La belleza de un cohete explotando

Os habréis enterado de un zucezo que ocurrió en las costas de Virginia hace un par de días: un cohete no tripulado destinado a la ISS estallaba en el despegue.

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Quiero dejar claro que este tipo de noticias, en si, no me agrada nada, y no es por el gasto y el derroche que a muchos os viene a la cabeza sino al contrario, aunque el desarrollo de mi argumento lo prefiero dejar para el final. En Estados Unidos este accidente ha tenido especial repercusión, pues además de cuestionar la política de subcontratas de la NASA, bastante gente estaba atenta al despegue, al ser desde una base cercana a Washington y otras zonas muy pobladas del país, y no muy usada hasta el momento.

Orbital Sciences Antares Launch (201410280009HQ)

Pero dejemos por un momento aparte las seriedades y concentrémonos en el tema: a todos a muchos nos mola las explosiones.

Nos encantan en el cine, nos encantan en la realidad, y al igual que un meteorólogo o un vulcanólogo flipan en colores con huracanes y erupciones, creo que todos somos los suficientemente maduros para poder separar su capacidad de horror y poder de destrucción (no somos el coronel Kilgore vanagloriando el olor del napalm por la mañana), de su poder hipnotizador y mera belleza plástica.

Os dejo sin más con mi video preferido, el que tiene los comentarios sin censura y sin mojigaterías (al igual que este) de los reporteros que lo vivieron en directo :D

Y es que ¡copón! ¡es una explosión que lo-tiene-todo!, ¡su detonación con fuego entre el humo negro en primer lugar, la caída con la gran lengua de fuego, la primera detonación al caer al suelo y entonces la supraluminosa y gigantesca bola de fuego, de nuevo con partículas y metralla (¡haciendo figuras espirales!), su nube de vapor y su más que visible onda expansiva, y finalmente todas las partículas incandescentes al rojo blanco cayendo conforme la esfera de fuego y humo asciende! Ni a propósito creo que hubiera salido mejor, ¡¡Es la polla limonera!! :D

rocket2

Vamos, que despierta al niño y no-tan-niño que llevo dentro que soy, el que de pequeño más que dibujar escenas con montañas y arcoiris, dibujaba helicopteros con metralletas, y a lo largo de los años se ha dedicado a creaciones como estas

xPloD

Boceto dibujado en Photoshop en 2006 para estrenar mi tableta de dibujo. Colores familiares…

 

En fin, como podéis imaginar, vídeos hay a cascoporro.

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En fin.

Volviendo a las seriedades y como decía al principio, estos accidentes me joden especialmente por ser la baratísima excusa esgrimida por aquellos que critican este tipo de gastos, que aún siendo considerables, representan una fracción mínima del gasto público que los países más avanzados dedican a investigación (así, en general), que ya de por si es bastante pobre. Porque, siendo perfectamente compatible con el gasto para ayudas sociales y el bienestar general de la sociedad (todos sabemos muy bien qué cosas son las no compatibles), criticar este tipo de inversiones, que no gastos, como si no fuesen absolutamente necesarios para el progreso y el avance de la civilización, es negar una de las más bellas características de lo que nos hace humanos: la de la sed por la exploración y el conocimiento. Lo digo en serio.

 

Así pues, celebremos la carrera por la exploración del espacio, ¡y qué mejor manera que con un clásico, esta excelente ración de explosiones de cohetes! :D

Idiocracia (y Disgenesia)

Aviso: viene un post lleno de amargo resentimiento, con algunas gotas de clasismo, desdén y odio hacia la especie humana en general. Días que tiene uno…

Mike Judge, creador de ‘Beavis y Butthead’, ‘King of the Hill’ y el clásico de culto ‘Trabajo Basura’ (una de mis películas preferidas), se marcó en 2006 una película prácticamente desconocida que por poco apenas consiguió salir a la venta en DVD: Idiocracia.

La premisa es sencilla: un experimento militar para congelar soldados sale mal, y los dos únicos voluntarios supervivientes, las dos personas más normalitas y aburridas que pudieron encontrar, despiertan 500 años más tarde para descubrir que son los más inteligentes sobre la superficie de la Tierra, una tierra plagada de canis, yonis, yolis, jennis, merdellones, kevincostnerdejesus y la madre que los parió.

De cabalgata con el presidente de los Estados Unidos

De cabalgata con el presidente de los Estados Unidos: Presidente Dwayne Elizondo Mountain Dew Herbert Camacho, antiguo wrestler (gran Terry Crews ahí)

La película, conforme se desarrolla, no es gran cosa: su hora y veinte minutos se tornan alargados, el escaso presupuesto se siente demasiado estirado, y en general la película pide bastante complicidad por parte del espectador para poder apenas disfrutarla, pues se asienta en unos supuestos que no cabe tomarse de otra forma que como puro cachondeo.

Pero los primeros cinco minutos son brutales: un verdadero sopapo en toda la cara de cualquier pareja que este pensando (o dejando de pensar) en tener hijos, y en lo que tal vez nos espera: ¿Qué pasa en el momento en el que el más premiado por la evolución -es decir, el que más procrea- no es ya el mejor adaptado? (y si, ya sé que suena muy bigotito). Porque a veces piensa uno que ojala hubiera muchos más candidatos a premios Darwin (que se conceden a aquellos individuos que con su letal estupidez tienen la amabilidad de quitarse de en medio, mejorando con ello la especie…)

Bueno, la película, aparte de ser un cachondeo que conviene tomarse como tal aunque solo sea por salud mental, en realidad no es más que una crítica a la sociedad actual: a la que tiene dos programas idénticos en emisión en las dos principales televisiones del país, la misma sociedad que luego dice que ‘solo hay mierda en la tele’ mientras nunca se han emitido tantos documentales y programas educativos en abierto; la de los enganchados a los juegos de azar, los partypoker y las pollas en vinagre; los listos, los espabilados, los que creen tomar atajos cuando solo son trampas; los que creen que dan duros a cuatro pesetas, los que creen que serán ganadores cuando solo serán primos; aquellos que juegan a no quedarse sin silla cuando acabe la música, aquellos que juegan a la ruleta rusa, a veces incluso con una semiautomática
Una película que va justo a donde duele.

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¿Queréis que acabe esto con alguna nota positiva? Bueno, venga: aquí estamos, en 2013, vivos todavía. A pesar de nosotros mismosEn muchos lugares del mundo sigue por desgracia imperando la ley de la selva, lugares donde una vida vale menos que unos gramos de mineral, lugares donde las mujeres carecen de todo derecho; donde tener otro niño más, que probablemente muera de hambre, es solo una ficha más de cara a una vejez mínimamente tranquila. La nota positiva (ya veis que quien no se consuela es porque no quiere) es que algunos lugares del mundo, pocos, y donde tenemos la fortuna de vivir, de escribir y de poder leer esto, hemos salido de ese fango (*apartemos la crisis, porque empezamos a hablar de eso y no acabamos). Donde ya no hay guerras, donde hay una educación y una sanidad mínimas, donde se garantizan los derechos fundamentales. Todo eso lo hemos conseguido a lo largo de los años y de los siglos, tras guerras, religiones y oscuridad, a pesar de nosotros mismos, e incluso a pesar de estos actuales y terribles números de abandono escolar, de paro, de NI-NIs, de NINJAs. Y que precisamente la culpa de la crisis creo sinceramente que no es suya (ellos, que están abajo, han existido siempre), sino de los de arriba, que son los que nos la han liado, y nuestra, por habernos dejado liar. A pesar de todo.

Y sin embargo, vino precisamente a ser Ronald Reagan el que dijo algo muy parecido (*) a esto: nunca estamos más que a una sola generación de perder todo lo conseguido. La batalla frente al caos y la oscuridad no es una batalla ganada ni perdida: debe de ser una batalla perpetua.

Google quiere cerrar Reader: ¿Es que estamos gilipollas, o qué?

No os mentiré: a diario solo leo cuatro, tal vez cinco blogs. Los cuatro o cinco que de los que me gustan que publican con regularidad diaria. Que cada vez, por cierto, son menos. Y aparte, sigo otros tantos que publican tal vez una vez a la semana. O al mes. O… que ya ni publican.

El caso es que, y tiene una nota triste el mismo hecho de que tenga que explicar esto, no los visito uno por uno: estoy agregado a sus canales RSS, y los leo todos en un único lugar. Ordenado, compacto, potente. Me permite leer mucho.  Llevar la cuenta de que he leído y qué no, saber si alguien ha publicado algo nuevo al instante, seguir cada sitio nuevo que me gusta para no perderlo; marcar los post individuales como favoritos, o como no leídos; compartirlos por twitter, por Facebook, por correo…

Todo eso, y más, es lo que hace un agregador, mediante el uso del canal RSS que tiene cualquier blog. Un lugar donde separar fácilmente la paja del grano, la señal del ruido. Y es triste que tenga que explicarlo, porque casi nadie lo usa. Y no es porque sea una tecnología nueva: es tan antigua (ya) como la web 2.0, la de los blogs, la de Youtube, la de Flickr, la de las redes sociales. Toda aquella nube de cosas que aparecieron hacia 2004, y que… ¿luego qué?

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Ese sitio se llama Google Reader, y ahora resulta que Google, la gran G, quiere cerrarlo. ¿Qué significa para mi esto? Pues si, ademas de ser una putada notablemente molesta, es la demostración definitiva de algo que llevo mascando en silencio desde hace tiempo: que INTERNET ESTÁ EN RETROCESO.

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No se si habéis pensado en los torrents, emules, y reliquias anteriores como WinMX, AudioGalaxy o NapsterLos P2P. Nacidos para evadir uno de los grandes impedimentos para compartir archivos: que no se encontrasen localizados en un solo servidor, sino repartidos, en nuestros ordenadores personales, en cientos de ellos, en un lugar que no podía ser desenchufado por una orden judicial o por no pagar la luz. ¿Y que hicimos? Pues volver a las descargas directas desde servidores como gilipollas. Porque por lo visto era más rápido y más inmediato. Que bien iba seriesyonkis mientras duró, ¿eh? Filefactory, Rapidshare, Turbobit, Depositfiles… y, oh si, por supuesto MegaUpload. ¿Y qué pasó entonces? Pues que efectivamente, esos servicios chapan. Los archivos caducan, solo tienen un cupo de descargas, o sencillamente se borran en cuanto hay una denuncia, cosa que funciona de maravilla. No vanaglorio la piratería en si, pero si el acceso universal y aún en demasiadas ocasiones único a cultura, ante la falta oficial de oferta. Y sin embargo dejamos de lado el P2P por que no iba tan rápido, y ahora esas redes están desiertas para lo que a mi me interesa (que no es solo el episodio que emitieron anoche de la serie de turno, que eso si que va genial), pues donde antes era fácil encontrar algún archivo, disco o abandonware un poco rebuscado, se ha convertido ahora en una verdadera tarea de arqueología que incluso a interneteros bregados como yo nos cuesta un buen rato encontrar, si es que lo conseguimos. El P2P fue una conquista… y la dejamos escapar. Aquel día RETROCEDIMOS.

Y bueno, no me hableis de Twitter, Tumblr, Instagram y sucedaneos, porque ese usar y tirar extremo, esa instantaneidad que nos lleva a la lectura en diagonal y a no profundizar, ese no citar fuentes, ni poder trackear el origen de algo… es algo con lo que no me siento nada cómodo. Madre mía, ¿dónde quedaron ciertos valores de la netiqueta?

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Pero bueno, hablemos de Internet en general. La gran democratización de la información. La siguiente gran revolución de la cultura, a la altura de la imprenta de Gutemberg. Cuidado, que eso lo sigo creyendo, pero cuando nos bajamos a hablar de la ‘gran generación de nativos digitales’ resulta que apenas salen de Tuenti y del Marca. Y no los metáis a configurar mucho más que el fondo de escritorio (de Windows, por supuesto) porque se quedan como un conejo cuando le das las largas.

No, no estamos aprendiendo a usar Internet. No le estamos sacando todo su provecho. Es que la mayoría de internautas ni saben medio buscar en Google. Internet ha alcanzado una madurez, y aunque ha crecido en extensión (si, sin duda la de los smartphones es otro tipo de revolución, otro tipo), no ha crecido en profundidad. Y mientras, va pasando, lenta aunque inexorablemente, que gobiernos, corporaciones y lobbies van consiguiendo lo que nos parecía imposible, ‘poner puertas al campo’: domar Internet.

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En fin, después de todo este momento de pánico, volvamos al RSS. La cosa es esta: el cierre de Google Reader supone la muerte del RSS, su fracaso definitivo. Una de las herramientas más maravillosas que ha dado internet, dicen. Igual que los blogs, que solo son ya una sombra de lo que fueron. ¿Donde estais, todos aquellos que escribiais en 2005?. Fue en 2009 la muerte de Bloglines (su rescate sirvió solo para convertirlo en un putiferio), y entonces me vine a Google Reader, perdiendo muchas cosas en el camino. Aquello ya fue una buena jodienda. Es sencillo: ¿os imaginais si cierran Gmail? Si, podríais exportar vuestros correos a vuestro disco duro, pero ¿y todo lo demás? ¿vuestros contactos? ¿vuestro acceso desde cualquier ordenador a esos correos? ¿vuestras ‘estrellas’?… pfff la lista es interminable. Bueno, lo mismo para vosotros es un consuelo pensar que se trata de Google, la gran G. Ellos, tan dados a experimentos, jamás cerrarían un servicio tan estable, reputado y usado como Gmail… o como el Reader. Vamos, es que flipo con que sean capaces de correr los servidores de Google Maps gratuitamente (eso si que consume ancho de banda y espacio), pero no un sencillo lector de RSS. El problema es que el RSS no ha sido sustituido por un sistema nuevo, más avanzado o más eficiente. Sencillamente, nunca cuajó.

Repito, si ha caido Google Reader, el servicio estable del gigante por excelencia, la muerte del RSS es prácticamente definitiva.

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Recordad esto, porque es sinceramente como lo veo: algún día, cuando nuestros hijos nos pregunten ‘cómo era Internet’, sonaremos un poco a como nuestros padres nos recuerdan La Movida o como en el mundo recuerdan los 60 y los 70: unos años ‘locos’, de creatividad, de renovación y sobre todo de libertad. Una época en la que creímos que el cambio era posible. Y luego…

¿Luego qué cojones ha pasado?

En fin, podéis poner aquí vuestra firma, lo mismo hasta sirve de algo, pero si Google dice de cerrar el Reader, es solo un síntoma, no la verdadera enfermedad en si. La desaparición de Google Reader y del RSS no es solo un error de Google: es un fracaso nuestro, por no haberlo sabido aprovechar. 

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PD.: Hitler, como es usual, tiene una opinión al respecto. Y aunque suena fatal decirlo, no muy distinta a la mía…

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‘Mani Pulite’ (o como ‘dimitir’ no es un nombre ruso, ni siquiera en Italia)

Mani Pulite significa ‘Manos Limpias’*, en italiano. Es el nombre que se la da al proceso que llevó, hace unos veinte años, a la desintegración de los cuatro principales partidos políticos italianos tras una abrumadora catarata de escándalos de corrupción, algo que se conoció como tangentopoli (que podría traducirse como ‘la villa del soborno’).

Todo empezó al descubrir un caso de soborno que implicaba a un miembro del Partido Socialista italiano,en 1992. Lo que tal vez no hubiera pasado a mayores, se torció cuando sus antiguos compañeros (y especialmente el mismo lider del partido) marcaron distancias, señalándolo como un caso único de bribonería y sinvergüenza. Lo que pasó entonces, al verse traicionado, es que este tipo tiró de la manta. Pasó ademas que estas traiciones no quedaban ahí: conforme se iban descubriendo más casos de corrupción -en todos los partidos, no solo el socialista- más acusaciones surgían que daban pie a nuevas investigaciones, en un espectacular efecto dominó.

1992-Mani-pulite

Antonio de Pietro, el ‘superjuez’ que llevó adelante el histórico caso contra viento y marea.

Se llegaron a dar situaciones tan pintorescas como que un diputado confesó todos sus crímenes a una pareja de carabinieri que se presentó en su casa, antes de saber que estos solo le querían entregar una multa de tráfico. Mientras, hasta tres diputados socialistas se suicidaron, uno de los cuales dejó una carta culpando a su partido de todos los males.

Eventualmente el líder del Partido Socialista acabó salpicado, lo que eventualmente provocó su dimisión. Su defensa, tras admitir haber recibido más de 70 millones de € para su partido, era que ‘todo el mundo lo hacía’. Pero no era esto lo peor que quedaba por pasar. Lo gordo vino cuando el gobierno quiso promulgar una ley de amnistía. Mientras la gente se manifestaba en las calles, el Presidente de la Republica se negaba a firmar la ley, y el chorro de acusaciones, encarcelamientos y confesiones continuaba. El gobierno solo aguantó unas semanas más (después de apenas un año en el poder, inestable la política italiana como ella sola), y aun rizando el rizo, el nuevo gobierno tecnócrata apenas duró unos días, lo que obligó a convocar unas nuevas elecciones.

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¿Sirvió de algo?

Agonizantes los cuatro partidos principales (no durarían más que unos meses), en las nuevas elecciones que se convocaron el separatismo xenófobo de la Liga Norte cobró fuerzas inéditas; la izquierda, en sus luchas internas no volvió a levantar cabeza (y sigue sin levantarla); y mientras tanto, un ya entonces muy conocido empresario alcanzaría por primera vez el puesto de Primer Ministro, puesto que mantendría de forma intermitente durante los quince años siguientes. Un puesto que atacó por sorpresa, se sospecha que para proteger su imperio industrial de posibles denuncias, y que blindaría nada más tomar el cargo. Quince años marcados por escándalos de todo tipo, siempre silenciados por la hegemonía mediática que da poseer los principales canales de televisión privados, ademas de los estatales. Ese tipo, llamado Silvio, aun amenaza con volver.

berlusconi-rolling

Bueno, ahora las lecturas, ni falta que hace que insista en los paralelismos con la actualidad. Han pasado los días y los ánimos parecen calmarse, hasta el punto hacer parecer extemporaneo escuchar a Rubalcaba pidiendo la dimisión de Rajoy.

No deseo en si que lo de los papeles de Bárcenas sea verdad, pero si digo que si acaba siendo cierto todo lo que sugieren -y por supuesto tiene toda la pinta-, me alegro que se sepa, igual que me alegro cada vez que se destapa un caso de corrupción, pues ya sabemos que ese individuo no va a hacerla más. Pero reconozco que me froto las manos ante la posibilidad de limpieza de cajones, pues empieza a vislumbrarse algo en realidad muy oscuro: la posibilidad de que salgamos del túnel sin que en realidad nada cambie. Nada tiene una solución fácil ni rápida, nada se arregla con un puñetazo sobre la mesa, y aunque tuviésemos el gobierno más competente, diligente, dialogante, sensible del mundo, seguiríamos tardando años en salir de esta ciénaga. Pero de seguir con este sistema (clientelar, corrupto, ineficiente, etc.) del que no lo olvidemos, con nuestro silencio, desidia o directamente nuestra participación, también hemos sido y somos cómplices; de seguir con este sistema corremos un riesgo realmente grave: el de volver a caer, nosotros solitos, si es que acaso nos llegamos a levantar. Porque esta crisis, como toda crisis, es una oportunidad para el cambio. Cinco años y aún no sé si va calando el mensaje. En fin, no voy a decir nada nuevo, más que lo de siempre: que en nuestras manos está, y no en la de los políticos, que salga algo bueno de todo esto, pase lo que tenga que pasar.

Espero que cuando llegue el momento, si llega, no nos caigamos en el mismo error que los italianos. Espero que cuando llegue el momento, si llega, no caigamos en la tentación del populismo, de un berlusconi o de un chavez. Espero que podamos aprender, evolucionar y crecer como personas, como democracia, y como sociedad.

Información mas extensa, en la Wikipedia (inglés)

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*Nota: mantengo el nombre en italiano especialmente para no confundirlo con el ‘Manos Limpias’ español, sindicato tristemente conocido por conseguir el derribo de Baltasar Garzón.

 

Disney adquiere Lucasfilm y anuncia Episodio VII para 2015. ¿Para reír o para llorar?

Si, como leéis, una verdadera bomba para los ‘fanses’ de Star Wars (entre los que me incluyo), pues creo que a todos se nos ponen los pelos como escarpias

Y no se si reír o llorar. Apenas hace unas horas que se sabe y tal cual escribo esto es aún trending topic en Twitter. Así que aquí va un post calentito, pero voy a intentar compartir algunas reflexiones con vosotros sobre el asunto.

Uno de los posters originales de 1977, sin duda mi preferido. Pero ¿hace falta que ponga un pie a todas las imágenes…?

Como ya lo digo, me reconozco un pelín alterado, y no sé si es una buena o una mala noticia. De entrada, no huele nada bien, eso lo reconozco. Star Wars es un producto redondo, un arco cerrado que narraba la vida completa de un protagonista indiscutible: Anakin Skywalker.

“Obi Wan nunca te dijo la verdad…”
Y yo os pregunto: ¿James Earl Jones o Constantino Romero?

¿Quedaba algo que contar? Definitivamente no. ¿Cabe que estemos extrañados porque se anuncien nuevas entregas? Pues a poco que lo pensemos, tampoco.

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Por un lado, si Star Wars ha sido algo desde el principio es una máquina de hacer dinero. Es más, es probablemente el paradigma, es la máquina de hacer dinero. Fans y haters de Star Wars estamos todos de acuerdo en este punto: a Lucas le gusta más el dinero que a un tonto un lápiz, la diferencia está en que los primeros en general comulgamos, y muy a gusto (porque somos muy tontos tal vez, quién sabe), con la idea que tiene el tito Lucas sobre ofrecer un producto, y que este nos guste. Pero bueno, entrar ya a opinar sobre eso lo mismo es empezar a divagar sobre los vicios y perversiones del sistema capitalista, y como no me quiero desenfocar demasiado (personalmente, soy más de pensar que nadie te pone una pistola en la cabeza para que compres algo), voy a analizar, con vuestro permiso, unos cuantos puntos de esta discordia.

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