Intro
Hace unos días cerré una serie de entradas que empecé hace cinco años*: en su momento quise hablar sobre el Crysis 2, juego al que le tenía muchas ganas, y acabaron siendo hasta seis entradas haciendo un exteeeeenso repaso a la evolución de efectos especiales en el cine, gráficos en los videojuegos, potencia de los ordenadores y avances en software, técnicas y estado del arte. Todos ellos temas a los cuales en ningún caso me dedico profesionalmente (aunque me las he apañado para poder aprovecharlos en mi trabajo), y sin embargo me flipan. Como me flipa todo lo que tenga que ver con 3d, imágenes sintéticas, realidad virtual, fotogrametría, efectos especiales, fotorrealismo, fotografía, pintura, dibujo… (bueno, adivinad cual de los cinco es mi sentido favorito…).
*y que prometí, con razón entonces del Half Life 2, hace once años. Ojo.
Total, que he publicado esas entradas para … … mira, sé que ni las vais a mirar, pero al menos puedo enlazarlas y referenciarlas… y así eliminar esta entrada de tecnicismos para centrarme, otra vez, en lo que quiero: la belleza en los videojuegos.
La Playstation 4
Se ha vuelto a repetir. Juego poco, pero cuando por fin puedo, y pillo ese juego al que le tengo ganas -y cumple-, he de hablar de él. En este caso es el GTA V.
Debería empezar por que tengo desde el pasado noviembre una Playstation 4, la primera videoconsola que poseo ever. Durante casi dos meses, hasta que no presenté mi TFM, apenas le metí caña. He de decir que más tarde, al llegar marzo me dediqué de nuevo a pasear y tomar el sol, socializar, hacer ejercicio… esas cosas que hacen las personas mentalmente sanas y con cantidades razonables de tiempo libre… pero ya digo: enero y febrero fueron de oso hibernando: con la trilogía Uncharted, el Star Wars Battlefront y sobre todo (sobre todo) el GTA V en mis manos, tuve un comienzo de 2016 de auténtica caverna.
Todos ellos son juegazos. Menos el Battlefront (reconozco que sus limitados modos de juego me han decepcionado un poco), todos los otros han sido premiados y laureados a todos los niveles. La campaña engancha, te encariñas con los personajes, la jugabilidad está ajustadísima, a nivel técnico son un prodigio y las mecánicas totalmente depuradas. Juegazos como la copa de pino.
Lo curioso es cuando te los pasas, aún así los vuelves a revisitar, a contemplar. En el caso concreto del GTA, como mundo abierto que es, a pasear. A conducir sin destino. Buscando hacer capturas del juego: es decir, literalmente echando fotos. Porque son juegos bonitos.
Grand Theft Auto V
Ya hablaba de la trilogía Uncharted (ojo, que la que he jugado es una remasterización, pertenecen espiritualmente a la Playstation 3) como juegos bonitos. Eran muy recomendados, los pillé con ganas, los disfruté, y por supuesto los recomiendo. Aventura pura y dura, ya quisiera Indiana Jones que se le hiciera justicia así en el mundo del videojuego. Pero además, insisto… bonitos. Placenteros de ver.
Pero por mucho que quisiera jugar a los Uncharted, comparado con las ganas que le tenía al GTA V… Todo lo que diga es poco. Soy fiel a la saga desde la segunda parte. El III fue realmente revolucionario (me conozco esa ciudad como la palma de la mano), y es calificado a menudo como uno de los mejores juegos de la historia. Desde entonces la saga solo ha ido in crescendo: Vice City, San Andreas, GTA IV… Juegazos, juegazos, juegazos, cada vez mejores, y más prodigiosos técnicamente.
El IV era una verdadera delicia, pasearse tanto por ese trasunto de Nueva York hará sin duda que, cuando finalmente visite la ciudad real, tenga la sensación de que ya conozco esas calles. Pero no era un juego visualmente bonito: era sucio, ‘gritty’, de colores terrosos y apagados. Cuando fue lanzado en 2008, era algo en lo que no pensaba, confiaba en que fuera una elección estilística deliberada (como la que tanto odie luego en el SimCity de 2013), y a decir verdad, por entonces era común. Pero cuando al cabo de unos años apareció una mod que cambiaba los colores del juego (y específicamente, su mapeado de tonos), me llevo a pensar que algo estaba fallando, no solo en el GTA IV, sino en toda la industria de videojuego.