Verano, estudio, amigos, blogs, tiempo que pasa…

¿Por qué no escribo? ¿Pereza, apatía, abulia, desgana, indiferencia?
Pasa que a veces se me amontonan las ideas, que a veces me falta tiempo, que a veces las ganas. ¿La disciplina? ¿He tenido de eso alguna vez?
Antes de todo ¿Le importa a alguien lo que voy a contar?

De repente, un post. Una idea genial y las ganas de publicarla ya. Cinco páginas de texto. Impublicable. Debería de apoyarme en post anteriores para desarrollar ciertas ideas, preparar el terreno, trabajo que debería tener hecho. Acaba como borrador, ‘algún dia lo acabaré’. Ahí se queda. Vídeos ¿youtube?. Demasiado fácil. Una regla no escrita que suelo aplicar es que debería alternar un post ligerito con alguno de mis ladrillos. Y si no hay ladrillo, no hay youtube.

Pienso que tendría, en primer lugar, que aprender a ‘escribir menos’. Sencillamente, me enrollo mucho, y no son pocos los que me dicen ‘joder, tanto escribir para al final contar eso‘. Con la morriña se empiezan a acomular borradores, todos con potencial, todos sin ese pulido final que sigue haciéndolos impublicables. Hugo, al que considero bastante de mi estilo (o yo del suyo) expone de puta madre esta idea. O la embarazosa situación de ya lo han dicho antes que yo y mejor” (eso siempre, pero si al menos no lo sabes tiene un pase)
El caso es que desde hace incluso meses arrastro la sensacion de que ‘ya lo he dicho todo’. Suena muy prepotente: lo que en verdad quiero decir es que todo lo que se me ocurre normalmente ya lo he tratado; lo que escribiría serían unicamente revisitas al mismo tema. Repetirme. Y no me mola. No me planteé limites a la hora de escribir (nunca he sido temático) pero los temas que me obesionan siempre han sido los mismos. ¿Luna, conspiraciones, diseño inteligente, religión, el paso del tiempo y viajes en el mismo, Segunda Guerra Mundial?. Ademas, la wikipedia ya lo cuenta mejor que yo. Cuidado, que podría hacer como Rafa, vivir los posts e intentar contagiar la pasíón con algo de gracia, pero me temo que es algo que tengo que entrenar para siquiera empezar a acercarme a lo que hace. Y me gustaría aportar algo. Siempre podría pulir viejas historias, pero en esencia en este blog ya estoy, ya se me puede conocer en lineas generales o al menos saber de que calaña soy. ¿Es esto todo lo que soy? ¿Está aquí todo lo que tengo que decir? La pregunta se queda en el aire.

Por otra parte, en este blog, por regla general, no suelo divagar demasiado. O al menos dejad que me explique. Cuando ofrezco textos suelo ofrecer conclusiones, ideas acabadas, al menos a mi entender. Por supuesto las hago de forma que se presten a comentarios, y la demostración está en que los haceis, pero por lo general son ideas a las que ya les tengo dadas bastantes vueltas, y no me siento demasiado aventurero al darlas, solo paso algun tiempo con mis amigos que conocí en un chat gratis en español. No pretendo sentar cátedra, pero la verdad es que no me suele gustar hablar de lo que sé que no sé. Por supuesto, a veces leo articulos antiguos y pienso ‘ya no pienso así’, o ‘eso lo expondría de otra manera’, pero aprender va de eso, la mente de uno no es un fotografía, fija con el tiempo. Como crítica (autocrítica), admitiria que se trata de una postura defensiva, cómoda, incluso cobarde: moverse siempre en terreno conocido y asentado, sin exponerse ni atreverse a territorios inexplorados. Que uno prefiere la seguridad de hablar de cosas en la que sabe que le van a dar la razón…
Por lo tanto, si quiero seguir escribiendo (continuando las ideas expuestas en el parrafo anterior), ¿debería mojarme más, aventurarme, exponer opiniones que se presten a la corrección y al debate? De nuevo, en el aire se queda, pero sobre aviso pongo que suelo ser una persona prudente, y que para críticos ya tengo a uno que obligo a ser duro aunque leal: yo mismo.

Una frase suele decir ‘las primeros 40 años de vida aportan el texto, los 40 siguientes, el comentario’. Me gusta esa frase pero la interpreto a mi manera: hay épocas y épocas, y ambas se pueden alternar sucesivas y numerosas vidas a lo largo de una vida. Épocas en las que uno se alimenta de nuevas vivencias, y épocas en las que uno reposa, y digiere lo asimilado. Incluso en la veintena, por supuesto. Incluso se pueden superponer ambas epocas. Épocas ajetreadas en las que queda menos margen para la reflexión, con todo el peso de la palabra; epocas que se prestan más a ello. La suma de ambas es lo que hace a uno evolucionar y crecer como persona, si se tiene esa inquietud, la de aprender… (que bonito m’a quedao).
Por otra parte, la máxima del bloguero dice: mientras más interesante es tu vida, menos posteas. Y viceversa, supongo… (aunque no me atrevería a colocarme la medalla de interesante, para ironías está lo ridículo y paradójico de que al tener el blog ya lo estoy haciendo: para ególatras y narcisistas nosotros los blogueros).
La frase puede hasta resultar hasta ofensiva si no se toma con su correspondiente dosis de buen humor, pero lo cierto es que durante un largo tiempo me he identificado plenamente con la sentencia: a veces lo más interesante que pasaba en mi vida era una nueva descarga completa en el eMule, e incluso hablaba de ello. Sin duda alguna, eso era mucho tiempo libre para pensar y escribir. Porque no creáis que me solía sentar aquí a escribir a lo loco y a lo que salga: siempre tenía alguna idea en la cabeza, un par de frases ya pensadas por querer meter y que me las apaño para redactar de forma más o menos clara.

Total, para volver a decir lo mismo que ya llevo dos veranos diciendo: que no voy a cerrar este blog (por si alguno lo piensa) porque no hay necesidad, pero que esto da pena no me lo puede negar nadie. Le doy importancia al blog, me gusta escribir y algo de cosica mala da no estar más atento.
Y ya, por hablar, no solo yo…. Fico, Geo, Ganon, Gianna, Alfie, Wigo,… ¿que cojones nos ha pasado?… Parece que se nos ha acabado el ciclo, nosotros, que empezamos y nos conocimos poco más o menos al mismo tiempo y parece que tambien hemos muerto a la par. Mirad a Rafa, ese faro de sabiduría y constancia y tomemos ejemplo, cojones! xD. O a Dremin, el más antiguo y original blog que conozco, y en gran parte inspiración de este. Y el colega ha mantenido estilo y tono sin decaer lo más minimo. Aquí entono un DREMIN, NO CAMBIES, con todas las letras. Y Dickwave, que entiendo que su blog a veces esté gordo y a veces fino (no tener internet, ademas, suele por lo general ser una buena razón para no mantenerlo, ¿no creeis?) Con respecto a los primeros mencionados, que me incluyo, ¿Que nos ha pasado? ¿Ha acabado nuestro ciclo? ¿Es esa la esperanza de vida media de un blog, dos años?¿Una vez caido uno, caidos todos, como fichas de dominó? Me gustaría saber vuestras razones, puntuales, si es que las hay; pero por supuesto las respeto, y más aun siendo obvio que disto de ser alguien como para echaros en cara el haber perdido el ritmo.

Cuando te alejas del ordenador te das cuenta lo que supone vivir a su lado. No escribir ni subir fotos supone la no necesidad -no ansiedad- de estar pendiente por si alguien ha comentado, de tener que responderle, etc. Alejarse supone saber lo enganchado que está uno, e incluso sientes cierto alivio de saber que el ordenador está apagado, no pensar si el emule estará bajando de verdad algo, que el messenger esté abierto o no, recibiendo comentarios… Andar dividido, se me hace complejo realmente compaginarlo. ¿Me es posible tener la mente en varios sitios a la vez?. Cada vez que me alejo del ordenador me doy cuenta de lo bonito que es eso llamado Sol (es triste tener que recordarlo, igual que tener que recordar lo bonito que es reír: hace unos cuantos años me espantaba pensar que a los mayores había que recordarselo, como hacían numerosos artículos de revistas de salud, mientras yo me partia el culo a todas horas). Mientras vas a la piscina, ves una película, o echas una cena charlando en el porche con el fresquete y el sonido de la noche y las luces del pueblo y las estrellas. Mientras tomas una cerveza con los colegas… Esos que se van yendo. Los que acaban ya la carrera, antes que tú, los que se van de erasmus, los que cambian de ciudad, los que se rinden… los que desaparecen. Los que por tu proverbial y odiosa pereza no haces muchos gestos por mantener la amistad, confias que flote por si misma (¿cuan equivocado estas?). La señal cada vez mas evidente y ominosa de que un tiempo se acaba…

A estudiar. Este año he vuelto a salir fatal. Y van 5. Buen verano.

M.C. Escher

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“¿No es esa esfera de arriba una esplendida esfera? Falso, usted se equivoca, es completamente plana. Mire usted, he dibujado el objeto doblado por el medio. De ello, se desprende tiene que ser plano, de lo contrario no lo hubiese podido doblar. Abajo he colocado un objeto en posición horizontal, y sin embargo, estoy seguro de que su fantasía desea transformar de nuevo la esfera plana en un huevo tridimensional. Compruébelo usted mismo rozando el papel con el dedo y verá que en realidad es plana. Dibujar es un engaño, sugiere tres dimensiones cuando solo hay dos. Y por mucho que me empeñe en convencerle de que se trata de un engaño, usted seguirá viendo objetos tridimensionales

Maurits Cornelis Escher

Por cierto, no sé si conocéis la editorial Taschen, pero desde hace unos meses (casi años) anda de celebraciones de veinticinco aniversario poniendo muchos de sus libros a 10€. Y no son libros de texto, sino increíbles obras de una calidad apabullante, a todo color llenas de fotografías e imágenes a página completa: bajo esta oferta he pillado ya cinco libracos pacos que creía que no tendría en muchos años: las mejores películas de los 80 y los 90, Diseño Industrial del Siglo XXI y mis últimas adquisiciones, dos increíbles libros sobre H.R. Giger y M.C. Escher, los que vienen a ser mis dos artistas favoritos. Buscad por la librería más cercana porque seguro que tienen más, y son un tesoro.

Licencia artistica

Hablaba David hace un par de semanas de la ficción del cine, del derecho del artista a mentir y tu de ser elegir, libre y conscientemente, de creerle o no. Cosa con la que estoy de acuerdo. Pero eso si, hay cosas que se perdonan y otras que no, para todo hay un umbral.

Por ejemplo, un mago, debes dejarte engañar, o bien de dejas maravillar como un niño (o sencillamente eres un niño y te lo crees), o en su defecto es bastante el disfrute que tienes luego rompiendote la cabeza, imaginando como lo ha podido hacer. Además, a mucha gente no les gusta ver los como se hizo de muchas películas, especialmente si son de fantasia y con muchos trucos. A mi personalmente me encanta tanto ver esos documentales como disfrutar de la película como si fuera completamente real: es bueno disponer de esa capacidad de abstraerte y cuando quieres, ignorar conscientemente ciertos hechos. Al fin y al cabo el acto de ver una película es dejarse engañar: la imagen es plana, en vez de tridimensional; solo es una ventana, asi que la imagen no te envuelve; no corres peligro real si hay tiros; los que salen en pantalla son actores y lo que ves es solo una imagen grabada captada por una cámara, detras la la cual habia en su momento un huevo de focos, microfonos y técnicos haciendo su trabajo; muchas cosas son efectos especiales creados mayormente por ordenador; y suele sonar un música de fondo que no se suele escuchar en la vida real… etc, etc, etc. Y sin embargo nos lo creemos, nos emocionamos, nos dan subidones de adrenalina, tenemos miedo, lloramos, todo eso viendo algo que sabemos que es ‘mentira’. Pero es necesario creer en ello para disfrutarlo. Por mi parte, encantado de ser complice de ese engaño.

Soy de los que piensan que una película es buena mientras consiga lo que pretende, tanto si es el sencillo propósito de entretener como si es el instruir de algún modo. Si no yerra el tiro, vaya. Lo que no soporto es ser engañado o ver algo sencillamente pretencioso, y para todo hay un umbral. A veces puedes perdonar cosas, otras sencillamente las tragas porque quedas apabullado por otras (un ejemplo de esto sería lo que a mi me pasó hace poco con Sunshine) Al final, supongo que se reduce a quién seas tú como público, a quien va destinada esa película y si tu encajas dentro de las intenciones del autor.

Uno de los momentos más histriónicos que recuerdo fue viendo Misión Imposible II, tal y como veníamos después la primera: un brillante ejercicio de intriga, suspense y diversión a partes iguales que si aunque también está llena de fantasmadas, al menos te invitaban a ser cómplice de ellas (y considero la escena final, la del eurotunel, completamente insuperable a nivel técnico).
Sin embargo para la segunda parte, John Woo, director cantones que nos tiene acostumbradas a las fantasmadas más increíbles de la historia del cine nos colocó en la tesitura de ver una Semana Santa en Sevilla donde los pasos arden a modo de fallas valencianas. Independientemente de mi casi nulo orgullo español, ese que solo sale en los mundiales, toca los cojones tal cantidad de ignorancia: ¿Nadie, absolutamente nadie en el rodaje (ni siquiera Anthony Hopkins, que nos deja perplejos con par de lineas comentando el hecho dentro de la película), sabía que ambas celebraciones son del todo distintas, que ni siquiera coinciden en ciudad ni momento del año?.
Con todo, me puedo imaginar la triste explicación: seguramente más de uno era consciente del error, incluso el propio John Woo al que gustoso culparía del desguisado. Más gustoso diría aún ‘es que los americanos son gilipollas’, pero sería demasiado facil.
En todo caso, el público americano y mundial es gilipollas, o en su defecto así lo entienden los productores, guionistas y diseñadores de producción, al hacer productos tan mascados y para gente tan tonta: hay que dejar claro que esa escena se desarrolla en España, para un publico internacional (principalmente americano), hay que abarcar el máximo espectro posible, rebajando la exigencia cultural si es necesario. Y para dejar claro que eso es España, hay que invocar todo el imaginario colectivo que reside en la cultura popular, y si es necesario condensarlo en una escena a pesar de violar cual tipo de consistencia: uniendo flamenco, toros, paella, procesiones y fallas. Al fin y al cabo es cine, ¿no?, asi que se puede hacer. Igual que si estamos en un país sudamericano todos tienen que ser traficantes de coca con un fusil a sus espaldas y si son chinos deben estar cultivando arroz en campos con el sombrerito cónico. No las comparto ni mucho menos, pero al menos conozco sus razones. Podemos sin embargo ver como películas jodidamente entretenidas como “El Caso Bourne” y su secuela (y una tercera en preparación que se desarrollará en parte en España) nos llevan de paseo por casi todas las capitales de Europa sin ver una sola vez la Torre Eiffel, el Coliseo o el Reichstag: no caen en ningún tópico ni pecan de estúpidas.

El problema, que de verdad me revienta, es cuando uno se pone a divagar sin reparar en ningún tipo de coherencia, extralimitándose y abusando de la libertad del artista, sin reparar en las posibles consecuencias, con total negligencia e irresponsabilidad. Parafraseando esa bufonesca máxima periodística; ‘no permitas que la realidad te estropeé un buen guión’, o libro, o artículo. Si vas a contar algo que no es cierto, has de tener alguna razón para hacerlo, aunque sea la triste razón de hacer la historia más fácil de seguir. Y por supuesto dejar claro que de lo que hablas es ficción, porque la gente se cree cualquier cosa. Asi ya de encima darselas de ‘estr basado en hechos reales’…
Que me cuenten que en el futuro tenemos colonias mineras instaladas en la Luna y sin explicar como las han hecho, vale, pero no me cuentes que los planetas son cuadrados. Estamos ante una bizarrada de tres pares de cojones. Dan Brown en “La Fortaleza Digital” se pone a hablar de España igual que si estuviéramos en África (y seguro que ni en África se está tan mal). O de antimateria en “Ángeles y Demonios”, que si lo lees y no tienes ni puta idea, no solo te lo tragas con papas si no que te lo ha contado de forma que acabas con la sensación de que encima sabes de antimateria y puedes fardar de ello. Y te conviertes en un gilipollas desinformado, no es tu culpa, (bueno, un poquillo si, que podrías contrastar lo que dices), la culpa es de Dan, por dárselas de listo y ser un irresponsable, por llenar de mierda mentes dispuestas a ello y desinformar a los no informados. O directamente mentir como un bellaco, dárselas de que todo tu obra está basada en documentos secretísimos y dar la sensación al ingenuo lector de que es un privilegiado, sabiendo cosas ‘que el resto no sabe’ (como si la propia historia o la ciencia no fuesen de por si interesantes, que encima hay que inventarselas…) Al final hablo te tener un mínimo de ética, de sentido común o de pura vergüenza, de cumplir tu deber y hacer bien tu trabajo. Que no me cuentes que la temperatura de una supernova es 3.000 Cº pudiendo buscar en el Google y enterarte que ronda los mil millones de grados: no es equivocarse en un tres o en un siete: es equivocarse en seis ceros de más o de menos. Comprendereis que la diferencia no es pequeña…

Y con todo, si para escribir un guión majo te tienes que permitir licencias, vale; pero si pudieras no tomartelas y casar la estricta realidad con ese guión majo, lo cierto es que estaría mejor…

Roxorloops

(Puedo entender que se os haga pesado, en tal caso os recomiendo que lo dejéis cargar y lo pongáis a partir del minuto 7:00)
Ahora, si sencillamente no os lo creéis (que también lo puedo entender ;) ) volved a ver tranquilamente todo el vídeo, que no tiene desperdicio. Nota: si tenéis subwoofer, mejor :)

Aqui la segunda parte

Vuelve el hombre del Sombrero

Vaya… 18 años de espera…

heisthemann.jpg

El otro día me resistí a decirlo, y estuve en lo cierto: Harrison no está viejo, ¡es el puto amo!
Vale que solo está sentado en una silla, que no significa gran cosa la foto (que por cierto, la ha hecho el propio Spielberg), pero carajo, que me he acordado de la primera vez que vi el trailer del Episodio I allá en otoño de 1998 y que he vuelto a sentir otra vez esa peculiar emoción que daba por perdida…