es el idioma nativo. Pero lo que es más importante, el resto de estudiantes Erasmus saben el mismo inglés que tú (e incluso menos), así que la realidad es que con ellos NO vas a aprender “inglés”, sino un hijo bastardo de ese idioma que se apoya, a veces fuertemente, en la mímica, y por supuesto, en el alcohol. De hecho, como no te pegues a nativos angloparlantes (y no hay muchos), no aprenderás inglés de esa manera que posiblemente buscas. Eso si, perderás la vergüenza, ganaras agilidad, definitivamente mejorarás tu manejo en el idioma, que ya es mucho.

Pero igual que digo que no es aquí donde alcanzarás la excelencia en el dominio del idioma, si llegas con un palo metido en el culo, con un nivel demasiado malo, lo que va a pasar no es solo que te costará arrancar (y que lo pasarás mal), sino que simplemente estarás desperdiciando el tiempo, al menos al principio, un tiempo precioso, una porción de la ocasión casi única que es un año en el extranjero. Hay que venir con los deberes hechos, hay que venir con preparación y cierto conocimiento. En España nos hacen exámenes, si, y está visto y demostrado que el nivel que exigen no es suficiente. Algunos profesores han comunicado sus quejas a las universidades de origen por el bajo nivel de algunos alumnos que les llegan, y especialmente, por los españoles, que algunas veces, me duele en el alma decirlo, es de vergüenza ajena. No quiero asustar a nadie, porque al final todo el mundo se pone al día, y se ve como la gente ha mejorado desde que llegó, pero creo que es justo dar este aviso.

(…)

¿Qué sugiero? Mi consejo (que de mio no tiene nada, es el que os va a dar cualquier otra persona) es hacer el oído al idioma, DESDE YA, si es que no lo tienes hecho, pues aunque sea inconscientemente, lo estarás aprendiendo.

¿Y qué quiero decir cuando me refiero a hacer el oído?, ¿cómo se hace? No se trata de estudiar formalmente, que también es necesario, porque eso teóricamente ya lo vienes haciendo desde primaria, y aquí como Erasmus ya he dicho que también estudiarás formalmente. Lo principal es ver todo lo que te guste en VERSIÓN ORIGINAL: series, películas, canciones (busca las lyrics, un clásico). Destierra de tu vida el asco a los subtitulos. Repasa las películas que te has visto mil veces y dales una oportunidad en V.O. (como ya te las sabes de memoria, no te importará no entender partes de diálogo, además de que estarás viendo algo que te gusta). Si eres capaz de hacerlo con subtitulos en inglés en vez de español, mejor, y si lo haces sin subtitulos, bueno es que ya ni hace falta que te siga dando ‘consejos’ xD. Se trata de usar el idioma en las cosas que disfrutas, y que no se convierta en una carga, en un peso, que no te des cuenta que estás ‘estudiando’, porque la verdad es que lo estarás haciendo. Lee en inglés (si eres un adicto a la Wikipedia como yo, tienes la mitad del trabajo hecho), ¡usa el idioma como herramienta! (herramienta transversal, como dicen los expertos…)

Esa es la forma de la que en todos estos países nórdicos lo dominan casi a la perfección, porque no doblan nada y todo lo que les llega es subtitulado: en su educación escolar lo han estudiado igual que nosotros, pero ellos lo tienen presente constantemente, cosa que nosotros no… Es de esa forma como yo, hace dos años en Suecia, me sorprendí a mi mismo hablando de forma fluida inglés sin haberlo puesto en práctica en mi vida. Y fijaos, que yo saqué un 2 en selectividad, quién lo diría… Y no olvidéis lo que reza cierto grupo de facebook: “SeriesYonkis ha hecho más por el inglés que años de escuela”. Valga decir que, por supuesto, todo lo que he dicho es igual de aplicable al inglés que a cualquier otro idioma.

(…)

¿Queréis un último briconsejoInstalaos la barra de Google. Irónicamente, no está para navegador Chrome, aunque si para Firefox y Explorer. Una de las herramientas que tiene es la traducción simultanea (pero no me refiero a la de toda la página, que con esa no aprendes). Con esa herramienta, solo dejando el cursor unas fracciones de segundo sobre una palabra, y sin hacer nada más, aparecen automáticamente cuantas acepciones posibles haya para esa palabra. Tu vocabulario crecerá exponencialmente, lo garantizo. Parece una tontería, pero la comodidad de no tener que seleccionar la palabra, copiarla y buscarla en WordReference facilita las cosas mucho más de lo que imaginarías. Personalmente, en gramática no ando especialmente fino, pero creo que puedo decir sin necesidad de falsa modestia que tengo una base de vocabulario fuerte, y si se la debo a algo, es a este plugin. Es así como todo ese vocabulario técnico, todos esos giros del idioma y acepciones van entrando poco a poco, sin estudiarlo conscientemente, sino gota a gota: así es como cala.

Pues nada, ¡suerte! Y si al final de verdad os vais de Erasmus, solo puedo decir que… ¡¡disfrutadlo, cabrones!!

(…)

Otras entradas de esta serie:

Miniguía Erasmus 1, donde hablé sobre las ventajas académicas de estudiar en Horsens, la gente, la ciudad en si misma, y las comunicaciones de esta, además de algún comentario sobre la vida que vas a llevar.
Miniguía Erasmus 2, donde hablé sobre papeleo, residencias, la Universidad, cómo llegar y cómo moverse, telecomunicaciones, manejar dinero, y comida y bebida, además de dar unos cuantos enlaces útiles.