Naturaleza del Diseño Industrial: una visión personal (Sobre el Diseño Industrial, 1)

Nota: Esta es la primera parte de una serie de entradas relativas al diseño industrial, originalmente destinadas a ser parte de otro proyecto; proyecto que como tal, nunca vio la luz. Ahora rescato estas entradas.

¿Qué es el Diseño Industrial?

La palabra ‘diseño’, en la cultura popular, se suele asignar a productos de calidad, pero con una apariencia espectacular e incluso ostentosa. Esto incluyen desde muebles a automóviles, pasando por dispositivos electrónicos, o aparatos de cocina. Sin embargo esta visión del diseño es muy reducida, ya que parece querer decir que el diseño solo existe cuando este es absoluto protagonista.

Sin embargo, la realidad es que el diseño está presente en todos y cada uno de los procesos industriales y de ingeniería: el diseño está presente en cualquier acto creativo, cada vez que el hombre transforma algo; el diseño esta totalmente presente en nuestras vidas, incluso, y especialmente, cuando este es invisible.

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Gramófono Braun Phonosuper SK4 (1956) de Dieter Rams y Hans Gugelot

Como ingenieros de diseño industrial, cuando somos preguntados en qué consiste nuestro trabajo por alguien de nuestra generación pero ajeno al mundo de la ingeniería, en nuestra particular experiencia solemos remitirnos al programa de televisión ‘Cómo lo Hacen’. En este ameno y popular show se ve cómo se fabrica desde una lata de refresco a un piano, pasando por tablas de surf, ratones de ordenador o piezas de Lego. De forma muy genérica e insistimos, explicado para alguien lego en la materia, ese es el trabajo de un ingeniero en diseño industrial y/o de producto, que mano a mano con otros ingenieros de innumerables disciplinas (mecánicos, electrónicos, informáticos, industriales…), nos dedicamos a crear artilugios que solucionan problemas comunes, así como averiguar el modo de fabricarlos, de la forma más eficiente posible, y sin descuidar su calidad.

Sin embargo, como dice un viejo dicho, ‘realmente no conoces algo si no eres capaz de explicárselo a tu abuela’. Por mucho tiempo que le hayamos dado vueltas a este dilema, por muchas charlas entre colegas del gremio, y la única palabra que es coloquial al tiempo que mínimamente precisa, es la de inventor.

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Y efectivamente, inventamos, creamos artilugios, ‘ingenios’ (de ahí la palabra ingeniero), que solucionan dichos problemas. Problemas de muy diversa magnitud, desde cómo pelar más fácil un huevo cocido, hasta cómo crear un automóvil eléctrico cuyas baterías se carguen y reemplacen más rápido.

Por supuesto el diseño industrial, además de servirse del conocimiento científico, la tecnología de materiales y los avances en procesos de fabricación, no debe estar carente de valores éticos, morales y humanos.

El diseño industrial debe ante todo ser útil, bello, y honesto.

• Útil, también en el sentido de eficiente, ergonómico.

• Bello, en el sentido de atractivo y placentero para los sentidos.

• Y honesto, siendo no solo elegante, sino también sostenible (con el medio ambiente), y desde luego transparente en su función.

El diseñador industrial es el puente entre el acto de creación y la industria; entre el arte y la máquina; de el hombre para el hombre, a través y con ayuda de la ciencia, la técnica y la tecnología.

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En cualquiera de los casos, el fin último del diseño industrial es proveer soluciones, mejores, más eficientes, facilitando y mejorando no solo los procesos que acontecen en la industria, sino haciendo más fácil y cómoda la vida de las personas.

Puesta al día: mi trabajo de profesor en ESADA (y otras cosas)

Hace unos cuantos meses que no me paso por aquí, he estado tentado a publicar unas cuantas entradas breves y no he dejado de anotar borradores. Es por ello, que lo único que puedo hacer, al menos, poneros al día con una breve-entrada resumen, y desarrollo algunos puntos

  • Laboralmente hablando, Dasware sigue adelante con un nuevo y prometedor proyecto y muchas novedades. Mi vínculo personal continua con el equipo (incluyendo un alumno mío de prácticas que colabora con ellos, y al que tutelo), pues los socios son buenos amigos mios de hace muchos años, y lo siguen siendo; si bien provisionalmente mi relación profesional con ellos ha pasado ahora a ser solo para encargos puntuales.

Hmmm, misteriosa imagen sobre el siguiente proyecto de Dasware, del que no puedo decir de momento nada…

  • Desde abril hasta final de curso del año pasado, y de nuevo desde pasado octubre, estoy vinculado como profesor del grado de Diseño de Producto en ESADA (Escuela Superior de Arte y Diseño de Andalucía). A esto le quiero dedicar la próxima video-entrada, solo decir que es una delicia darle clase a estos chavales y trabajar con ellos (así como con mis compañeros), y estoy disfrutando verdaderamente del trabajo.
https://www.instagram.com/p/Bfttu15HEqe/?taken-by=esadagrx

https://www.instagram.com/p/BglprTygVjY/?taken-by=rufo_83

  • Hay también un tercer proyecto profesional-personal sobre el que he firmado un NDA, y sobre el que de momento no puedo decir nada;)
  • Y en lo sentimental-personal, me están pasando cosas muy chulas :D. Y eso es todo lo que voy a decir :) Pues con los años, y a pesar del blog y todas esas cosas de redes sociales, me he vuelto irónicamente bastante celoso sobre mi intimidad; y con lo que antes tal vez me hubiera explayado, hoy os vais a encontrar con un prudente y sensato muro de silencio por mi parte. Si lo menciono es más bien una forma de decir: es que hay aún más cosas, además de las anteriores, que me tienen ocupado.
https://www.instagram.com/p/Bdq8jlNDw14/?taken-by=rufo_83

Entre los borradores y videologs que me gustaría seguir desarrollando y publicar, os podéis imaginar los temas que me gustaría tocar los que siempre habéis seguido este blog:

  • Publicar de una vez la puñetera segunda entrada sobre ‘tierra plana’, cuya primera parte publiqué en 2013, mucho antes de que estallara la polémica y supuesto debate con los tierraplanistas (quienes quiera que sean), y que con los años se ha convertido en una de las más buscadas y visitadas de este blog. Y es que, el problema es… que aunque algo he respondido ya en Quora, no me cabe todo en solo una entrada, sino que me sale material a rebosar para una tercera, y una cuarta, y una quinta…

De Elon Musk y su “Starman into space” también habría que hablar…

  • Seguir pataleando con mi indignado análisis del deprimente panorama social y geopolítico que veo ante nosotros: refuerzo de las dictaduras en Rusia y China, mientras que las garantías y calidad democráticas en EE.UU. y Europa retroceden, y de cómo estoy, cada vez más convencido, de que esto se va a la mierda…
  • Hablar un poco de series (madre mía, Black Mirror…), y pelis, y especialmente, acabar una guía monográfica sobre cada entrega aparecida de La Guerra de las Galaxias, que debería haber culminado cuando se estrenó ‘Los Últimos Jedi’ (que ni me desagradó…. ni me convenció del todo…)

  • Publicar el tutorial sobre como he diseñado y montado (así como los resultados, aún magros), una montura ecuatorial motorizada para astrofotografía. En lenguaje más llano, un aparato que me permite hacer fotos de las estrellas sin que se vean movidas por el movimiento de rotación terrestre, y todo basado en Arduino (fijándome mucho en este y este diseños, además de coger ideas de muchos otros)

Una de las primeras pruebas del Astro-Tracker, con la nebulosa de Orion (M42), aún muchas cosas por pulir y ajustar...

  • ¿Os acordáis de mi Ford Escort? Pues le volví a dar una vuelta al modelo 3D, doce años más tarde…

Y aquí me teneis, con cuatro o cinco años, frente al originalísimo…

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Hasta siempre, Cassini

Quiero hacer hoy una breve aunque cariñosa reseña a este capítulo de la exploración espacial que se ha cerrado hoy: la sonda Cassini se ha quemado esta mañana en la atmósfera de Saturno, tras trece años estudiando este planeta y sus satélites y anillos, y casi veinte (solo le ha faltado un mes) desde que partió de Cabo Cañaveral (bien que me acuerdo de octubre de 1997 y el reportaje publicado, y que aún conservo, en el suplemento semanal del ABC, el ‘Blanco y Negro’…)

 

Pelos de punta con el video. Autor: Erik Wernquist

Era entonces la última de las ‘misiones insignia’ de la NASA, a la usanza de las Voyager, Viking o Galileo, antes de que esta entrara en una etapa de ajustes, recortes y en definitiva, misiones ‘menores’ y menos ambiciosas que no obstante, nos han seguido trayendo valiosísimos nuevos datos sobre el Sistema Solar (no hay más que ver los logros de los sucesivos rovers marcianos o la brava aventura de la New Horizons).

Sea cual sea el caso, la Cassini no solo nos ha traído el don del conocimiento, sino que nos concede también la gracia de recordarnos lo humildes y pequeños que somos, al tiempo que lo afortunados y privilegiados que debemos sentirnos por ser testigos de este increíble espectáculo cósmico.

Sin duda mi imagen preferida de todas: los Anillos de Saturno vistos a contraluz

En estos años la sonda Cassini se ha convertido en una vieja compañera, una genial embajadora que nos seguía trayendo vistas privilegiadas a uno de los sistemas más fascinantes del Sistema Solar, y es por ello por lo que a todos los que nos flipa esto de la ciencia y el espacio, nos cuesta decirle adiós. Hoy, ya forma parte definitiva de la que ha sido su casa durante estos trece últimos años.

Sin más, os dejo sencillamente con las que son algunas de mis fotos preferidas de esta misión, entre las casi infinitas que nos ha regalado este gigantesco y majestuoso espectáculo.

 

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Mientras peor, mejor (4 de 5). La Ciencia-Ficción NO es ficción

*En las entradas anteriores, os ponía un poco al día de mi vidaexponía mi presente visión del mundo, y finalmente hallaba el que en parte creo que es un buen culpable: Internet y el uso que le estamos dando. Permitidme que ahora divague un poco y hable de una de mis grandes pasiones. Veréis con al final lo enlazo todo.

Los que me leéis y conocéis bien sabéis que soy, con todas las letras y hasta la médula, lo que se viene llamando un friki (o ñoño, como nos dicen en Sudamérica). Aunque disfruto de toda tipo de literaturas, videojuegos, películas y series, siempre he sentido una afinidad especial por la ciencia-ficción. A mi entender, y permitidme que la defienda, tiene algo que la distingue de otro tipos de géneros como los de fantasía, superheroes o todo ‘lo japonés’.

La ciencia-ficción no es fantasía, (y si me apuráis, ni siquiera ficción).

Cualquier genero, cualquier obra, cuando está bien hecha, siempre habla de lo mismo: de la condición humana. Habla de nuestra naturaleza, pasiones, inquietudes, orígenes, mitos… habla de nosotros.

La diferencia es que, mientras otros géneros como la fantasía* o el genero de superheroes hablan principalmente de mitología, echando un vistazo a un pasado o un presente imaginarios; el genero de la ciencia-ficción hace un intento de ver de qué forma nos afectarán los cambios reales a los que nos enfrentaremos en el futuro. 

*Por si alguien se lo pregunta, ‘Star Wars’ siempre ha sido fantasía, nunca ciencia-ficción, por mucho que haya naves estelares y armas láser.

Dicho de otro modo: por definición, la ciencia ficción siempre hará un comentario sobre la tecnología y tratará sobre cómo ella nos afecta a las personas. Si, al final habla de las personas, pero también, sobre como nos relacionamos con nuestro entorno.

Habla, predice, trata sobre algo muy real y muy serio. No es magia, no es fantasía; no son rayos, ni varitas mágicas, ni criaturas mitológicas. Habla de ciencia, habla de algo real.

¿Por qué digo todo esto? ¿al hilo de qué viene esta disertación?

(…)

Foto tomada en mi pueblo en algún momento de la década de los 1930. A la derecha, mi abuelo con dos hermanos suyos

A menudo pienso, pensareis, que ni siquiera la de nuestros abuelos, sino la generación de nuestros mismos padres es la que ha vivido los cambios sociales más brutales de la historia de la Humanidad.

Sin ir más lejos, la feliz y muy plena infancia de mi padre es una con burros y sin luz ni agua corriente en las casas, un mundo no exageradamente distinto al de hace dos o cinco siglos, y de esto no hace apenas ni cincuenta años. Aunque ya existían avances como el transporte motorizado (trenes y tranvías) o las telecomunicaciones (radio y telegrafía), desde entonces además se han universalizado la luz, el agua corriente, la medicina moderna, la revolución agraria, la industrialización, y el estado del bienestar. Todos avances bien recibidos y que sin duda han aumentado nuestra calidad de vida.

En el caso de mi padre, hablo de un pueblo andaluz, y es verdad que en otras zonas y en otros países estos cambios ocurrieron en distintos momentos, pero casi siempre en una sola generación. Nosotros hemos crecido en todos estos lujos y privilegios y ni hemos conocido otra cosa: no hemos vivido muchos cambios. Precisamente el más notable es Internet y la revolución informática en general, que ha sucedido en los últimos 30 años, que es de lo que vengo hablando en las dos entradas anteriores. Y no es poco cambio, pero, creo que coincidiréis conmigo, no comparable con el que han visto nuestros padres y abuelos.

Así que ahí va la pregunta:

¿Creéis que no veremos más cambios sustanciales?

¿Creéis que el salto que han vivido la generación de nuestros padres y abuelos ha sido El Salto que tenía que pegar a la Humanidad, y quedarnos ya ahí? ¿Creéis que los avances en el futuro se quedarán en… que sé yo… coches autónomos, paneles solares en cada casa, una cura definitiva para muchas enfermedades, y poco más?

Bien, a ver que me decís de esto

 

Nada de esto es ficción, ni magia, ni mucho menos fantasía. No son rayos que salen por las manos, ni trolls que se transforman en piedra, ni varitas mágicas, es ciencia pura y dura y que va a ocurrir. La ciencia-ficción lleva hablando de esto décadas. Por eso me gusta la ciencia ficción. El primer ser humano inmortal probablemente ya ha nacido. ¿Cómo podemos esperar asimilar esto?

Y no va a tardar en ocurrir, tal vez en menos de una generación ocurra, y nos vamos a cagar

Y una de las cosas que se me ocurre por la que nos vamos a cagar, es porque efectivamente y por vez primera, no todos los hombres serán iguales. Aun naciendo como nacemos ‘todos iguales’ y aún así vemos la desigualdad que ya hay, ¿Qué pasará cuando nazcan superhombres, con superinteligencia, superfuerza, superlongevidad…?

Vuelvo a hablar de Westworld, y es que con algunas de las críticas que he leído de ella, se me cae el alma al suelo: “vacuidad”, “pomposa”, “carente de trama”. DESPEDIDOS Y A VUESTRA CASA YA QUE NO TENÉIS NI PUTA IDEA. Hombrepordios…

Y otra de las inquietudes razonables es ¿a qué se dedicará toda esa población que no trabaje porque no hará falta? ¿Se dedicarán, con su infinito tiempo libre, a formarse, a mejorar como personas, cómo decía Asimov, como vaticinaba el futuro de Star Trek? ¿A trabajar por el progreso de la humanidad, una vez atendidas sus necesidades básicas, o a seguir desviviéndose en un puro ciclo de veneración, avaricia y envidia materialista? ¿O a entregarse de forma degradante a las drogas, a los vicios, al placer; a la pura complacencia y hedonismo de una vida en la que cree que todo está conseguido?

Y todo esto, en una sociedad que, al contrario que lo que durante eones ha hecho la evolución, cada vez premia menos al mejor preparado.

Es irónicamente en Wall-E, una (maravillosa) película de animación para niños, donde veo la mejor representación de un posible futuro -y bastante repulsivo- para la humanidad: anodinas criaturas que transcurren como espectadores de sus propias vidas, entregadas a la nada del consumo y entretenimiento, con todas sus necesidades más que elementales saciadas por un ejército de máquinas a nuestro servicio. ¿Era todo para llegar a… esto?

Nuestras mentes, nuestra sociedad, nuestro tejido cultural, laboral, empresarial; nuestras leyes, nuestra economía, ¿cómo se enfrentarán, cómo nos enfrentaremos a estos cambios tan brutales, radicales, rupturistas, que irán apareciendo en los próximos 30 años?

(…)

Pues os digo una de las cosas que (creo casi seguro que) pasará

Una ola reaccionaria, proteccionista, conservacionista, caracterizada (como siempre) por una fuerte y dura resistencia a todo tipo de cambio; y mientras muchos individuos abrazarán y celebrarán estos avances, otros tantos, la mayoría, los rechazarán con todos sus fuerzas, poniendo trabas e impedimentos y legislando en contra de semejantes cambios. Por que serán cambios de los que no se beneficiará todo el mundo. De hecho, ya la veis como se levanta; ya hablaba de ella, aunque de forma vaga, en la segunda entrada. 

Pero el cambio, como todo cambio, será imparable. Sencillamente sucederá. Habrá quien se quede atrás. Habrá quien caiga, literalmente aplastado ante la maquinaria del progreso. Y lo peor, habrá muchos abandonados, olvidados. Esto por supuesto no es nuevo, lo cual lo hace peor. Las desigualdades, los dramas y el conflicto social que ya vemos, no hará más que crecer.

Y seguramente ni siquiera tengamos por qué hablar de una desigualdad realmente desgarradora: la tecnología nos proveerá de energía y ciertos lujos de forma barata como ya lo hace con la comida y la medicina (teniendo en cuenta que el hombre ‘pobre’ de ahora ya vive mucho mejor que el ‘rico’ de hace unos siglos); esa desigualdad será un síntoma, o una consecuencia, ni yo lo sé, de una masa tontamente desesperada por subirse en un absurdo carro de progreso y consumo insostenibles, alimentados por esta desenfrenada ideología del materialismo, con gigantescos centros comerciales a modo de modernas catedrales de un culto nocivo para nuestro propio planeta (la única deidad que realmente debería ser reverenciada); una sociedad alimentada en la ignorancia, el odio y miedo irracionales, creyentes de que son dignos y merecedores de todo, y de que la fuente de todos sus problemas y  males -males de primer mundo– son otras personas, otros grupos, otras castas, otras razas, en vez de ellos mismos.

Y que en un momento estas tensiones, en un mundo no de hambre, desempleo y precariedad; sino en un mundo de bienestar (donde realmente lo tengamos casi todo, donde realmente haya que perder) cualquier cosa pueda pasar, en el que la tiranía de la turba, si no hambrienta, si pueda hacer barbaridades no muy distintas a las de tiempos no muy lejanos.

¿Y sabéis que? Que tal vez la comprenda, incluso la comparta. Porque no será necesariamente solo el fruto de la ignorancia o de la desinformación. Será el fruto de la rabia ante la injusticia, ante la desigualdad. Abrazaré esos cambios que traiga el progreso solo cuando todo el mundo se puede beneficiar de ellos, y se pueda hacer de una forma responsable, sostenible, equilibrada.

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Bueno ya, hasta aquí mi disertación; hasta ahora tan solo he colocado el contexto necesario para plantear mi pregunta, que ya teneis en la quinta y última parte.

(…)

‘Cuanto peor, mejor’

  1. Puesta al día
  2. La Sombra
  3. Internet, What have you done?
  4. La ciencia-ficción NO es ficción
  5. El dolor de la lucidez. Preguntas finales y conclusión

El *horror* de la ciencia en este país

De unas semanas a esta parte vengo viendo dos cosas en mi Facebook.

Una, como con grata sorpresa bastantes de mis contactos comparten las colosales, descomunales, hermosísimas, alucinantes, sensacionales, imponentes… extraordinariamente bellas y sobrecogedoras imágenes que la New Horizons está enviando de Plutón y su hermano pequeño Caronte.

Es decir, lo que técnicamente se conoce como

PUTO

PASÓN.

(…)

Recobremos el aliento: doy por hecho que las habéis visto, pero dado que cada semana la New Horizons me (nos) regala una nueva foto que entra directa en la selecta galería de imágenes astronómicas favoritas-ever, debía y debo compartirlas (cada una enlaza a algún artículo explicativo, donde podéis verlas en alta resolución)

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(..)

Al mismo tiempo, y previos a la reciente y “enésima” confirmación de que hay agua en Marte, muchos comparten esta o imágenes similares a esta:

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Y cuando se la veo compartida a ese colega-de-un-colega que coincidimos un par de veces, y ni sé porque lo sigo teniendo en el facebook, pues más bien paso.

Pero cuando la comparte un buen amigo, un familiar, alguien que me importa, es cuando se me cae el alma al suelo. Amablemente le respondo, al tiempo con la suficiente brevedad para asegurarme de que puede leerlo (y es un dificil compromiso, el ser breve, preciso, conciso y al mismo tiempo, no parecer que convoco Balrogs en la Lengua Negra de Mordor, pues la idea es sonar amable…).

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Esta es la respuesta, por ejemplo, que le dejé a una amiga.

Qué creeis que voy a decir nuevo, que no hayamos dicho ya, que no nos hayamos lamentado ya. Nada. Me apetece desarrollar la idea, tal vez solo por el gusto de desarrollarla, como todo lo que es esto, un ejercicio de retórica y una vez más, por patalear y lloriquear por el estado general de la ciencia en este país en el que nos ha tocado nacer. Espero al menos que si no los conocíais, podéis añadir algunos de estos argumentos a vuestro arsenal. Os copio y pego una entrada, que tenía sentido que pusiera primero en Facebook (allí la leyó, lee y leerá la gente a la que a priori va dirigida), y que ahora os copio aquí:

 

“Estos días la sonda New Horizons retoma su actividad de enviar de vuelta la tromba de imágenes que tomó durante su sobrevuelo sobre Plutón el pasado julio, datos que tardarán más de un año en ser enviados de vuelta.
La noticia aparece en los medios y periódicos de Internet bajo titulares similares a ‘Las dunas de Plutón desconciertan a los astrofísicos’, y para mi desmayo, y para el de todos los que amamos la ciencia, con la noticia aparecen también una tromba de comentarios bastante habituales, unos más explícitos (‘qué desperdicio de dinero’), otros más pasivo-agresivos (‘a mi me desconcierta el hambre en África’), cuestionando al final abiertamente la ‘utilidad’ de estas misiones.

Aunque entre la gran mayoría de los que me leéis y me tenéis como amigo en Facebook no habrá muchos que despreciéis del mismo modo este tipo de grandes labor científica (supongo que no dice mucho a mi favor sobre el sesgo con el que escojo a aquellos con quién ‘me junto’), sigo queriendo hacer desde aquí una puesta en valor y una defensa de este tipo de aventuras de exploración.
Reconozco que desde niño he sido un apasionado de la astronomía y ello me impulsa a escribir esto, pero también se debe a que he visto unas cuantas veces en varios de vuestros muros la tramposa imagen de un niño, normalmente africano, bebiendo agua de un sucio charco, y un subtítulo que hace una afirmación parecida a esta “La humanidad busca agua en Marte mientras niños mueren de sed en la Tierra. La pregunta es ¿hay inteligencia en esta?”

Aunque entiendo el contraste que se quiere denunciar, y que sin duda es dramática la situación de tantos millones de personas en tantos lugares de este planeta, creo que usar precisamente a la investigación espacial, la investigación científica, la investigación a secas, como blanco de estás críticas y como ejemplo total del derroche absurdo, es una gran e incluso grave equivocación.

En primer lugar, y siguiendo el hilo de esa imagen que seguro que conocéis y mencionaba antes, el hecho concreto de que dediquemos recursos a buscar agua en Marte, sirve para que sepamos mejor como buscarla en la Tierra. Si queréis aplicaciones directas, ahí tenéis una.

Hablando más en general, el dinero destinado a investigación, comparado con otros gastos, es poco y pobre. En el mundo del periodismo existe implantada la idea de que el coste de lo que cuesta una misión de exploración es un dato relevante (ciertamente, cifras que se mueven en torno a los cientos de millones de euros), mientras no detecto la misma insistencia en resaltar ese dato cada vez que se envían unos cuantos portaaviones o cazabombarderos al frente de una guerra lejana, en operaciones cuyo coste supera en pocos días lo que durante años cuesta una misión científica. Me pregunto también por qué no se suelen cuestionar otros gastos más numerosos (obras públicas, por ponerlo en contexto), más irrelevantes (fútbol, moda), o éticamente sin duda mucho más cuestionables (Defensa). Por poner unos pocos ejemplos.

Son además gastos no ‘tirados’: la mayor parte de lo que cuesta una misión espacial son sueldos de ingenieros, científicos, administradores, operarios, mano de obra muy cualificada y valiosa (y para la que de hecho, hay muy pocos puestos de empleo), cuyo trabajo y por supuesto cuyos sueldos no son ‘vertidos’ como basura al espacio, sino cuyo trabajo revierte en beneficios tangibles.

Esos beneficios de la investigación, aunque se trate de investigación básica, son a largo plazo, generan mucha más riqueza que otras industrias éticamente mucho más cuestionables y sin duda mucho, muchísimo más caras (de nuevo, defensa, sin ir más lejos).

Poniendo ejemplos concretos, los paneles solares que hoy conocemos dieron sus primeros pasos abasteciendo electricidad a satélites de comunicaciones hace ya 50 años. GPS, alimentos liofilizados, velcro, pañales desechables, detectores de humo, avances en propulsión y aerodinámica para el transporte… avances todos ellos que salvan vidas.

Y finalmente, poner en tela de juicio y dudar de la que es, a mi parecer, una de las cualidades más bellas del ser humano, me parece profundamente equivocado. Esa cualidad es la de la curiosidad. La de querer saber más. La de querer explorar, salir de la isla o valle en que vivimos y saber que hay en el siguiente lugar. Escalar esas montañas solo porque ‘están ahí’. Esa cualidad, la de querer saber, conocer mejor cómo es el mundo y el Universo en el que vivimos, que es la esencia de la investigación y de la ciencia, es no solo algo que se pueda hacer al mismo tiempo que otras necesidades más inmediatas, sino totalmente necesario para saber cómo abastecernos mejor de recursos que hoy nos son esenciales a todos.

Saludos.”

 

https://www.facebook.com/rufino.herrera.garcia/posts/10205979964771649

 

Este discurso, imagino, quiero creer, necesito creer, que de algo sirve. Seguramente, no. Si por el contrario, creeis que el tono didáctico y paternalista puede ser contraproducente porque parece que solo va dirigido a gente sin formación científica, os equivocais. Pues, hamijos…

Roy Batty: "He visto cosas que vosotros no creeríais"...

He visto a Telecos hablar de lo nocivas que son las antenas de radiofonía. Arquitectos asegurando que ‘esa estructura aguantará’. Químicos hablando del peligro de los ‘chemtrails’. Geólogos hablando de formación rápida de nódulos de manganeso. Físicos hablando de hormigas corriendo en círculo alrededor de una antena Wifi. Médicos alabando los poderosos beneficios de la homeopatía. Ingenieros debatir si pesas un kilo más o no después de beberte un litro de agua. Oh, y por supuesto, “ecologistas” que niegan el origen humano del calientamiento global, cuando no negándolo directamente. 

En fin, esto demuestra que no hace falta no tener ni puta idea para no tener ni puta idea, sino que incluso gente con estudios puede elevar a los altares de la verborrea una elocuente y admirable colección de bocanadas, pulmonías, cánceres de sida y herpes de ébola por doquier.

En fin. Ahora en serio. Vivimos en un país donde la mayoría de la gente tuerce el gesto al hablarle de inversión, investigación, ciencia, conocimiento. Cómo, me pregunto, cómo podemos esperar honestamente que algún grupo político que tenga intenciones serias de elevar el gasto en I+D (y ya de camino, por qué no, en educación), salga alguna vez elegido en unas elecciones, en este país.

En fin, aquí seguimos, aguantando…